La noche de su ceremonia de compromiso, Astrid se entera que su prometido y futuro Alfa la engaño con su mejor amiga y lo peor es que espera un hijo de él.
Con el corazón destrozado se adentra al bosque, donde termina perdiendo su virginidad con un desconocido, sin imaginarse que esa noche, su vida cambiaria para siempre.
Cuatro años después se verá obligada regresar a su manada, con la urgencia de saber quien es el padre de su cachorro, quien esta despertando sus habilidades, poderes que hacía muchos años se habían perdido entre los lobos.
Siendo solo el Rey Lycan el único en tenerlos, bueno ahora son dos, por que el pequeño Alain a sus cuatro años ha despertado a su licántropo.
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Mío, Rey Lycan
Kaelen observaba a dormir a Astrid, después de la noche anterior, todo sería diferente, aunque era extraño que su loba estuviera tratando de comunicarse con ella, pero lo investigaría después ahora lo único que importaba, era que ella ya sabía que eran destinados.
Astrid abrió sus ojos, encontrándose con los escarlatas de Kaelen, las imágenes de la noche anterior golpearon en su mente, su rostro se puso rojo, para Kaelen esa reacción fue demasiado divertida.
- Buenos días\, mi Diosa – Dijo con ternura acariciando su rostro rojo.
- Buenos días – Susurro ella sin poder quitarse las imágenes de la noche anterior.
Kaelen acerco su rostro al de ella, ambos sentían sus respiraciones, Astrid tomo la iniciativa y beso sus labios, él respondió con ternura al ver que ella no lo rechazaba.
- Me volveré adicto a ti – Susurro Kaelen una vez que terminaron el beso.
- Yo…- Lo miró\, aun no podía creer que ella estuviera destinada al Rey Lycan – Es cierto… Alain - Dijo tratando de levantarse\, pero sintió un fuerte dolor en sus caderas- Ay\, carajo – Susurro con ambas manos en sus caderas.
Kaelen sonrió con orgullo, él era el causante de ese fuerte dolor en sus caderas.
- Tranquila\, aun duerme…fui a verlo hace unos instantes – Dijo ayudándola a levantarse. Tomo su camisa rota de la mayoría de los botones y se ayudo a ponérsela.
- Iré a arreglarme – Susurro con la mirada baja.
- ¿quieres que te ayude? – Preguntó manteniendo sus manos sobre su cintura.
Astrid lo miró, ella no podía dejar de pensar en la noche anterior, y solo pensar en volver a hacerlo con él hacía que su cuerpo ardiera de placer.
- No\, Alain esta durmiendo en la recamara – Dijo apartándose de él.
- Puede ser en mi recamara – Agregó él\, volviendo a rodearla en sus brazos.
Astrid suspiró ante esa respuesta tentadora, mordió su labio inferior, sabía la hora en la que Alain despertaría, tomo la mano de él donde llevaba puesto su reloj y checo la hora.
- Despertara en una hora – Susurro dirigiendo su mirada a él.
Kaelen sonrió ante esa respuesta, se inclino a ella y beso sus labios, sus manos masajeaban sus glúteos debajo de la tela de la camisa. La cargo haciendo que ella envolviera sus piernas alrededor de él y camino hacia la puerta, la llevaría hasta su recamara donde disfrutaría de ella por una hora antes de que su cachorro despertara.
Al salir del estudio, no había nadie, pues Kaelen ya había dado la orden de que se retiraran los empleados, pues el celo de Astrid aun no estaba controlado, dado a que no la había marcado y podía afectar a sus hombres, además no quería que nadie más la viera en aquel estado, solo él tenía ese derecho.
Al llegar a la recamara la pasión volvió a desbordarse, Kaelen le quito la camisa y la recostó sobre la cama, aprovecharía aquella hora que tenían para saborear su cuerpo.
Sus besos fueron bajando hasta sus senos, succionándolos y mordiéndolos, hasta continuar bajando, dejando sus marcas de dientes sobre su vientre y llegar hasta su centro húmedo, su lengua se deslizo en aquella zona.
Astrid arqueo su espalda al sentir las caricias de él.
- Kaelen – Gimió su nombre\, él la miro desde aquella distancia – Follame – Susurró con su respiración agitada.
Él rio, apenas empezaría a saborear sus jugos y ella ya estaba desesperada, pero era entendible debido a su celo, se levantó de la cama y se quitó sus ropas quedando totalmente desnudo a ella.
Astrid mordió sus labios, centrando su mirada en su entrepierna, ahora sabía porque sus caderas dolían, pero en esos momentos deseaba aquel miembro dentro de ella, él se subió de nuevo a la cama, separo sus piernas y se acomodo en medio de ella.
Kaelen la penetro de una sola estocada, ella gimió con fuerza y su espalda se arqueo, sus piernas ya estaban alrededor de su cintura, mientras sus caderas comenzaban a moverse.
- Tranquila\, mi Diosa\, tenemos tiempo – Se inclino a ella y controlo sus movimientos de cadera\, acaricio su rostro con ternura\, rojo y lujurioso\, Astrid era hermosa y era solo suya.
- Mío – susurro Astrid colocando sus manos alrededor de su cuello – Eres mío\, Rey Lycan – Agregó.
- Todo tuyo\, Mi Diosa- Sonrió orgulloso\, y unió sus labios a los de ella.
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Alain despertó en la recamara, estaba solo en cama, se sentó y tallo sus ojos, miro a todos lados, pero su mamá no estaba.
- ¿Loki? – Lo llamó\, pero su amigo no contestaba\, eso lo entristeció - ¿Por qué te enojas conmigo? ¿Hice algo malo? – Pregunto sus ojitos se llenaban de lágrimas.
Astrid entró a la recamara en esos momentos, ya estaba arreglada, después de su hora intensa con su rey, al ver a su pequeño a punto de llorar no dudo en acercarse preocupada.
- ¿Qué pasa mi amor? – Preguntó cargándolo en sus brazos.
- Mami\, Loki se enojo conmigo… - Rompió el pequeño en llanto y abrazo a su mamá- No se que hice mal…pero lo extraño…- Agrego entre lágrimas.
Kaelen entró también y escucho las palabras de su cachorro, Astrid le dirigió la mirada, con esperanza de que él tuviera la respuesta.
- No se enojó – Dijo Kaelen acercándose a ellos. Se inclino frente a los dos y acaricio el cabello de su cachorro\, quien tenía oculto su rostro en el pecho de su madre.
- Pero no me habla…- Alain se giro para encontrarse con él\, sus ojos y nariz estaban rojos por llorar.
- Lo sé\, pero no es porqué este enojado\, solo que hablar contigo hace que te debilites y por eso te enfermas\, por lo que Loki tiene que mantener bloqueado su enlace para que puedas recuperarte por completo – Explicó Kaelen\, él entendía aquello pues también sucedió cuando conoció a Lugh\, claro que él era más grande que Alain.
- No quiero que se enoje conmigo\, que piense que por su culpa me enfermo\, porque es mi único amigo – Susurró Alain con su voz quebrada.
- Él no piensa eso mi amor\, solo se preocupa por ti- Dijo Astrid con ternura.
- Así es cachorro\, cuando te recuperes totalmente\, Loki volverá a comunicarse contigo\, pero por el momento\, debes ser paciente\, y puedes continuar hablándole\, él te escucha más no te responderá hasta que sienta que prudente – Comentó Kaelen con una leve sonrisa\, su pequeño realmente había creado un gran vínculo con su licántropo y eso era bueno.
Astrid llevo una mano a su cabeza, aquella voz trataba de comunicarse con ella, pero no lograba entender más y eso provocaba dolor en ella.
Kaelen se percató, realmente tanto su cachorro como su pareja tenían serios problemas con su licántropo y loba, así que debía buscar la forma de ayudarlos a ambos, aunque lo de Loki sería temporal y era por el bien de Alain, pero lo de Astrid, tenía que hacer que ella pudiera completar la comunicación con su loba.
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Oscar llegó a Cascada azul, desde temprano fue informado por Kaelen que Astrid no estaba en condiciones dado a que había despertado su celo, eso fue algo sorprendente, por lo que obtener el acta genealógica de ella ahora realmente necesario, tal vez había algo especial en su linaje.
Se estaciono frente a la casa de los Cameron, era una casa normal, como para cualquier habitante de las manadas de Greven. Antes de bajar escuchó unos gritos, se quedo observando que era lo que pasaba, de la casa salía el Alfa de la manada, gritando y amenazando a una pareja mayor.
- ¡Esa perra pagara por haberse ido sin autorización del Alfa! – Grito Leandro.
- Luna Catalina corrió a su cachorro\, tuvo que llevárselo de aquí – Respondió Frank.
- ¡Su cachorro no es bienvenido aquí! ¡Pero ella no puede marcharse sin permiso! – Grito Leandro usando su aura de Alfa.
Oscar ya tenía su teléfono en sus manos grabando todo lo que ocurría, ese alfa necesitaba una lección.
- ¡Que vuelva esa perra\, recibirá su castigo! ¡Pero a su bastardo no lo quiero en mi manada! – Grito Leandro mientras hacía que Frank y Aurora se arrodillaran ante él dado al uso de aura.
- Ay esta escoria – Dijo mientras terminaba de grabar\, se lo mostraría después a Kaelen\, él no permitía que sus alfas se aprovecharan de sus habitantes\, y mucho menos perdonaría a Leandro por insultar a Astrid y a su cachorro.
Bajo del auto y camino con tranquilidad hacia la casa de los Cameron, Frank ayudaba a Aurora a levantarse, cuando se dieron cuenta de la llegada de aquel hombre al que conocían perfectamente.
Hicieron una reverencia ante la presencia del Gamma del Reino.
- Que tal – Dijo con una sonrisa- Necesito hablar con ustedes sobre su hija – Agregó.
Frank y Aurora se miraron con preocupación, no sabían nada de su hija desde el ataque en la capital, habían estado preocupados desde entonces
- Tranquilos\, ella y el cachorro están bien – Dijo al ver la preocupación en sus rostros.
- Pase\, Gamma – Dijo Frank abriendo la puerta de la casa.
Aurora preparo unos bocadillos y bebidas para ofrecerle al Gamma, se sentó junto a Frank y lo veían saborear las galletas que ella había preparado.
- Sip\, son deliciosas – Dijo con una leve sonrisa comiendo dos galletas al mismo tiempo.
- ¿Qué es lo que quiere saber de Astrid? – Preguntó Aurora nerviosa.
Oscar dejo de comer aquellas galletas, tomo un sorbo de té y limpio su boca con una servilleta.
- Si\, necesito el acta genealógica de Astrid Cameron – Dijo sin rodeos.
Frank y Aurora se pusieron pálidos ante la solicitud del Gamma.
Oscar entrecerró la mirada, esa reacción era algo que no esperaba, pero también confirmaba que había algo en el linaje de Astrid que habían ocultado.