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Talvez Contigo Si.

Talvez Contigo Si.

Status: Terminada
Genre:CEO / Mujer poderosa / Diferencia de edad / Casada Con Mi Ex's Familiar / Completas
Popularitas:4.5M
Nilai: 4.7
nombre de autor: Frida Escobar

Mia es una joven que tiene muchos planes y sueños junto a su novio. Siente que todo se le viene encima cuando La familia de el la rechaza cuando se enteran que es huérfana, lo peor es cuando se entera que su novio siempre estuvo comprometido con otra.Con todo en contra ella logrará volverse una mujer sobresaliente pero algo no estaba en sus planes que una noche conoce a un hombre que la desestabilizaria en todos los sentidos, Será capaz Mía de darse otra oportunidad con el tío del que ella creyó un día era el amor de su vida?

NovelToon tiene autorización de Frida Escobar para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

La promesa esta por cumplirse.

Me meto a bañar para terminar este día. Me acuesto en mi cama, y con lo cansada que estoy, me quedo dormida rápido. Como ayer, me despierto con la alarma.

Me arreglo y salgo, subo a mi carro y dejo unos planos en la parte de atrás que ya tenía listos. Llego de nuevo a la construcción y coloco los planos, pero recuerdo que me falta algo. Le pido a uno de los trabajadores que vaya por ello. Cuando regresa, trae una mirada distinta. No sé qué le pasó, pero me entrega las llaves y los planos.

Sigo trabajando, aunque la curiosidad me distrae. Cuando vamos a comer, noto que les dice algo a los demás y todos voltean a verme. Pero cuando se dan cuenta de que los estoy viendo, se callan y continúan comiendo.

Volvemos a la construcción y uno de los hombres se lastima. Escucho que otro comenta:

—La arquitecta en sus horas libres la hace de enfermera.

No entiendo a qué se refiere. Me voy a mi carro, porque desde ahí empezó todo. Me dirijo a la parte de atrás y todo cobra sentido cuando veo el traje de enfermera que Karla dejó.

Maldigo en silencio y camino hacia donde están los trabajadores.

—Exijo respeto —les digo seria—. Así como yo se los he dado. Que yo sepa, en ningún momento les he faltado al respeto. Y si ha sido así, díganmelo.

—No, arquitecta —responden todos al mismo tiempo.

El otro arquitecto solo observa lo que ocurre y no dice nada. Al final del día, cuando camino hacia mi carro, me detiene el mismo sujeto que vio el traje.

—Le ofrezco una disculpa, arquitecta. Solo lo comenté, no creí que ellos lo fueran a decir. Tengo familia que depende de mí —me dice, preocupado de que lo despida.

—Solo quiero seriedad —respondo, y él asiente.

Subo a mi carro pensando en que voy a ahorcar a Karla cuando la vea. Arranco y llego a mi departamento, agradeciendo que no haya sorpresas esta vez. Bajo todo, incluyendo el dichoso traje de enfermera, y noto a mis vecinas afuera, chismeando como siempre.

Entro y llamo a Patricia, quien me dice que los de Arqui-Tech aún no se han contactado con ella.

—Ellos tienen su proceso —respondo—. Quizás fue por el orden en el que seleccionaron. Descansa, Pati.

—Mía, me contactó el señor Darío, tu antiguo jefe. Acepté la propuesta.

—Gracias, Pati. Ahora sí, te dejo.

Mientras busco mi pijama, me baño y bajo a la sala con el celular en la oreja.

—Un plato de comida china, por favor —ordeno.

—Que sean dos platos —dice Karla entrando al departamento.

—Dos platos con los mismos guisos —termino la llamada y finjo seguir hablando—. Y por favor, una ambulancia.

Mi amiga me ve, y corre riéndose para que no la alcance.

—¿Qué pasó? ¿Qué hice?

—¿Se te hace poco dejar esa ropa en mi carro? Sé que lo hiciste a propósito.

—Era obvio que lo hice para que lo usaras con el hombre misterioso.

—Estuvo mal. En mi trabajo lo vieron, y eso no es profesional.

—Lo dejé a la vista para que lo notaras.

—Lo siento, estoy cansada. Estos dos días he estado supervisando la obra y no me di cuenta.

Ella extiende los brazos y camina hacia mí para abrazarme, pero le doy la espalda fingiendo estar enojada. Aun así, me abraza, y yo la rodeo con mis brazos.

—Oye, es cierto, ¿escuché que te trajeron serenata? —me dice. Me alejo y la miro.

—Lo escuché por tus vecinas.

—Escucharon mal.

—Entre amigas no nos escondemos cosas. ¿Fue tu galán?

—No. Fue Mario.

—¿En serio? ¿Cómo solía hacerlo? No pues, ¡qué listo! Quiso convencerte con algo que hacía en la prepa. ¿Es neta?

Tocan la puerta. Me levanto, pero cuando abro, no es la comida china: es Lía, la esposa de Mario, quien está parada allí.

—¿Está Mario? —me pregunta. Eso me pone peor. ¿Quién cree que soy?

—¿Se supone que es su esposo? Búsquelo en otro lugar.

—Me dijo que venía para acá.

Salgo cerrando la puerta tras de mí. Ella retrocede.

—Mire, señora. Usted y Mario déjense de pendejadas. Dejen de buscarme. Dejen de molestarme.

—Si no lo provocaras, quizás él dejaría de buscarte.

Esto ya es demasiado. Y justo en ese momento, Karla sale y al verla, sé que esto se va a poner mal.

—Te lo dije hace seis años, querida, y te lo repito: quiérete dos pesos —dice mi amiga. El comentario me hace voltear a verla, y ella intenta no reírse.

—Ponle una correa a tu amiga para que deje de meterse con hombres casados —le dice a Karla, y eso provoca que se le vaya encima. Cuando reacciono, ya se están peleando. Las separo, y Karla tira con asco un mechón de cabello.

—Tú amarra al mini pene de Mario. ¡Él es el problema, no mi amiga!

—Qué raro, una amiga tapando las boludeces de la otra. Me lo esperaba.

—¿Aquí ordenaron comida china? —pregunta el repartidor. Asiento y camino a recibirla.

—Sé que Mario está adentro. A él le gusta esta comida.

—¿Qué? —responde Karla riendo—. Ya sé qué tienes en común con Mario: los dos dicen puras estupideces.

Veo a mis vecinas afuera otra vez, como si esto fuera una telenovela.

—Lía, búscalo en otro lugar. Aquí no está y nunca lo estará.

—Más te vale —responde, acomodándose el cabello.

—Pobre estúpida. A mí me daría vergüenza andar buscando a mi esposo en casa de su ex. En casa de la misma a la que le gritaste que tu "novio" podía revolcarse con quien quisiera, mientras solo fuera tuyo. Pero, chula, él ya no quiere serlo. Si no, no vendría con serenata y todo. Por un momento me diste lástima.

—Lástima dará tu amiga si no deja a Mario en paz. Mis suegros tienen todo para acabar con ella.

—Estoy aquí, señora. Puede decírmelo directamente —le digo, entregando la comida a Karla. Le hago señas de que entre y así lo hace, pero no sin decir lo último:

—Salúdame a tu hija, Mía.

—Le daré un consejo de mujer a mujer: no haga esto de buscarlo. Dese a respetar. Enfóquese en sus hijos, que son lo único que vale la pena y quienes estarán con usted al final.

—¿Qué me quieres decir? ¿Que sí volverás con él?

—Veo que solo entendió lo que quiso. Señora, hágame el favor de retirarse.

Me evade y empieza a tocar la puerta, gritando que Mario salga. Se agacha, recoge una piedra, y cuando reacciono, ya rompió mi ventana.

La empujo, y ella cae. Pero no por mí, sino por Karla, que salió furiosa y la empujó. Se le sube encima, y los gritos de Lía parecen los de alguien que está siendo asesinada.

Intento separarlas, pero es inútil. Karla no se detiene y Lía no deja de insultar. Miro las luces de la patrulla que llega. Quiero meter a Karla, pero no logro nada. Las giran en el suelo hasta que los oficiales las separan. Las suben a la patrulla. Intento alegar, pero me dicen que fue disturbio en la vía pública.

Meten a Lía, que no para de gritar. Menciona a sus suegros, pero a los policías no les importa. Eso sí, se los aplaudo.

—¡Mía, no le digas a Miguel! —grita Karla cuando la suben. Pero la bajan de nuevo, porque pelearon otra vez dentro de la patrulla. La ponen en otra.

Karla me hace señas de adiós. Yo entro, tomo las llaves del carro y en el camino llamo a sus padres. Me dicen que me ven en la comisaría. Llego al mismo tiempo que ellos. Me abrazan, les explico y su madre solo niega con la cabeza, mientras su padre entra molesto. Los policías me miran raro, pero no les doy importancia.

La madre de Mario está ahí. Lía sale con los ojos hinchados de tanto llorar.

—Entre las dos me golpearon —dice, y me dan ganas de haberlo hecho.

—En la casa lo hablamos —dice la madre de Mario. Pasa a mi lado y ya no tiene esa mirada de superioridad.

—Creo que solo fue un malentendido —le dice al padre de Karla.

—Más vale que Karla esté bien. Y dile a Mario que no quiero que vuelva a buscar a Mía. Ya se lo había advertido y aún así insiste. Tendré que tomar medidas más drásticas.

—Ese es problema de ellos —se atreve a decir, y Lía la mira sorprendida.

Las veo alejarse y me acerco a la madre de Mario, que le dice a Lía que se adelante.

—Hola, Mía, ¿no? Quería invitarte a la casa a tomar té —me dice con una sonrisa falsa.

—¿Mario no le dio mi mensaje? —le pregunto.

—No. ¿Qué ocurre?

—Solo quiero que no se le olvide la promesa que le hice. ¿Y ve? Ahora me mira con igualdad. Pero falta que me mire en la cima, porque ahí es donde estoy por llegar. Y cuando esté ahí, ustedes estarán muy por debajo de mí.

Me doy la vuelta y camino hacia donde están Karla y sus padres esperándome.

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Edilia de la Cruz
Excelente, me.encantó toda la historia... Cada personaje super interesantes, me.encantó Karla , lo único q no entendí fue a q edad la mamá de Mario se enamoró de William, Si Mrio es de la edad de Mia..
Edilia de la Cruz
La abuela de Mia
Edilia de la Cruz
Aquí no entiendo.... Su cuñada la mamá de Mario, osea el ex de Mia??? cuantos años tiene Willian , no q solo 10 años le lleva a Mia?
Edilia de la Cruz
Va a perder la memoria!!! bueno es un cliché... Supongo. la mamá de William tuvo q ver...
Edilia de la Cruz
A lo mejor William no es hijo de esa señora..
Edilia de la Cruz
Que linda la mamá de Eliot
Edilia de la Cruz
jjajaja me encanta la química de Mia y William
Edilia de la Cruz
Woooo!!! Eso debieron hacer don Mauricio y Mario si tanto amaban a sus parejas...
Edilia de la Cruz
Estos son los detalle en lo q una historia llega a ser excelente y cuando piensan en todos los personajes aunque sean mascota
Edilia de la Cruz
Entiendo su miedo. Ella creció con mucha desconfianza y peor q en los poquitos q les dió la confianza la traicionaron le mintieron todo el tiempo. Es lógico esa barrera q pone aunque se vea como soberbia, berrinche u orgullo...
Edilia de la Cruz
No pos el Mauricio es igualito al Mario ya q según las amaban y hasta hicieron cosas como q realmente si las amaba, pero en el momento decisivo no lo hicieron...
Edilia de la Cruz
Como q el papá de Karla esel papá de Mía
Edilia de la Cruz
Yo creo q lo envió la mamá de Mario y. los reporteros...
BASILI
que amiga más metiste es demasiado cansona
Edilia de la Cruz
Pues es William el tio de Mario jiji
Edilia de la Cruz
Jaja esa Karla y Miguel jjaja son tal para cual...Se coordinaron bien para tenderle la trampa a Mia y sacarle la verdad jjaaja...
Edilia de la Cruz
Iniciando.wooo que actitud!!!
Eliana Orozco Ramirez
Karla, pónganle oficio. Me cae gordaaaaaa, que personaje imprudente en Todo sentido de la palabra y que rabia que Mía no la pone en su sitio
BASILI: totalmente de acuerdo que fastidio 😑
total 1 replies
Bea Tastro
que fastidiosa esa karla, inmadura e impertinente.
Melisuga
¡Buena novela!
👏🏼⭐✍🏼⭐👏🏼
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