El día en el que Susan celebraba su aniversario número 25, parecía que todo marchaba bien, pero solo fue el principio de la gran avalancha que se aproximaba. Inesperadamente, lo que Susan no esperaba era que él le pidiera el divorcio, su marido tenía un romance clandestino con una joven de 20 años.
A pesar de la situación, Susan decide seguir su vida y con una sonrisa en su rostro, en el camino se encontrará nuevamente con el amor, un hombre que le hará saber que ella aún sigue siendo una mujer bella.
¿Podrá él ganar el corazón de Susan?
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Capítulo XIV
Susan se preparaba para salir esa noche, mientras tanto en el hotel Gerard no podía dejar de trabajar en su boceto ya en New York lo plasmaría en un lienzo.
Luego de mirar varias veces su vestidor Susan finalmente se decidió por un conjunto de pantalón y blusa negra, zapatos de taco aguja de 10 cm y como sería una noche fresca lo acompañaría con un tapado color rojo. Decidió maquillarse, se estaba dando los últimos retoques cuando el brillo en su mano llamó su atención, no podía dejar de mirar su alianza de matrimonio.
Después de razonarlo por unos minutos se sacó la alianza de matrimonio y el anillo de compromiso y los guardo en su viejo alhajero.
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Tal como prometió Joanne paso a buscar a Susan.
— Pero que elegante causaras sensación le dijo Joanne. Susan le sonrió
— Dudo seriamente que a mí edad pueda causar sensación, pero me conformaré con no causar lástima lo último que quiero escuchar es ahí va esa pobre vieja abandonada.
—Susan, pero nosotras no somos viejas, creo que tu mayor trauma es que se fue con una jovencita.
_ Nosotras no tenemos la misma edad, eres mucho más mayorcita dijo Susan burlándose de su amiga.
_ Eres perversa, a quien pregunte le diremos que tú eres mi hermana mayor respondió Joanne y ambas comenzaron a reírse.
_ Gracias eres una gran amiga Joanne, mira dijo Susan mostrando su mano.
_ Verás que pronto todo volverá a la normalidad solo debes darle tiempo y acostumbrarte a esta nueva realidad.
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Mientras tanto David Cooper se encontraba en su auto iba a cenar con Chloe para festejar su cumpleaños número veintiuno.
— Vamos a bailar después de la cena me lo prometiste David dijo ella.
—Podríamos dejarlo para otro día entiende estoy cansado trabajé toda la semana, lo último que quiero es ir a un lugar con la música fuerte, a que me empujen, me pisen. Ve con tus amigas le dijo David.
El mozo acompañó a David a su mesa le entregó la carta de vinos el lugar era muy exclusivo.
Reconoció a varios de los presentes entre ellos a Steve y su hija junto a su prometido y sus futuros suegros.
El auto de Joanne se detuvo en el exclusivo restaurante iban entrando cuando se encontró con otros amigos los cuatro caminaron animadamente, Gerard se encontraba en el restaurante esperando. En cuanto vio llegar a Joanne y a Susan se puso inmediatamente de pie
— Joanne, Susan, saludo a los otros amigos de Joanne una mujer llamada Ana , su esposo Troy y un hombre llamado Jesse. Por favor siéntate Susan dijo Gerard corriendo su silla.
Ella tomó asiento a su lado. El mozo llegó a tomar su orden, él pidió un Martini y un Daiquiri para Susan, ella lo miro —¡te va a gustar ya lo verás!, comento él. La conversación estaba entretenida con las anécdotas de los viajes de Joanne.
— ¿Qué te pareció el Daiquiri?, pregunto Gerard. Ella lo miro y le sonrió.
—Está muy bueno, perdón le dijo ella.
—¿por qué debería perdonarte?, pregunto él. Ella lo volvió a mirar
— Por lo de la botella y ser tan antipática, te diría que es por el momento, pero no estoy segura de que sea así.
— Qué tal si empezamos de nuevo mucho gusto Gerard Dubois 38 años, Pintor francés.
— Mucho gusto Susan MacMillan, 45 años hermana mayor de Joanne dijo ella y comenzó a reírse.
_ Es un gusto conocerte Susan MacMillan, la cena transcurrió entre risas una conversación amena.
_ Deberíamos continuar con esta reunión conozco un bar donde tocan una música increíble.
_ Síganla si mi, la he pasado genial, pero estoy exhausta respondió Susan.
_ Susan no seas así, acompáñanos te divertirás dijo Joanne.
_ Déjala esta cansada, yo la acompaño hasta el auto dijo Gerard.
_ No hace falta, tomaré un taxi dijo ella.
_ Entonces te acompaño hasta tu casa, no dejaré tomes un taxi sola respondió él
_ No, no lo harás llévala en mi auto te vemos en el bar te enviaré la dirección le dijo Joanne.
Susan se despidió de todos se encontraba poniendo su tapado frente al ascensor, él tomó su tapado y la ayudó colocándose detrás de ella.
— Esto es totalmente ridículo puedo ir sola le dijo ella.
— No te dejaré sola por las calles respondió él, las puertas del ascensor se abrieron Susan entró colocándose bien al fondo él la siguió y se colocó a su lado otras personas subieron y se colocaron delante de ellos las puertas se cerraron el ascensor iba descendiendo, se detuvo otras personas subieron, las puertas se abrieron y las personas delante de ellos se bajaron. Susan miraba hacia el costado.
— ¿Piensas ir a New York con Joanne? , pregunto Gerard ,ella giró el rostro y entonces lo vio de espaldas era David junto a Chloe. ¡Susan!, exclamó Gerard.
— No me dijo cuando iría, pero si mis hijas no están aquí por supuesto que iré a ver tu exposición dijo ella.
Reconocería esa voz en cualquier lado David Cooper se dio la vuelta y vio a Susan.
—¡Susan!, dijo David sorprendido.
— Hola David , perdón no los presente él es Gerard Dubois, él es David Cooper dijo Susan como si eso bastará.
— un gusto señor Cooper
—Un gusto, ella es Chloe mi pareja dijo David.
_ Buenas noches, dijo Susan mirándola.
_ Buenas noches, respondió ella.
— Entonces si vas a New York tendré que preparar una bienvenida para ti, es más tengo una sorpresa para ti dijo él muy animado. Ella lo miro y le sonrió.
—¿y si no puedo ir?, pregunto ella.
—Entonces podrías visitarme en Francia, imagina tú, Joanne y yo paseando por París.
El ascensor se detuvo y los cuatro salieron de ahí Susan.
— Qué sigas bien David dijo ella. En cuanto salieron Gerard colocó una mano sobre la espalda de ella.
—tú dirás donde esta el auto dijo Gerard.
—Creo que por ahí, una vez perdí a mi auto en un estacionamiento dijo ella y ambos comenzaron a reír.
David Cooper subió a su auto podía ver a Susan caminar por el estacionamiento.
Finalmente, el auto estaba en el sector donde Susan había dicho, Gerard abrió la puerta para que ella subiera.
_ Gracias dijo ella, él la miro
_ Lo que dije en el ascensor es en serio quiero que vayas a New York y si no puedes quiero que vengas a visitarme a París le dijo él.
— Yo también lo dije en serio iré a verte a New York, él sonrió. Ella subió al auto y Gerard cerró la puerta dio la vuelta y se subió condujo hacia la casa de ella. Diez minutos después el auto frenaba delante de su casa.
—Gracias, aunque sigo creyendo que podía venir sola dijo ella mientras desabrochaba el cinturón.
Gerard bajo del auto y abrió la puerta extendió su mano para ayudarla.
—Te diré algo que por ahí te ayude o por ahí no como sea. A ti te dejaron por alguien más joven, a mí me dejaron por alguien más grande y con más dinero. El problema no somos nosotros, el problema son ellos que no saben lo que quieren o no se conforman con lo que tienen.
_ Lo siento respondió Susan.
_ Al principio yo también, pero con el tiempo me di cuenta de que era mejor así merecía más de lo que tenía. Créeme tu también llegaras a esa conclusión. Descansa Susan te veré en New York le dijo él le dio un beso en la mejilla y subió al auto pero no se fue de ahí hasta que ella no entró a su casa.