Sinopsis:
Joarah siempre había vivido una vida tranquila en México, hasta que se vio obligada a huir del país, dejándolo todo atrás. Perseguida por Emmanuel Gonzales, un poderoso magnate del crimen, no entiende sus verdaderos motivos, pero sabe que debe salvarse a cualquier precio.
Al llegar a Sicilia, Joarah pide ayuda a la única persona que conoce, su amiga Alice. Las cosas se complican cuando descubre que Emmanuel está más cerca de lo que imaginaba. Durante un tenso encuentro, Joarah se enfrenta a una sorprendente revelación: es idéntica a la ex esposa de Emmanuel, una mujer que muchos dieron por desaparecida y otros por muerta.
Emmanuel, frío y calculador, le propone un trato impensable: que Joarah se convierta en su esposa de alquiler, no por amor, sino por necesidad, para garantizar el futuro de su hijo y la seguridad económica de su padre. Joarah descubre secretos familiares que cambian su visión del pasado y de Emmanuel.
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Capítulo 17
Joarah González
Mientras íbamos en el coche, percibí una tensión entre nosotros. Emmanuel se detuvo frente a la iglesia donde nos casaríamos dentro de unos días. Era un edificio antiguo, pero lleno de encanto, un lugar que simbolizaba la esperanza y los nuevos comienzos. Bajamos del coche y le cogí de la mano, sintiendo la fuerza y la seguridad que siempre transmitía, pero también percibiendo una ligera vacilación.
Entramos juntos en la iglesia, donde el silencio y la paz nos envolvieron. Los antiguos muros de piedra y los bancos de madera transmitían una sensación de eternidad. Me detuve en medio del pasillo y me volví hacia él, viendo la sombra del dolor en sus ojos.
- "Emmanuel", empecé, con voz susurrante pero cargada de emoción. - Perdono a Laura. Sé que lo que hizo parece imperdonable, pero aferrarnos al resentimiento sólo nos ata al pasado.
Me miró, sorprendido, y pude ver la batalla interna que estaba librando. Le puse la mano en la cara, acariciándole la piel.
- Tienes que seguir adelante -continué, con voz firme pero suave-. - Recuerda que, aunque me parezco mucho a Laura, no soy Laura. No voy a hacerte daño, ni siquiera a Antonio.
Las palabras parecieron encontrar eco en su interior, pero sabía que el proceso sería lento. El dolor que arrastraba era profundo, pero quería que supiera que yo estaba a su lado, que podía confiar en mí.
- Espero que algún día seas capaz de liberarte de este gran peso que llevas -añadí, tomando sus manos entre las mías-. - El dolor y el miedo a que nos vuelvan a hacer daño no deberían definir nuestro futuro.
Cerró los ojos un momento, respirando hondo, y cuando volvió a abrirlos, vi en ellos una nueva determinación. Me abrazó y me quedé allí, sintiendo el latido de su corazón contra el mío.
- Gracias, Joarah -murmuró, con la voz entrecortada-. Aún no puedo dejar ir y perdonar a la madre de mi hijo, pero me esforzaré por darte todo lo que necesites, siempre puedes contar conmigo.
Nos quedamos abrazados en medio de la iglesia durante mucho tiempo, encontrando consuelo y fuerza el uno en el otro. Sabía que nuestro camino no sería fácil, pero juntos podríamos afrontar cualquier cosa.
Y en ese momento me di cuenta de que le amaba, y de que el amor era la clave para superar todas las adversidades, de que iba a casarme con un hombre que negaba el romanticismo y de que estaba irremediablemente implicada en su vida.
Los días pasaron deprisa y por fin llegó el día de nuestra boda. Estaba en mi habitación, terminando de arreglarme. El vestido blanco que había elegido me parecía perfecto, cada detalle reflejaba la esperanza y el amor que sentía. Luiza estaba a mi lado, ajustando los últimos detalles de mi velo.
- Estás preciosa, Joarah", me dijo con una sonrisa cariñosa.
Le devolví la sonrisa, nerviosa y ansiosa, pero preparada para empezar esta nueva etapa de mi vida. Dolores entró, pero parecía un poco preocupada.
- Emmanuel necesita hablar contigo -dijo Dolores, con tono cuidadoso.
Mi corazón latió más rápido mientras seguía a Dolores hasta donde estaba Emmanuel. Estaba en el jardín, tenso y alterado. Cuando me vio, sus ojos revelaron una mezcla de dolor y confusión.