La Bruja Y El Príncipe.

Finalmente habían llegado al Oriente, en la entrada del palacio, el Rey del Oriente, ya la esperaba en compañía de sus hijos, el príncipe heredero Adam y el menor, Edgar, el más atractivo de ambos, pues las sirvientas que viajaban con Alexa, no pudieron evitar suspirar al verlo, aunque Adam el mayor, no se quedaba atrás tampoco. Alexa baja del caballo, inclinando un poco la cabeza ante el Rey.

- Alexa Scarlett, reina del Imperio saluda a su majestad.

- es un honor, reina, Francis Hubert, Rey del Oriente. Estos son mis hijos, mi heredero Adam y mi hijo menor, Edgar.

Edgar se acerca y le sostiene la mano, estaba por besarla, pero Alexa aparta la mano jalando discretamente a William junto a ella, Edgar lo nota algo avergonzado por ser evitado.

- es honor conocerlos príncipes, este es mi esposo.

- William Ross, un gusto altezas.

- bienvenidos, espero su estadía sea buena. Yo debo retirarme, pero Edgar la guiará al palacio de invitados, ahí toda su gente puede descansar.

- se lo agradezco.

El rey y Adam se retiran, mientras que Edgar le ofrece el brazo a Alexa, pero esta lo rechaza, parece que estaba en lo correcto, el Rey tratará de unirla a uno de sus hijos.

- reina, le aseguro que el palacio de invitados, le va encantar, es un lugar muy cómodo.

- yo diré si es así después de quedarme una noche.

Edgar frunce el ceño, la mujer esta siendo muy seca con él y no le gusta eso, si bien solo quiere seducirla para su beneficio, puede notar el atractivo de la mujer, más con el atuendo tan ajustado que usa. Llegaron a una sala grande y más adelante, las escaleras, los guía hasta arriba donde esta la habitación más grande.

- reina, esta será su alcoba y la siguiente, es para su alteza William.

- eso, no, William se queda conmigo, es mi esposo después de todo.

William abre la puerta dejando que pase primero Alexa.

- ci-cierto. Disculpe, su gente puede instalarse en las habitaciones de abajo.

- gracias príncipe, se los haré saber.

Respondió William mientras cierra la puerta después de que Alexa entro a la alcoba.

- por ahora, mi esposa desea descansar.

- si, entiendo, los veré para la cena.

Edgar se apresura a salir de ahí, molesto porque no pudo tener oportunidad de hablar a solas con Alexa, va tener que aprovechar el banquete de bienvenida, espera que en algún momento este sola, para empezar a seducirla.

Después de que William informo donde pueden instalarse a los guardias y sirvientes, fue a la alcoba con Alexa, llevando su equipaje; ella ya esta recostada, cubierta con su capa.

- ¿debo quedarme aquí de verdad?

- si, es necesario, si no quieres dormir en la cama, puedes usar el sofá.

Alexa se sienta para quitarse los zapatos, los deja a un lado y busca en su equipaje, una ropa más cómoda, ahí mismo empieza a desvestirse, causando que William se sonroje y se da la vuelta.

- alteza, debió avisar para que yo saliera.

- ¿acaso nunca has visto una mujer en ropa interior?

- n-no es lo mismo, alteza.

- lo es, tengo lo mismo que las que has visto.

Dejo el traje a un lado y se coloco el camisón largo, era más cómodo para dormir. William deja salir un suspiro y él, por su parte, mejor se va al baño para cambiarse. Alexa se acuesta de nuevo, quiere dormir un rato, antes de que les llamen para el banquete; William que se ha cambiado, toma una almohada y una cobija, para ir al sofá.

Finalmente, la hora había llegado, Alexa como siempre, aun siendo un banquete, usaba un traje de los que acostumbra siempre usar, llevando una capa y su fiel espada en la cintura, hizo su entrada cuando fue anunciada, junto con William que vestía un traje blanco, ambos saludaron al Rey y tomaron sus lugares, aun cuando William estaba a un lado de ella, del otro, Edgar se sentó y le sirvió vino.

- este vino, es del mejor del país, espero le guste reina.

- ya veremos.

Bebe un poco, tenía razón, tiene buen sabor, William también ya estaba bebiendo pues una sirvienta ya le ha llenado la copa; mientras comen y beben, en el centro del salón, hay un show de danza, aunque eso solo entretiene a los hombres, Alexa ya se aburría.

- reina, si le parece aburrido, ¿que tal un paseo por el jardín?

- que buena idea, príncipe Edgar.

Voltea a ver a William y le sonríe.

- vayamos, ha pasado tiempo que no tenemos un momento a solas.

- si, gracias por la idea príncipe Edgar.

William le sonríe burloso, pues también ha notado las intenciones del príncipe Edgar. Ambos se ponen de pié y salen de aquel salón, dejando a Edgar enojado, no puede creer que este siendo rechazado.

William y Alexa caminan por el jardín, en algo tenía razón ese príncipe y es que era un lugar muy lindo, lleno de flores y un estanque, caminaron hasta llegar bajo un árbol enorme de flores blancas, Alexa se quedo mirando y sonríe cálidamente, una sonrisa que William ve por primera vez, pues antes, sus sonrisas siempre estaban llenas de malicia o las usaba para mostrar que se divertía acabando con sus enemigos; William se quedo mirándola y se sonrojo levemente.

- alteza, usted es her...

- ¿quienes son ustedes?

Una voz interrumpe sus palabras, en ese momento, Alexa se paralizó, mientras que William solo voltea a ver a quien le hablo, era una chica joven, de cabellos castaños y vestía algo sencilla.

- lamentó interrumpir, pero, no les había visto nunca ¿son los invitados de mi padre?

- y-yo...si, si, somos invitados del Rey, soy William y ella es...

Antes de poderla presentar, Alexa reacciona y se apresura a salir de ahí corriendo, si, su sueño era una premonición, sin duda, aquella chica era la que roba el corazón de William y causa que este, decida matarla, huye lo más rápido posible.

- l-lo siento, la asuste.

- no, no, ella es así, lamento dejarla, me presentare apropiadamente la próxima vez.

- claro, adelante.

La chica no entendía bien que pasaba, así que les deja ir. William se apresura en ir, en busca de Alexa, no se explica porque salió así de repente.