Caroline es una empleada de oficina común. Trabaja como cualquier persona y luce tan ordinaria que nadie sospecha nada. Pero lo que no muchos saben es que, en realidad, ella es la jefa de una poderosa mafia en el mundo subterráneo.
Un día, durante un viaje de negocios, Caroline es atacada por uno de sus enemigos y muere cuando el helicóptero que abordaba cae y explota.
Cuando despierta, descubre que ahora habita el cuerpo de otra mujer.Mirándose al espejo y tocando su rostro con desconcierto, solo puede murmurar: “¿Quién…?”
¿Será Caroline capaz de sobrevivir en este nuevo mundo que no conoce?
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Capítulo 17
¡Demonio Nix! Caroline los llamó a través de la mente.
"¡Sí, ama!" ambos respondieron al unísono.
"¿Saben cómo aumentar la resistencia de los caballos?" preguntó Caroline.
"¡Por supuesto! El ama solo tiene que darles a los caballos comida que contenga su propio maná," respondió Demonio.
"¿Eso es todo?" preguntó Caroline.
"Sí, solo eso," respondió Demonio.
"Bien, lo intentaré mañana," dijo Caroline.
"¿Princesa?" llamó Ebi.
"¿Sí?"
"Preguntaba si la princesa ya se había reunido con el comandante Evan," preguntó Ebi.
"Oh, eso..." Caroline buscó en los recuerdos del dueño original.
"Parece que no," respondió Caroline. No encontró ningún recuerdo sobre este comandante.
"Sí... espero que la princesa no se sorprenda por su actitud," dijo Ebi.
"¿Qué pasa con su actitud?" preguntó Caroline.
"Em... eso... no le gustan los débiles," respondió Ebi.
"¿Ja? ¿No le gustan los débiles?" preguntó Caroline con un ligero énfasis en sus palabras.
"Sí... nos dice repetidamente que no seamos una carga para él," dijo Ebi.
"Jajajaja..." Caroline se rió con rabia.
"¿P-princesa?" ¿Por qué se ríe de repente?
"¿Cree que soy débil?" preguntó Caroline con los ojos muy abiertos.
"Ah... no, eso-"
Ebi suspiró con impotencia. "Sí... cree que la princesa es débil y que solo está jugando en el palacio," respondió Ebi.
"¿Jugando?"
"Por supuesto, en mi opinión la princesa es muy fuerte, por eso el Rey la envió a la frontera," dijo Ebi con pánico.
"Entonces, ¿por qué me dices que no me sorprenda por su actitud hacia mí más tarde?" preguntó Caroline molesta.
"Eso yo-"
"Lo siento," Ebi se disculpó de inmediato. No debió haber dicho eso.
"¿Creen que los rumores que circulan hasta ahora son mentira?" preguntó Caroline.
"Eso... no lo sé," respondió Ebi. No lo sabe porque nunca lo ha visto directamente y también la princesa es a menudo subestimada por sus sirvientes y soldados.
Caroline vio a Ebi bajar la cabeza. Bueno... es normal que olviden el rumor de que es un monstruo. No debería estar molesta.
"Hah... olvídalo, les demostraré a todos los que me subestiman," dijo Caroline.
"S-sí, princesa," respondió Ebi. ¿La princesa es realmente fuerte?
"En ese caso, volveré a mi tienda." Caroline se puso de pie y se despidió.
"Sí, princesa..." dijo Demonio.
Caroline entró en su tienda y tomó la espada que le había dado Aland.
"¡Wow... qué espada tan hermosa!" dijo Nix.
"¿Es esta la espada del ama?" preguntó Nix.
"Me la dio mi hermano menor," respondió Caroline.
"El hermano menor del ama debe preocuparse mucho por ella," dijo Nix.
"¿Preocuparse?" Caroline pensó en la mirada de culpa de Aland cuando la vio partir y también en un sentimiento de deuda.
"No creo que pueda llamarse preocuparse," dijo Caroline.
"¿Ja? ¿Por qué?" preguntó Nix confundido.
"Auu... ¡¿qué estás haciendo?!" Demonio golpeó la cabeza de Nix con su pequeña garra.
Demonio le indicó a Nix que viera la expresión de Caroline.
Nix vio la expresión de Caroline, luego se quedó en silencio sin continuar su pregunta.
"Jaja... no pasa nada," dijo Caroline. ¿Qué pasa con este ambiente incómodo?
"Solo estaba pensando que no tengo una familia que esté de mi lado," dijo Caroline. Incluso en su vida anterior no tenía una familia de sangre.
"Ama." Demonio y Nix miraron a Caroline con una mirada triste.
"De verdad que no pasa nada, ahora los tengo a ustedes," dijo Caroline con una sonrisa en su rostro.
"¡¡Huwaaa ama!! No te dejaré." Demonio abrazó las piernas de Caroline con lágrimas en su rostro.
"¡¡Ama, siempre estaré de tu lado!!" dijo Nix acariciando el rostro de Caroline.
"Jajaja... basta, me da cosquillas." Caroline los empujó a ambos, luego los abrazó a ambos.
"Muchas gracias."
"De nada, ama," respondieron Demonio y Nix.
Bueno... en este mundo solo confía en Demonio y Nix. ¿Para su futuro esposo?... Todavía no puede confiar en él. Por ahora, veamos qué pasa. Si no es confiable, simplemente déjalo ir, quiere vivir libre y relajada.
A la mañana siguiente, todos comenzaron a viajar nuevamente hacia la frontera.
"¿Falta mucho?" preguntó Nix.
"Ya les di a los caballos comida que contenía mi maná."
"¿Por qué la velocidad sigue siendo la misma?" preguntó Caroline.
"Eso es porque el cuerpo del caballo tarda un tiempo en absorberlo," respondió Nix.
"Sí... Y también más tarde el caballo experimentará un cambio en el tamaño del cuerpo," dijo Demonio.
"¿No sería sospechoso si fuera así?" preguntó Caroline.
"Cambiará gradualmente hasta que nadie se dé cuenta," respondió Demonio.
"Es bueno si es así." No quiere levantar sospechas.
"Oye, mira... nuestra princesa se ve segura de sí misma." Un soldado caminó al lado de Caroline.
"Jajaja... no digas eso," dijo otro soldado.
Caroline los miró a ambos. Le parece haberlos visto antes. Caroline trató de recordar, ¿dónde los vio?
"¡Oh!"
"¡Ustedes son adoradores de Edelyn!" Caroline recordó que estos soldados siempre estaban al lado de Edelyn, incluso durante el caso del monstruo.
"¿Q-qué?"
"¡¡No somos adoradores!!" gritaron ambos.
"¿Entonces acosadores?" preguntó Caroline.
"¡T-tú!"
Caroline solo se quedó en silencio y continuó caminando montada en su caballo.
"¡¡Oye!!" gritó el soldado. Viendo que la princesa lo ignoraba, no podía permitirlo.
"¡¡Morirás en el campo de batalla!! ¡¡El Rey te envió a la frontera para matarte!!" gritó el soldado.
Caroline se detuvo por un momento.
"O-oye... ¿no es eso exagerado?" dijo el otro soldado. No le gustaba la princesa Caroline, pero no se atrevía a ser tan insolente como eso.
"¿Qué? ¿No es cierto?"
"El Rey envió a la princesa para matar a su propia hija," dijo.
"¡¡Detente!!" gritó Ebi.
"¡¡Cómo te atreves a hablar así de la princesa!!" gritó Ebi de nuevo. Estaba en la primera fila, así que no escuchó la conversación de los soldados detrás de él.
"Déjalo," dijo Caroline. Caminó hacia el soldado que estaba hablando de ella.
"¿Q-qué? No te acerques," dijo el soldado con miedo.
Caroline siguió avanzando hacia el soldado.
"¿De quién escuchaste que el rey me envió para que muriera?" preguntó Caroline.
El soldado se quedó en silencio, lo sabía por la princesa Edelyn. Pero no podía decirlo, esto empeoraría la imagen de la princesa Edelyn.
"Y-yo, por supuesto que lo sé por la actitud del rey hacia la princesa," respondió el soldado tartamudeando.
"Heee... ¿de verdad?" preguntó Caroline.
Caroline avanzó y le susurró al oído al soldado. "¿Estabas allí cuando liberé al monstruo?" preguntó Caroline.
El soldado recordó el incidente cuando el monstruo fue liberado por la princesa. Abrió mucho los ojos. ¿La princesa va a sacar un monstruo a través de la magia negra?
"E-eso"
"Cálmate, no voy a sacar un monstruo," dijo Caroline.
El soldado sudaba frío. "Pero, ¿sabes cuál es el castigo si insultas a la familia real?" preguntó Caroline fríamente.
El soldado tembló al escuchar la pregunta de Caroline. Por supuesto que lo sabe... pero la princesa es solo una princesa ignorada... ¿no es posible que ella pueda castigarlo?
Caroline vio el movimiento detrás de los arbustos y sonrió con malicia.
El soldado vio a Caroline sacar su espada. ¡¡No!! ¿Ella quiere matarlo?
Caroline tomó su espada e inmediatamente la desenvainó.
"¡¡¡Noooo!!!! ¡¡¡¡Aaaaaa, perdóname!!!!" gritó el soldado.
"¡¡Grooonkkk!!!!!!"
El soldado abrió los ojos. ¿Aún no está muerto?
"¡Ah! ¡Parece que tenemos carne fresca para esta noche!" dijo Caroline.
El soldado miró hacia atrás, la princesa arrojó su espada hacia un jabalí.
Caroline miró al soldado y se acercó a él. Viendo el rasguño en su mejilla.
Caroline limpió la sangre con su pulgar. "La próxima vez no solo haré un pequeño rasguño," dijo Caroline. Luego se fue dejando al soldado.
El soldado cayó débilmente de su caballo.
"¡Oye, ¿te has orinado encima?!" gritó otro soldado.
"Tráeme mi espada," dijo Caroline.
"B-bien," respondió Ebi.
Fin del Capítulo 17.
