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Cuatro Bestias Y Una Reina.

Cuatro Bestias Y Una Reina.

Status: Terminada
Genre:Venganza de la protagonista / Venganza / Romance oscuro / Harén Inverso / Mafia / Poli amor / Completas
Popularitas:1.9M
Nilai: 5
nombre de autor: Marines bacadare

Ginevra es rechazada por su padre tras la muerte de su madre al darla a luz. Un año después, el hombre vuelve a casarse y tiene otra niña, la cual es la luz de sus ojos, mientras que Ginevra queda olvidada en las sombras, despreciada escuchando “las mujeres no sirven para la mafia”.

Al crecer, la joven pone los ojos donde no debe: en el mejor amigo de su padre, un hombre frío, calculador y ambicioso, que solo juega con ella y le quita lo más preciado que posee una mujer, para luego humillarla, comprometiéndose con su media hermana, esa misma noche, el padre nombra a su hija pequeña la heredera del imperio criminal familiar.

Destrozada y traicionada, ella decide irse por dos años para sanar y demostrarles a todos que no se necesita ser hombre para liderar una mafia. Pero en su camino conocerá a cuatro hombres dispuestos a hacer arder el mundo solo por ella, aunque ella ya no quiere amor, solo venganza, pasión y poder.

¿Está lista la mafia para arrodillarse ante una mujer?

NovelToon tiene autorización de Marines bacadare para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

La última bestia.

Vladimir observa el moretón en el rostro de la joven y se le tensa la mandíbula. Odia que golpeen a las mujeres, y más aún si son tan frágiles como ella.

—Iremos a que te revise un médico. Después… —Ginevra niega con la cabeza. No es para tanto. No mató ella misma a esos hombres para tener que explicar por qué una simple ejecutiva sabe pelear.

—No creo que sea necesario, de verdad. Estoy bien —dice. El hombre rueda los ojos hacia un lado y suspira.

—La próxima vez, deberías fiarte de tus sospechas. No debes exponerte así —la gravedad en su voz activa algo en su cuerpo; ella maldice por no saber qué hacer.

—Conseguí pruebas de fraudes… No solo eso, hay más —susurra, aparentando estar más débil de lo que realmente está. Eso preocupa al sujeto; no soporta ver a ninguna mujer en esa situación, y por alguna razón, a ella mucho menos.

—No es importante, señorita… —deja la frase en el aire, esperando que ella la complete.

—Ginevra De Santis —responde. El sujeto asiente y saca su teléfono.

El auto sigue en movimiento, recorriendo con rapidez las calles de Rusia. La vista de la joven se instala en la ventana; admira el paisaje maravilloso, la nieve por todas partes, los vivos colores que rodean cada espacio. El aroma que percibe es el del hombre a su lado: elegante y costoso, con un toque picante que parece describirlo a la perfección.

Voltea al escucharlo hablar por teléfono. Tiene los músculos tensos, la vena del cuello abultada en clara señal de molestia.

—¿Qué demonios estabas pensando para dejar que tus empleados vinieran a la maldita zona X? —estalla, y su tono se agrava mucho más. La mano que aprieta el celular está a punto de partirlo.

Al otro lado, Aleksei no entiende la actitud de Vladimir. Él es el más obstinado de todos, sí, pero jamás sin motivo.

—Ey, ¿qué te ocurre? Estoy en una reunión —responde, alejándose de los inversionistas para tratar de entender qué le ha picado.

—¿Que qué me pasa, dices? Me pasa que vine al chiquero de la empresa en esa zona de mierda, y unos desgraciados iban a abusar de tu empleada —suelta con fuerza. Ginevra observa por la ventana y, aunque no quería enfrentarlos, debe admitir que fue divertido. Ríe con disimulo.

—¿Qué quieres decir? ¿Cuál empleada? Vladimir, ¿comenzaste a drogarte ahora que te hiciste viejo? —le riñe, y Vladimir maldice.

—Deja tus malditos juegos. Busca a otra persona que te arregle los números, porque esta mujer se queda en Lion Corp —corta la llamada sin esperar respuesta.

—¿Estoy despedida? —pregunta Ginevra, juntando las cejas con falsa preocupación.

Vladimir niega, mirándola serio. Toca con cuidado el golpe en su rostro y luego se pasa la mano por la cabeza.

—Para nada. Solo cambiaste de empresa, aunque somos un solo grupo…

La actitud de ese hombre la inquieta. No se ha comportado de forma atrevida ni atraída por ella. Más bien parece protector.

—¿Y eso por qué? —pregunta, enderezando la espalda. Al mirar su reflejo en el espejo retrovisor se asusta. El golpe parece peor de lo que es; ni siquiera le duele, pero da la impresión de que se le va a salir el ojo.

—Necesitamos personas como tú. Hemos visto tus resultados. Solo que… pensé que eras un hombre —ella sonríe, girando su cuerpo un poco más hacia él.

—¿Hombre? ¿Yo? —levanta una ceja. Él hace un amago de sonrisa, una mueca distorsionada; se nota que no suele reírse.

Se hace un silencio nada incómodo. Solo se escucha música suave, el fondo del chofer, y el leve sonido de los pies de Ginevra al moverse de forma inquieta.

—Vamos a ir un momento a que te revise el doctor de confianza. No tardará —ella abre los ojos y ligeramente los labios.

—Pensé que iríamos a un hospital —el hombre frunce el ceño y niega. Ella se pierde en la pequeña arruga que se le forma en la nariz y debajo de los labios cuando está en desacuerdo.

—Esa era la idea original, pero tengo al médico en la empresa —va a responder, pero su teléfono comienza a sonar.

El nombre de Aleksei aparece en la pantalla. Ella contesta, tratando de sonar tranquila.

—¿Dónde estás? ¿Ya sabes dónde queda la empresa a la que fuiste hoy? —la aborda con preguntas. Su tono delata su preocupación.

—Estoy bien. Vine a una empresa en Lyubertsy. Vi algo raro y decidí venir —su respuesta lo altera. Al otro lado del teléfono, él maldice.

—¿Estás bien en este momento? ¿Dónde estás? Voy para allá —ella trata de calmarlo; sabe que estaba en una reunión.

—No dejes la reunión tirada. Voy en un auto con un señor muy serio, llamado Vladimir —el hombre mencionado la mira, levantando una ceja.

—Voy para allá —corta. Ella se encoge de hombros.

—Ups… No quería hacer tanto problema.

—No hiciste nada. Tú no sabías que ese lugar era un nido de alimañas. Si no hubiera decidido ir, no sé qué hubiese pasado —Vladimir la mira, tratando de leer en sus ojos, pero no encuentra nada. Sus amigos suelen mostrar su cerebro a través de la mirada. Ella no. Es como si estuviera vacía.

—Mejor cuéntame, ¿de dónde eres? Hablas muy bien inglés, pero tu acento —aunque no muy marcado— me dice que tal vez eres de Italia —ella sonríe, poniéndose el cabello detrás de la oreja.

—Eso es cierto. Soy de allí… Vine a trabajar —él comienza a preguntar por su familia y ella le habla de Rogelia, la única que le queda.

—Vaya, qué interesante. Sabía que había alguien nuevo, pero no sabía que eras tú. Lo que sí sabía es que eres muy buena en lo que haces. Y mi empresa necesita una muy buena barrida —la mujer asiente, con una sonrisa tímida, manteniendo su papel de indefensa.

El auto se detiene frente a una empresa parecida a la de Orlov. Inmensa, recubierta de cristales, con el nombre en la entrada en letras doradas. El mismo logo que vio en su lugar de trabajo, aunque más pequeño: la figura de un león con el nombre de la empresa.

Vladimir baja del auto y le abre la puerta. Ella le agradece con una sonrisa, pero el motor de otro vehículo acercándose la hace girarse. Es un deportivo negro. Un Marussia B2.

Frunce el ceño. No puede creer que sea Aleksei. ¿Cómo ha llegado tan rápido?

Abre los ojos al ver al hombre bajarse del deportivo. Suspira con disimulo al observar al último de las bestias.

El hombre frente a ella parece esculpido con paciencia, como si alguien hubiera dedicado horas a perfeccionar cada línea de su rostro. Tiene el cabello castaño oscuro, cuidadosamente peinado hacia atrás con volumen, dejando ver una frente amplia y firme. Su barba recortada enmarca con precisión una mandíbula fuerte, lo que le otorga un aire de autoridad incluso en silencio.

Sus ojos, de un azul profundo, poseen esa cualidad inquietante de los que observan más de lo que dejan ver. No son fríos, pero sí intensos, confiados. Su nariz recta y sus labios definidos completan un rostro simétrico, atractivo y claramente acostumbrado a provocar reacciones sin esforzarse.

trae una camisa negra ligeramente abierta, revela sus músculos definidos y tensos bajo una piel bronceada con naturalidad. El vello en el pecho es escaso, pero suficiente para darle un toque viril, sin restar pulcritud. La línea de sus hombros anchos y su cuello grueso lo hacen ver poderoso, como un hombre que puede cargar tanto el peso físico como el de cualquier cosa.

Una cadena discreta cuelga de su cuello, un detalle casi invisible, pero que dice mucho: no es un adorno cualquiera, es parte de su personalidad, demuestra su confianza y seguridad.

Los ojos del hombre también la detallan a ella y una sonrisa de lado cierra elntrato en su mente.

Dimitri Belov.

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Maria Elena Ramos
AUTORA, ES UNA HISTORIA REAL, ES MUCHA TU IMAGINACION EN EXAGERACION COMO SI TU FUERAS LA PROTAGONICA, CON TODOS LOS DETALLES, ÚNICOS. FELUCIDADES. ME FALTAN PALABRAS PARA DESCRIBIR COMO REDACTASTES LA HISTORIA.......MUY REAL. UN ABRAZO CON CARIÑO
Marines Bacadare: Gracias princesa
total 1 replies
Maria Elena Ramos
muy inteligente , fuerte, astuta y Valiente la niña preciosa hermosa
Joy Pérez
Me parece un acto egoísta de parte de ella
Maria Elena Ramos
QUE PRECIOSOS BEBES, HERMOSOSSSS
Carol Luke ramirez
🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣 ante eso como no reaccionar jajajajaj si es mujer y siempre se gana
Carol Luke ramirez
🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣 ante eso como no reaccionar jajajajaj si es mujer y siempre se gana
Carol Luke ramirez
q capítulo por dios como mí mente ocupo cada palabra en una imagen 🥵🥵🥵🥵🥵🥵🥵🥵🥵🥵🥵🥵
Carol Luke ramirez
q buena explicación jamás había leído tan lento para no perderme cada detalle como me hubiera gustado ver esta escena en vivo por dios hasta calor me 🥵🥵🥵🥵🥵🫣🫣🫣🫣 dió
Carol Luke ramirez
ves como la vida te premia y q premio te llevas 4 de una guuuau ya imagino esa escena 🤭🤭🤭🤭👏👏👏
Carol Luke ramirez
donde está esa imagen para q podamos ver 🤭🤭🤭🤭🤭🤭
Carol Luke ramirez
haber yo te ayudo a pensar como saber quién lo tiene más.grande solo mirar el pantalón cuando esté excitado el pantalón q explote es el más grande jajajaj si eso es lo quieres jajaj
Carol Luke ramirez
🥰🥰🥰🥰🥰🥰 ahora sí estoy soñando me metí tanto en la novela q ahora yo me veo rodeada de esos monumentos de hombres por dios como quiero ser la protagonista jajaj🥰🥰🥰🥰🥰 hasta me olvidé de Matteo jajaja
Carol Luke ramirez
menos mal q los pensamientos no se pueden leer y escuchar jajajjajaj sino estarías en problemas por quien lo tiene más largo 🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣
Carol Luke ramirez
estaba 3 bestias y creo por ahora q puedo elegir los 3 o en alguna parte dice q solo tiene q ser uno por dios q decisión más difícil 🥰🥰🥰
Carol Luke ramirez
esto de domar a las bestias se ve interesante ya conocimos a dos de 4 yo estaría feliz si no puedes con ellos yo te reemplazo jajajaj feliz me voy rusia a cumplir con mi trabajo 🥰🥰🥰🥰
Segundo Bardales
Hermosa historia, reí, llore, molesté, envidie, y me imagine a esos 4 desnudos jajaja pero esperando Q Ginebra no me viera, maravillosa novela te felicito quedé encantada y Fascinada una novela única, gracias
Segundo Bardales
Hermosos sus hijos, me encantó la unión Q tienen
Segundo Bardales
OMG hermosos ejemplares,... Que te mejores escritora
Segundo Bardales
Estoy a mil con la emoción
Segundo Bardales
Los 4 complementos de sus amores
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