Casados Por Error

Diana

Despierto algo acalorada, mis cabellos está pegados a mi cuerpo debido a la transpiración, he tenido una pesadilla con la muerte de mi madre, hacía mucho tiempo no me pasaba esto.

Me pongo de pie y camino por la habitación, me acerco al ventanal de mi cuarto que da justo al jardín. Puedo ver allí al jardinero, que se encuentra regando las plantas. En pocos minutos saldrá el sol

Cuando baje a desayunar, la señora Eva me esperaba en la mesa, y pude ver que había otro lugar.

- Buenos días señora - saludé amable.

- Buenos días Diana, cómo te encuentras? - preguntó ella con una sonrisa.

- Muy bien, espero que usted también - digo sentándome a su lado.

- Así es, estoy feliz. Ha llamado Marcus, vendrá a desayunar con nosotras - dice ella emocionada.

- Buenos días - dice Marcus con su mirada puesta en cualquier lugar menos en mí.

- Hola hijo, sientate, te esperábamos. Iré a decirle a Laura que traiga el desayuno- dice Eva levantándose de la mesa.

Marcus y yo solo cruzamos miradas hasta que su madre regresó junto con Laura.

El desayuno pasó entre charlas entre madre e hijo, las miradas entre Marcus y yo, y nada mas interesante.

- De acuerdo, iré al jardín a jugar con Apolo, últimamente lo he tenido algo abandonado - dice Marcus, refiriéndose a su cachorro.

Yo subo a mi cuarto a prepararme para tomar mi clase diaria de diseño con la señora Eva.

De pronto móvil comenzó a sonar.

- Hola? - respondo al ver que era de un número desconocido.

- Hola, con Diana León? - dice la voz de una mujer.

- Sí, ella habla, qué pasó? - digo algo nerviosa.

- Es usted la hermana de Lucas Paz ? - dice ella y todo en mí se revuelve, algo ha pasado con mi hermano.

- Sí soy yo, pasó algo con él ? - digo alterada.

- Sufrió un accidente en el trabajo, se encuentra estable pero aún debemos esperar unas horas a que su cuerpo reciba los medicamentos. La llamamos porque necesitamos la firma de algún familiar - dice la mujer.

- Y su padre no puede firmar ? - digo confundida.

- El señor ha muerto en el mismo accidente - responde y mi boca se abre en forma de O. Aún no puedo creer que mi padrastro haya muerto.

- Está bien, hoy mismo salgo para allá - respondo y cuelgo la llamada.

Tomo mi bolsa con mis documentos, tomo un abrigo por si acaso y salgo corriendo del cuarto, bajo las escaleras tan de prisa que no veo a Marcus que estaba subiendo y choco contra él, haciendo que ambos caigamos al piso.

- Ooh! - se queja él debajo de mí.

- Lo siento, lo siento, no te vi - respondo apenada intentando ponerme de pie.

- Pudiste haber aterrizado en otro lado y no encima de mí - dice él haciendo una mueca de dolor.

- Lo siento, es que tengo prisa - digo y salgo corriendo de la casa.

Busco a la señora Eva en el jardín para contarle la situación, ella me comprende y me dice que le pedirá a Iván que me lleve en su camioneta.

- Iván no puede hacerlo - dice la voz de Marcus detrás de mí.

- Por qué? En verdad es urgente, necesito ir con mi hermano - digo suplicante.

- Yo le he ordenado hacer unas cosas. Vamos, seré yo quien te lleve - dice él con voz firme.

- No, no quiero ocasionar molestias - digo apenada.

- No es ninguna molestia Diana, mi hijo te llevará - insiste Eva.

- Está bien - respondo casi en susurro.

Luego de unas horas de viaje en completo silencio, llegamos hasta el hospital donde se encontraba mi hermano.

Yo bajé y Marcus me esperaba en el estacionamiento.

Al llegar a recepción pregunté por Lucas y una enfermera me guió hacia el cuarto donde lo tenían.

- Diana, viniste - dice él con voz débil.

- Lucas, hermanito - digo abrazándolo.

- Diana, mi papá se murió - dice él con la voz quebrada.

- Lo sé, lo siento mucho, pero tú no estás solo - le digo intentando calmarlo.

Ambos nos abrazamos y Lucas lloraba muy destrozado. Jorge no ha sido un buen padre, pero Lucas lo quería mucho.

Cuando me dirigía con la enfermera para firmar los papeles que necesitaba, desgraciadamente me crucé con Juan Morales, el jefe de Lucas.

- Hola Dianita, que pena lo de Jorge en verdad lo siento mucho - dice con su asquerosa voz.

- Para mí no es una pena, ese tipo era un desgraciado - digo con voz dura, antes de decirle a la enfermera que en un momento la alcanzo.

- No seas rencorosa Diana, él solo quería el bien para ti - dice acercándose.

- Y como se supone que debo actuar? Él varias veces ha arreglado encuentros entre usted y yo, que para mí no eran nada agradables, porque usted me acosaba - digo señalándolo con el dedo índice.

- Sabes que si aceptaras ser mía, tu vida sería mas fácil, no tendrías de qué preocuparte - dice él sonriendo.

- Cállese, de solo oírlo me dan nauseas - respondo apretando mis dientes.

- Es más, te propongo un trato bonita, yo me encargaré de cubrir los gastos de tu hermano, y tú bueno, ya sabes como puedes pagarme - dice él acercándose e intentando besarme.

Comenzamos a forcejear, por desgracia para mí, no había nadie mas en el pasillo en ese momento.

- Suelteme maldito asqueroso - digo intentando sacármelo de encima.

Pero en era en vano, sentía su aliento asqueroso muy cerca de mí cuando alguien nos interrumpió.

- Déjela - una voz ronca resonó en todo el pasillo .

El viejo sorprendido se volteó a ver de quien se trataba.

- Y tú quién eres? No te metas - dijo con prepotencia.

- Si me meto, soy su esposo - dijo Marcus con el ceño fruncido, viendo al señor Morales, sus ojos parecían dos brazas que desprendían fuego.