El Cachorro Del Rey

Astrid llegó hasta la oficina del Rey, al entrar se maravillo de lo enorme y elegante que era, mucho más grande que la del Beta, tenía una enorme ventana que daba vista a la ciudad, realmente era maravillosa. Llevo el café hasta el escritorio del rey y lo dejo con cuidado de no derramar ni una sola gota.

- Muy bien\, Astrid\, ya estás aquí\, solo debes hablar con él y ya – Susurro mirando a los lados.

- Astrid – La llamo Danilo desde la puerta – Acompáñame – Dijo.

Astrid asintió y camino hacía a él, Danilo la llevó hasta la sala de juntas.

- El rey tardara alrededor de una media hora en la reunión\, por lo irás con el Gamma Oscar para firmar tu contrato mientras tanto – Dijo dándole una tarjeta firmada por él – Entrégasela y él sabrá que hacer – Agregó.

- Ok – Miro la tarjeta - ¿Dónde está la oficina del Gamma? – Pregunto.

- Oh sí\, en el piso de abajo\, solo presiona en el ascensor el botón blanco – Dijo con una leve sonrisa.

Astrid asintió y salió rumbo al ascensor e hizo lo que Beta Danilo le dijo, se sorprendió que hubiera un piso más abajo, pues ella se encontraba en la primera planta, en ningún momento subió de piso.

- Oh\, es cierto\, Beta Danilo salió de un ascensor – susurro\, presiono el dichoso botón blanco\, era el único de ese color.

Astrid sintió como bajaba en aquel cubo, miro a los lados hasta que se detuvo en el piso final, pero en lugar de abrirse las puertas de en frente, la parte de atrás fue que se abrió, ella se giró y abrió la boca de sorpresa.

- Wow\, como película de espías – Dijo divertida saliendo del ascensor

Se maravillo de ver algo diferente a una simple oficina como lo era la de rey, era más tecnológico, con pantallas y computadoras, todas encendidas dando vista a diferentes puntos del reino.

- ¿Quién eres? -Preguntó Oscar cruzado de brazos.

- Hola\, soy Astrid Cameron – Dijo y se acercó con la tarjeta que Danilo le entrego – Beta Danilo me dijo que viniera con el Gamma ¿Es usted? – Pregunto.

Oscar tomó la tarjeta con la firma de Danilo, entendía lo que significaba, levanto la mirada y sonrió, finalmente conocía en persona a la mujer que volvió loco a su rey en una sola noche.

- Dime Oscar – Le guiño el ojo con diversión – Vamos\, tengo ya tu contrato – Camino hacia su oficina y Astrid lo siguió\, Oscar vestía diferente a Danilo\, más informal\, con jeans y una camisa blanca de mangas tres cuartos.

Oscar llevó a Astrid hasta su oficina, ella se sorprendió de ver en las paredes diferentes pantallas, que daban visión al reino entero, incluso pudo darse cuenta que una de las pantallas era de la manada Cascada azul.

- Toma asiento\, necesito que leas detenidamente tu contrato\, al ser una empleada que tendrá contacto directo con el rey\, entonces hay muchas normas que debes cumplir – Dijo Oscar sacando una carpeta blanca y se la entrego.

Astrid empezó a leer el contrato, se sorprendió sobre las normas que debía cumplir y exactamente eran muchas, pero las más importantes las grabo en su mente.

- ¿Estoy vendiendo mi vida? – Lo miró incrédula.

Oscar se encogió de hombros.

- La seguridad del Rey es muy importante\, como debes saber es el último Lycan del Reino por lo que debemos protegerlo a toda costa\, más que sino tiene un heredero – Respondió con tranquilidad.

- Ok\, solo no debo revelar nada de lo que pase aquí\, nada sobre él\, su paradero\, su agenda\, su número de teléfono personal…- Empezó a decir.

 - Ni siquiera cuantas cucharadas de azúcar le gusta su café – Interrumpió Oscar con una leve sonrisa- El dulce lo pone intenso – Agregó con diversión.

Astrid arqueo las cejas y suspiró, el Gamma era muy relajado a comparación del Beta.

- ¿Me pagaran todo esto quincenal? – Preguntó con asombro al ver la jugosa cantidad.

- Oh\, no claro que no – Respondió Oscar frunciendo el ceño.

Astrid asintió, se había emocionado mucho por la paga, aunque bueno siendo mensual la paga, incluso era más de lo que ganaba en su antiguo trabajo.

- Semanal – Agrego con una sonrisa.

Astrid abrió la boca de sorpresa, con ese salario pocos meses podría comprarse una casa en la manada, carraspeo y sonrió.

- Firmare entonces. – Dijo tratando de controlar su emoción.

Oscar le pasó un bolígrafo y le indico donde firmaría.

- ¿Sabes defensa personal? – Preguntó mientras la observaba firmar.

- Lo básico\, lo que enseñan en las manadas durante la escuela media – Respondió Astrid mientras terminaba de firmar - ¿Por qué? – Preguntó mirándolo.

- Pregunto – Respondió. – Muy bien\, Astrid\, te entregare una copia de tu contrato al final del día – Tomo la carpeta – El teléfono celular que Danilo te entrego ¿Me lo prestas? – Preguntó.

Astrid lo saco de su bolsa y se lo entrego. Oscar lo encendió y empezó a realizar algunas configuraciones.

- Será tuyo mientras trabajes aquí\, por lo que solo tu podrás desbloquearlo – Dijo mientras le tomaba una fotografía\, Astrid posó con una sonrisa coqueta. – Si llegarás a extraviarlo…-

- ¿Moriré? – Preguntó mordiendo su labio.

Oscar rio y negó.

- Solo tienes que avisarme de inmediato\, para que haga el bloqueo directo y sea active su autodestrucción – Respondió.

- ¿Se puede hacer eso? – Pregunto con asombro.

- Si\, pásame la tablet\, hare la misma configuración – Dijo. – Y por último tu teléfono personal- La miró.

Astrid dudo en entregarle su teléfono.

- Descuida\, solo anexare una configuración especial\, en el dado caso que extravíes uno de estos dispositivos tienes que avisarme de inmediato\, así que solo agregare mi número de manera privada – Explico brevemente.

- ¿Cómo hará eso? – Pregunto con curiosidad entregándole su celular.

- Solo debes\, presionar el número uno y listo – Dijo. - ¿Y este pequeño? – Pregunto al ver la foto de Alain en el fondo de pantalla.

- Mi hijo – Respondió.

Oscar agrando su sonrisa.

- Muy lindo cachorro – Le entrego el teléfono – Debe parecerse a su padre\, por que de ti solo tiene los ojos azules- Comentó.

Astrid asintió y tomó su teléfono.

Oscar se dio cuenta con solo ver al pequeño Alain, era idéntico a su majestad, no solo su color de cabello, sino también tenías rasgos de él. El pequeño cachorro era el heredero al trono del reino Greven.

**************

Kaelen salió del elevador especial para él,  con su traje negro a la medida, camino por el largo pasillo que llevaba a su oficina y al entrar un aroma exquisito lo golpeo, entro por sus fosas nasales y suspiro, miro a los lados no había nadie.

- ¿Qué es esto? – Preguntó caminando hasta su escritorio\, vio su taza de café\, la tomó y bebió un sorbo\, la cantidad de café y sobre todo de azúcar era exacta.

- Oh\, llegaste – Entró Danilo.

- ¿Quién entró a mi oficina? – Preguntó dejando la taza de nuevo en su escritorio.

- Tu nueva asistente ¿por qué? ¿preparó mal el café? – Preguntó acercándose.

- No\, todo está en orden – Dijo con seriedad\, pero ese aroma seguía inquietándolo.

- Bueno\, vamos\, el Señor Vander ya está esperando en la sala de juntas – Dijo.

Kaelen asintió, decidió ignorar aquel aroma y bebió de nuevo un poco de su café, después se dirigió a la sala de juntas, sabía lo que pasaría, Vander el líder de los ancianos le reclamaría por el rechazó hacia su nieta, pero no era su culpa, pues en ningún momento solicito su servicio de esa manera.

Entro a la sala de juntas y el anciano vistiendo un traje verde militar se levanto e hizo una reverencia.

- Vamos rápido\, Vander ¿Qué quieres? – Dijo Kaelen con su ronca voz tomando asiento en la silla principal.

- Majestad\, me entere que rechazo a mi nieta Vania – Dijo el anciano – Entienda\, estamos desesperados\, necesita un heredero…El reino entero necesita saber que Greven esta seguro con su heredero – Continuo Vander manteniéndose de pie.

- Los entiendo\, pero ustedes también deben entenderme\, no pienso tener un hijo con cualquier mujer – Respondió Kaelen con frialdad.

- Mi nieta no es cualquier mujer\, viene de un linaje respetable…-

- Entonces\, deja de ofrecerla como una simple puta – Interrumpió Kaelen empezando a perder la paciencia\, pero nuevamente sintió ese aroma que hacía que su licántropo ronroneara\, miro a los lados\, solo estaban Danilo\, Vander y él\, nadie más. Olfateo.

- ¿Qué sucede? – Preguntó Danilo al ver lo extraño que actuaba el rey.

- ¿Quién estuvo aquí antes? – Preguntó mirándolo.

- Ah\, bueno…tu nueva asistente – Respondió Danilo.

- Majestad – Hablo Vander aun molesto por la forma en que se expresó de su nieta.

- No vuelvan a enviarme a ninguna de sus hijas\, nietas o sobrinas como unas rameras – Se levantó- Y para tranquilizarlos\, dile al consejo que pronto tendrán una reina – Sin decir más salió de la sala de juntas.

Danilo salió detrás de él sorprendido de lo que dijo.

- ¿Cómo que una reina? – Preguntó caminando a su lado.

- ¿Dónde mierda esta mi nueva asistente? – Preguntó deteniéndose de golpe\, ese olor seguía inquietándolo tanto a él como a su licántropo. Y en los dos lugares que lo había sentido\, ella\, su nueva asistente había estado ahí antes.

- Con Oscar\, firmando su contrato – Respondió- ¿Qué te sucede? – Preguntó al verlo demasiado inquieto.

- Nada – Soltó con pesadez – Prepara una reunión con Oscar para medio día\, solo nosotros tres – Ordeno y continuo su camino hasta su oficina.

- Claro\, hare los ajustes de tu agenda – Dijo Danilo sacando su celular.

Kaelen asintió y entro a su oficina, Danilo solo se quedó afuera y se dirigió a la suya, a esas alturas Astrid ya debió firmar su contrato, al entrar a su oficina Oscar estaba ahí, haciendo algo en la laptop.

- ¿Qué haces? – Preguntó sentándose a su lado- ¿Es la oficina de Kaelen? – Pregunto al ver la pantalla de la laptop que mostraba la oficina de Rey.

- si\, no me perderé por nada del mundo este encuentro – Dijo con diversión Oscar\, mientras observaba a Kaelen sentarse en su lujosa silla. – Ah\, sabías que tiene un hijo – Comentó Oscar sin dejar de observar la pantalla.

- Si\, me preocupa como reaccione Kaelen ante eso – Hablo Danilo\, también con la mirada en la pantalla.

- Tranquilo\, todo a su tiempo – Oscar saco una bolsa de gomitas y le ofreció unas a Danilo.

- Por favor\, deja de ver a tu rey como un entretenimiento – Soltó con pesadez Danilo\, aun así tomo unas gomitas y empezó a comer.

****************

Astrid suspiro en la entrada de la puerta de la oficina de rey, acababa de recibir un mensaje de Oscar, diciéndole que el Rey ya estaba ahí y que debía presentarse como su nueva asistente, se sentía nerviosa, pensó que Danilo estaría con ella en ese momento, pero en el mensaje se disculpó y le dijo que tenía un asunto importante que atender.

Agarro valor, abrió la puerta, entro y cerro nuevamente.

- Buenos días\, Majestad…- Susurro Astrid con su voz un poco nerviosa.

Kaelen estaba recostado en su silla con su brazo sobre su rostro, pero la voz de Astrid llamo su atención, sobre todo su aroma que ahora podía distinguir el aroma intenso de café, u amargor y contundencia era compensando con flores blanca y vainilla.

Su licántropo reacciono ante ese aroma, similar a hacer cuatro años, pero con la diferencia que estaba vez podía sentirlo, podía sentir esa sensación de que su vida estaba unida a ella, que eran uno para el otro, el vínculo de parejas se hacía presente.

Kaelen aparto su brazo de su rostro y la busco con la mirada, ahí estaba parada en frente, se veía hermosa, perfecta, todo su cuerpo era un caos con solo su presencia. Por fin, después de cuatro años volvía a tenerla junto a él.

- Mi nombre es Astrid Cameron\, su nueva asistente – Se presento Astrid.

Se sentía extraña, aquel hombre de cabellos negros y ojos escarlatas, le hicieron recordar a esa noche en el lago hace cuatro años, sentía el calor recorrer todo su cuerpo, un extraño sentimiento crecía en su interior, escuchaba una voz lejana en su mente, diciendo algo que no lograba entender.

Kaelen se levantó de su silla como si estuviera hipnotizado, rodeo el escritorio hasta llegar a ella, coloco sus manos sobre su pequeña cintura y la atrajo a él, uniendo sus labios en un ardiente y desesperado beso.