Estuve diez años casada con el amor de mí vida, aún sabiendo que el amor de mí vida, amaba a mí hermana.
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Capítulo 13
...Kendric....
—Abuelo, te estoy diciendo que no es correcto que le lleve flores a esa mujer sólo porque es amiga tuya. ¡Es raro! –Exclamé, intentando hacer entender a mí abuelo que las cosas ya no funcionan como en su época–.
—¡Deja de hacerte el tonto, mocoso! Vas a tomar ese ramo de flores, el más bonito de mí tienda, e iras con Aspen a felicitarla por la inauguración de su local. –Ordenó, sin dar oportunidad de refutar–.
—Wow... Wow... ¿Flores? ¿Mujer? ¿Inauguración? ¿De qué están hablando ahora? –Intervino mí mejor amigo, Gian–.
Suspiré con frustración.
—Mí abuelo tiene una amiga, la dueña de la tienda de aquí al lado. ¡Y ahora me está obligando a que le lleve flores! –Solté irritado–.
—¿En serio? ¿Y está sexy? –Soltó con una sonrisa maliciosa–.
Lo conocía muy bien, un mujeriego que se acuesta con cualquier cosa hermosa que vea.
—No te atrevas, idiota. –Le dí un golpe en el hombro, y él sólo rió–.
—Abuelo. –Se dirigió a mí abuelo–. Cuéntame más sobre ésta amiga tuya, ¿Es bonita?
Mí abuelo asintió, acomodando unas flores.
—Oh, pero claro que lo es. –Afirmó–. Es por eso que quiero que éste idiota se acerqué a ella, pero no me hace caso. –Comentó, señalándome–.
Pasé mí mano por mí cabello, desordenándolo.
—¿Por qué no quieres salir con ella, eh? –Intervino Gian, haciéndome enojar aún más–.
—¿Bueno? ¿Y por qué querría salir con ella? Es una madre soltera, divorciada. ¡Básicamente, es una señora! –Remarqué, ganándome un golpe de mí abuelo–.
—No actúes como si aún fueras joven, Kendric. Estás pisando los cuarenta. –Me recordó–.
—Entonces, ¿Qué? –Continuó Gian–. ¿No te gusta porque es madre soltera?
Tsk... Odio que me interroguen.
—¡No! ¡No me importa que tenga un hijo, pero no me meto con mujeres al azar y lo sabés! Todavía estoy esperando a Tiffany, y no saldré con ninguna mujer que no sea ella. –Hablé con convicción–.
Gian rodó los ojos.
—Tiffany, claro, la mujer que te dejó sin dar explicaciones y nunca más regresó. Es la opción más justa, sin duda. –Comentó con sarcasmo–.
Eso me irritó.
—¿Bueno? ¿Y eso a ti que te importa? –Solté sin más–. ¡Si no quiero salir con una maldita madre soltera, no lo haré y punto final! Además, la están poniendo en un maldito pedestal. No se han puesto a pensar que si su matrimonio fracaso en primer lugar, entonces no es tan buena como parece ser. –Verbalicé con veneno–.
Una vez más, mí abuelo me golpeó.
—Si no quieres llevarle las flores, entonces no lo hagas. Pero no te atrevas a hablar así de una mujer a la que no conoces. –Habló con severidad–.
Era cierto, yo no conozco a esa mujer como para especular de ese modo.
Simplemente me irritó que intentaran con todas sus fuerzas hacer que salga con ella, aún cuando saben que mí corazón le pertenece a Tiffany.
Pero, es cierto, la señorita Aspen no tiene la culpa de nada.
Respiré profundo y me calmé.
—Está bien, abuelo, lo haré. Le llevaré las flores. –Accedí, ahora más calmado–.
Sin embargo, mí abuelo negó.
—No, no es necesario. Solo vete con tus mujeres o vayan a beber como siempre hacen. –Nos dió la espalda, comenzando a arreglar unas flores marchitas–.
Gian y yo intercambiamos miradas.
Tsk... Maldita sea, mí abuelo estaba molesto.
—¿Y que harás tú, abuelo? –Preguntó Gian–.
—Iré a la inauguración de la tienda de mí amiga.
—¿Solo? –Intervine–.
—Sí.
Sin nada más que decir, mí abuelo se fue. Dejándonos solos en la tienda, como si fuéramos dos niños castigados.
—¿Tenías que hacerlo enojar? –Gian me dió un golpe–. Buen trabajo, idiota.
Rodé los ojos, frustrado con la situación y conmigo mismo.
—Cállate. –Me quejé–.
—Imbécil. –Me insultó, tomando su chaqueta y unas flores del lugar–.
—¿Adónde vas? –Pregunté con curiosidad–.
—Voy a la inauguración, quiero ver con mis propios ojos si aquélla madre soltera es tan sexy como el abuelo dice. –Comentó con una sonrisa–.
Éste hijo de puta...
—No vas a acercarte a esa mujer sólo para follarla y luego goshtearla. –Me crucé de brazos–.
Él soltó una carcajada.
—Que lindo eres, Kendric. ¿Te preocupas por esa mujer? Es irónico considerando que dijiste que seguías esperando a Tiffany. –Enarcó una ceja, burlándose–.
—¿Eso que tiene que ver? –Solté a la defensiva–.
Gian rodó los ojos, comenzando a caminar a la puerta.
Tsk... No debería importarme, pero no puedo dejar que Gian juegue con una madre soltera.
—¡Espérame, imbécil! –Grité y él se detuvo, observándome por encima del hombro–. Voy contigo.
...Aspen....
Mientras me preparaba para poder ir a mí fiesta de inauguración, el timbre sonó.
Carolina estaba más cerca de la puerta así que fue a abrir.
La verdad es que no esperábamos a nadie pero, me vi en la obligación de ir cuándo escuché la voz de una mujer a la que odio con toda mí alma, era Dakota.
Mientras me acercaba, pude ver a Carolina luchando por evitar que esa maldita entre a mí casa.
—¿Qué ocurre aquí? –Pregunté, cruzándome de brazos frente a ella–.
Dakota me observó de arriba a abajo, soltando una burla.
—Mi querida hermanita, a ti quería verte. –Habló con desdén–.
—Hermanita, mí trasero. ¿Qué haces aquí?. –Solté con frialdad y ella rodó los ojos–.
—He venido a exigirte que te mantengas alejada de mí prometido.
Lo único que me faltaba, ¿Ésta zorra me estaba pidiendo que me aleje de Aziel? Que gracioso.
—¿Y quién sería? –Sonreí con sorna, haciéndola enojar–.
—¡No te hagas la tonta, Aspen! Sé perfectamente que Aziel se quedó a comer aquí el otro día. ¿No tienes dignidad ni amor propio? ¡Ya superalo! –Gritó–.
Eso me irritó.
—Eres tú la que se comprometió con mí ex-marido. ¿Y la que no tiene dignidad y amor propio soy yo? –Me burlé–.
Ella soltó una risita.
—Aziel me lo propuso a mí apenas volví, quizás porque sabe que no hay nadie mejor que yo. Así que, te lo digo, aléjate de mí hombre.
¿Su hombre? Ésta perra...
—¿Bueno? Deberías controlar mejor a Aziel, ya que si viene a comer en mí casa, es porque en la tuya no lo satisfacen como es debido. –Solté una carcajada, ganándome una bofetada de su parte–.
Ésta maldita...
—Escúchame, zorra, Aziel es mío. Así que mantente alejada de nuestra familia. –Llevó su mano a su vientre, acariciándolo–.
No hay que ser inteligente para saber lo que insinuaba, y yo pude sentir como mí corazón se encongia. Ésto no pasó desapercibido para ella, porque sonrió victoriosa.
—No querrás ser una rompehogares, ¿Verdad, hermanita? –Se acercó a mí–.
Respiré hondo, recomponiendome.
—No proyectes, Dakota. Yo no soy como tú. Y me vale un carajo que estés embarazada. –La empujé fuera de mí casa–.
—¡SÓLO ESTÁS CELOSA PORQUE PERDISTE DE NUEVO, ASPEN! –Ella gritó, y Carolina se hartó–.
—Ésta perra... ¡Ya lárgate de aquí! –La abofeteó, arrojandola al suelo–.
Dakota quedó en shock.
—¡¿CÓMO TE ATREVES, NO VES QUE ESTOY EMBARAZADA?! –Gritó, intentando ponerse de pie, pero Carolina no había acabado aún–.
—Entonces es mejor acabar con el engendro antes de que nazca y se reproduzca. –Dijo Carolina, agarrando el cabello de Dakota, comenzando a arrastrarla hacia la calle–.
Todo lo que podía oír eran los gritos, insultos y el llanto de esa maldita.
¿Y saben algo? Me encantó.
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...¡Dale con la silla! ;D...
...Hoy hubo doble capítulo porque me sentí inspirada ;)...
...Déjenme saber en los comentarios que les pareció el capítulo de hoy. ;)...
Maratón, Maratón
Por fa autora
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