Sarah Miller a sus 22 años, ya tenía toda su vida planeada, se casaría con el hombre que amaba Jason Cooper, con quien compartía una relación hacia 4 años. Nunca imagino que su vida cambiaría radicalmente, por los actos de una noche, y esto ocasionaría que de igual manera perteneciera a la familia Cooper.
¿Puedes enamorarte de alguien de la noche a la mañana?.
Acompañame a leer esta gran historia en donde encontraras: Amor, traición, dolor, odio, romance y venganza.
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Capítulo 8
Sarah: No madre, no pienso ir.
Isabel: Señorita, no sé qué es lo que te pasa, pero alista tu equipaje, porque tanto tu padre, como tú y yo iremos con los Cooper.
Sarah: Ya te dije que no pienso ir.
Isabel: Por Dios Sarah, estas a una semana de casarte, ¿Qué es lo que te sucede?
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Hanna: ¡Ohm! Jason, eres el mejor.
Jason estaba recuperando su respiración, completamente desnudo en su cama al lado de Hanna.
Jason: Preciosa, esto estuvo genial, pero esta será la última vez.
Hanna se subió a horcajadas sobre él.
- Cariño\, tu no me puedes hacer esto\, no me puedes votar.
Jason la empujó de manera brusca.
- Claro que puedo. Sabes muy bien que me caso en pocos días con Sarah\, así que ya no te necesitaré.
Hanna: Dudo mucho que haya boda, no después de que veas como tu santa Sarah dejo de ser una santa.
Jason la tomó por el cuello y la empujó hacia la cama.
- ¿A qué te refieres\, con eso?
Hanna empezó a reír de manera perversa.
- Como lo oyes querido\, eso que tanto haz cuidado ya no te pertenecerá.
Jason: ¿Qué quieres decir con eso? Hanna.
Hanna: Pregúntale tú mismo a Sarah.
Jason: Te exijo que me digas ya mismo a que te refieres con eso.
Hanna se levantó de golpe.
- A mí no me trates así\, ese trato deberías dejarlo para la Zorra de tu novia.
De inmediato sintió como, la mano de Jason impactó contra su boca.
- Más zorra eres tú\, que te me ofreces cada vez que puedes.
Hanna se limpió la poca sangre que salió de su labio.
- Te vas a arrepentir de esto.
Tomo su ropa y salió de la habitación.
Al siguiente día los padres de Jason, al igual que sus hermanos se fueron a la casa de campo, Jason decidió que recogería a su prometida y a sus suegros.
Richard: Jason hijo, Isabel y yo nos podemos ir en uno de mis autos y tú te puedes ir con Sarah.
Sarah: Padre, no es necesario, todos podemos ir en el mismo auto.
Esto lo decía algo nerviosa.
Jason se acercó y la tomó por la cintura de manera posesiva.
- Mi Amor\, mejor vamos más cómodos en cada auto.
Sarah finalmente aceptó muy a su pesar.
Jason: Cielo, créeme te va a encantar mi hermano.
Sarah solo observaba por la ventana.
- Debo terminar con esto.
Se decía a sí misma.
Jason detuvo el automóvil a un lado de la carretera.
- Y bien ahora si me vas a explicar\, que es lo que te pasa.
Sarah: No me pasa nada.
Jason: No soy ningún idiota, Sarah. Dime que es lo que te sucede conmigo. ¿Acaso ya no me amas?
Sarah sentía que ya no podía más.
- Jason es mejor que terminemos el compromiso.
Jason: ¿QUE DIJISTE?
Sarah: Es mejor que terminemos, no me puedo casar contigo.
Jason observo fijamente la carretera y arranco el vehículo a toda velocidad.
- Voy a hacer de cuenta que no escuche nada.
Por fin llegaron a la casa de campo.
Melisa: Hola querida, llegaron rápido.
Sarah: Si, Jason manejo rápido.
Esto lo decía mirando con enojo a su novio.
Jason: ¿Mi hermano, en donde esta?
Melisa: Salió con su amigo al campo.
Jason: Bien, madre Sarah y yo ocuparemos la cabaña.
Sarah trató de negarse, pero fue imposible.
Melisa: Claro hijos, ya le digo a Rosa, que les preparé todo.
Los padres de Sarah llegaron media hora después.
Jason estaba con Sarah en la cabaña, el trataba de actuar natural, pero la ira lo estaba carcomiendo, ¿Como era posible que Sarah, quisiera terminar con él?
Steven: Hola madre, ya regresamos.
Melisa: Hijo mira te presento, ellos son los suegros de tu hermano.
Los padres de Sarah saludaron de manera muy cordial.
Steven: ¿Bien y la desafortunada que se quiere encartar con mi hermano en donde esta?
Melisa: Ellos están en la cabaña.
Sarah: Jason, escúchame la decisión ya está tomada, es mejor terminar.
Jason tomó a Sarah por los brazos de manera brusca.
- Tú no me puedes dejar Sarah\, en una semana nos vamos a casar.
Sarah: No Jason, no me voy a casar contigo.
Melisa: Stev, si quieres ve a la cabaña y saludas a tu hermano.
Steven lo pensó y aceptó.
- Andrew\, vamos acompáñame a conocer a mi cuñada.
Ambos ingresaron a la cabaña, la cual era de dos pisos, en el primero se encontraba la cocina, la sala de estar y una chimenea, en el segundo pido tenía dos amplias habitaciones, todo el terreno estaba construido en madera. Desde el primer piso, se escuchaban los gritos de la pareja.
Andrew: Stev, creo que llegamos en mal momento.
Steven: No lo creo, esperemos a ver que sucede.
Mientras tanto en la habitación:
Sarah: Suéltame Jason, ya te dije que no voy a cambiar de opinión.
Jason: Pues no lo acepto, ya te dije que no vamos a terminar.
Sarah: No lo entiendes, no me puedo casar contigo.
Jason lleno de ira tomó a Sarah y la lanzo hacía la cama, se subió sobre ella y enterró su cabeza en el cuello de ella, mientras este se empapaba por las lágrimas del hombre.
- Sarah\, mi Amor tu no me puedes dejar\, tú eres mi vida yo te Amo. Dime que es lo que sucede y entre los dos lo podemos solucionar.
Sarah de igual manera empezó a llorar.
- Perdóname Jason. Perdóname.
Jason se quitó de encima de ella y se limpió sus lágrimas.
- ¿Acaso ya no me amas?
Sarah no respondió, pero por dentro se estaba muriendo, pues ella pensaba que amaba a ese hombre más que a su vida. Ella quiso salir de la habitación, pero Jason no se lo permitió. El la tomo de su brazo.
- No Sarah\, tú no me vas a dejar.
Él empezó a besarla de manera desesperada.
Sarah: Suéltame Jason.
El Seguía besándola a la fuerza.
Sarah: QUE ME SUELTES JASON.
En ese momento, ingreso Steven.
- SUELTALA\, JASON.
Jason reaccionó y la soltó, Sarah levantó su cabeza y lo que vieron sus ojos hizo que su ser se estremeciera, pues frente a ella estaba aquel hombre que esperaba no volver a ver en su vida, el hombre al cual en medio de copas le había entregado su virginidad.
Steven quedó impactado, ella la mujer que lo había cautivado, estaba frente a él y no era nada más ni nada menos que la prometida de su hermano.
Jason: Stev, estoy resolviendo algo con Sarah, déjanos solos por favor.
Steven: Solo si me prometes que te vas a comportar.
Jason: Solo vete, por favor.
Steven salió de aquella habitación, pero aún no podía salir de su asombro.