Un hombre que es muy poderoso y dueño de todo un imperio tendrá que lidiar con una mujer que al principio le parecía la espía o enemiga sin saber que pronto se enamoraría de ella.
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Capítulo 14: La Emboscada
Los días siguientes estuvieron llenos de febril actividad y planificación. Alejandro, Isabella, Valeria y Mateo trabajaron incansablemente para preparar su estrategia para la reunión en la que esperaban desmantelar la red de "El Jefe". Sabían que solo tenían una oportunidad, y cualquier error podría ser fatal.
En la víspera del día de la reunión, Alejandro convocó a todos en la sala de conferencias de la mansión. "Hemos llegado hasta aquí gracias a nuestro trabajo en equipo y determinación," dijo, su voz resonando con autoridad. "Pero mañana será la prueba definitiva. Necesitamos estar listos para cualquier eventualidad."
Valeria presentó el plan detallado en un mapa extendido sobre la mesa. "La reunión será en un almacén en las afueras de la ciudad," explicó. "Hemos identificado varias entradas y salidas. Nos dividiremos en equipos para cubrir cada una de ellas y asegurarnos de que nadie pueda escapar."
Mateo añadió, "Tendremos francotiradores en puntos estratégicos para cubrir nuestro avance y asegurar la zona. Isabella y yo lideraremos el equipo de asalto principal, mientras Alejandro y Valeria coordinarán las operaciones desde un punto de control cercano."
Isabella miró a cada uno de los presentes. "Recuerden, necesitamos capturar a 'El Jefe' vivo si es posible. Pero si la situación se complica, no duden en actuar. La seguridad de nuestro equipo es lo primero."
La noche era oscura y silenciosa cuando los equipos se acercaron al almacén. El lugar estaba desolado, pero la sensación de peligro inminente era palpable. Se movieron con sigilo, tomando posiciones alrededor del perímetro del edificio.
Isabella y Mateo lideraban el equipo de asalto principal, avanzando lentamente hacia la entrada principal del almacén. A través de sus auriculares, podían escuchar las actualizaciones constantes de Alejandro y Valeria, que monitoreaban la situación desde un vehículo de comando cercano.
"Todos los equipos en posición," informó Alejandro. "Esperen mi señal para avanzar."
Isabella y Mateo intercambiaron una mirada, sus rostros serios pero determinados. Sabían que estaban a punto de enfrentarse al mayor desafío de sus vidas.
"Avancen," ordenó Alejandro finalmente.
El equipo de asalto se movió rápidamente, irrumpiendo en el almacén con una precisión letal. Los hombres de "El Jefe" fueron tomados por sorpresa, pero no tardaron en reaccionar, desatando una lluvia de balas.
Isabella y Mateo se cubrieron detrás de unas cajas, devolviendo el fuego con precisión. El almacén se llenó de los sonidos de la batalla, el estruendo de las armas y los gritos de los combatientes resonando en el aire.
"¡Sigan avanzando!" gritó Isabella, dirigiendo a su equipo hacia el interior del almacén. Sabía que debían llegar a la sala de reuniones antes de que "El Jefe" pudiera escapar.
Con cada paso, se acercaban más a su objetivo. Mateo y su equipo limpiaban cada habitación, asegurándose de que no quedara ningún enemigo detrás de ellos. Finalmente, llegaron a una gran sala en el centro del almacén, donde "El Jefe" y sus principales aliados estaban reunidos.
"¡Alto!" gritó Isabella, apuntando su arma hacia el hombre que había estado buscando. "¡'El Jefe', te tenemos rodeado!"
El hombre, un individuo de apariencia imponente y ojos fríos, levantó las manos lentamente, una sonrisa irónica dibujada en su rostro. "Veo que han hecho su tarea," dijo con calma. "Pero no será tan fácil como creen."
De repente, una explosión sacudió el almacén, lanzando a todos al suelo. Isabella sintió un dolor agudo en su oído mientras el estruendo resonaba en su cabeza. Se levantó tambaleante, viendo a través del humo y los escombros que "El Jefe" estaba intentando escapar por una puerta lateral.
"¡No lo dejen escapar!" gritó, levantándose y corriendo tras él. Mateo y el resto del equipo la siguieron, disparando contra los hombres de "El Jefe" que trataban de detenerlos.
La persecución los llevó a través de los pasillos del almacén, hasta una salida trasera donde un auto esperaba con el motor encendido. "El Jefe" estaba a punto de subir cuando Isabella disparó, alcanzando uno de los neumáticos del vehículo.
"¡No te muevas!" ordenó, apuntando su arma hacia él.
"El Jefe" levantó las manos, su rostro mostrando una mezcla de sorpresa y admiración. "Parece que me subestimé," admitió. "Pero esto no ha terminado."
De repente, otro auto apareció a toda velocidad, disparando contra Isabella y su equipo. Mateo la empujó a un lado, cubriéndola con su cuerpo mientras devolvía el fuego.
"¡Tenemos que retirarnos!" gritó. "¡Nos están rodeando!"
Isabella miró a "El Jefe", sabiendo que no podían dejarlo escapar, pero también comprendiendo que debían sobrevivir. "¡Atrás!" ordenó. "¡Reagrupémonos y salgamos de aquí!"
Con gran esfuerzo, lograron retirarse del almacén, llevándose a varios prisioneros, pero "El Jefe" logró escapar en el caos. El equipo se reagrupó en el punto de control, donde Alejandro y Valeria los esperaban con expresiones de preocupación.
"¿Están todos bien?" preguntó Alejandro, su voz llena de ansiedad.
"Lo logramos," respondió Isabella, aunque sabía que su éxito estaba empañado por la fuga de "El Jefe". "Capturamos a varios de sus hombres, pero él escapó."
Alejandro asintió, comprendiendo la situación. "Hicieron un gran trabajo. Ahora tenemos más información y prisioneros que podemos interrogar. No es el final, pero es un gran paso adelante."
Isabella, Valeria y Mateo asintieron, sabiendo que la batalla estaba lejos de terminar. Pero con cada enfrentamiento, se acercaban más a desmantelar la red de "El Jefe" y asegurar la paz para su organización.
Esa noche, mientras la mansión se sumía en un silencio inquietante, Isabella reflexionó sobre todo lo que había sucedido. Sabía que la guerra contra "El Jefe" continuaría, pero también sabía que no estaban solos. Juntos, eran más fuertes y podían enfrentar cualquier desafío que se les presentara. Y con esa determinación, se prepararon para el siguiente paso en su lucha por la justicia y la venganza.