Amor A Conveniencia

Deje a Victoria calmarse, definitivamente ella no mentía, así que lo más probable era que el hombre uso un nombre falso, eso complicaba un poco más las cosas, pero prometí que lo encontraría para que ella decidiera luego que iba a hacer con el, solo tendríamos que buscar en los lugares indicado y preguntarle a las personas correctas.

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VICTORIA

me sentía usada, humillada, burlada, ese idiota iba a pagarme caro lo que me había hecho, lo iba a encontrar e iba a hacer que se arrastrará pidiéndome perdón.

pase la mañana ocupada tratando de entender el método de trabajo de esta empresa, Adriana, era una buena compañera, nos íbamos a llevar muy bien, sin darnos cuenta se hizo hora del almuerzo cuando me alistaba para salir entro Maximiliano.

-estas lista?- pregunto.

-si, por supuesto - dije mientras me disculpaba con Adriana y salía tras mi marido.

llegamos a la casa de mi suegro, de día era más hermosa de como se veía en la oscura noche.

-buenas tardes señor Maximiliano, señorita, su padre los espera en el. jardín

-Gracias, Ana!- dijo Maximiliano y paso conmigo agarrada de su brazo.

caminamos hasta el jardín, estaba la mesa puesta y su padre se encontraba hablando con Ignacio.

-buenas tardes padre.- dijo Maximiliano muy formal.

-buenas tardes Don máximo- le dije mientras me acercaba y le deba un beso en la mejilla

-esta jovencita me cae muy bien, Max - le dijo sonriendo.

-falta el mio- dijo Ignacio juguetón

-no se te ocurra- le dijo Maximiliano serio.

tomamos asiento junto al señor máximo e Ignacio pero hoy tampoco estaba la esposa ni el otro hijo.

-tu mujer, no piensa aparecerse?- dijo Maximiliano de mal humor.

-esta en su habitación con tu hermano- dijo don máximo restandole importancia.

no había visto el perro grande que se acercaba corriendo a la mesa, cuando estuvo cerca me asusté y derrame jugo encima del traje de Maximiliano.

-yo... lo siento me asuste- le dije apenada.

sabía que Maximiliano iba a matarme, podía sentir su rabia creciendo.

se levantó de la mesa y yo lo seguí para ayudarle a limpiarse.

entramos a la cocina, el tenía esa mirada de asesino serial

-fue sin culpa- dije apenada

el no dijo nada tomo un pañuelo y comenzó a limpiarse el jugo del saco, yo me acerque, sabía que podía gritarme en cualquier momento pero debía intentarlo, tome el pañuelo de su mano y comencé a ayudarlo.

-es un traje de mis favoritos victoria - dijo apretando los dientes.

-lo siento, trabajaré este mes para pagartelo

-no es necesario, pero si de verdad quieres pagarme puedes darme un beso- y ahí estaba ese cambio de humor que daba miedo.

-tu no tienes algo así como trastorno de personalidad?

-que yo sepa estoy en perfecta salud mental.

me rei por su comentario, y seguí limpiando su traje, cuando baje a limpiar su pantalón pude ver que estaba marcado en su zona íntima, los leves toques había causado una erección.

el me miraba, como si me fuera a devorar en cualquier momento, me tomo la mano, haciendo que me detuviera, me miró a los ojos y se fue acercando para darme un beso, mi corazón latía deprisa, estaba muy cerca de mi, podía sentir su aliento rozar mis labios.

-quien crees que sea la víctima de ese ogro- escuchamos.la voz de una mujer que se dirija al jardín.

-no lo sé, pero sea quien sea, me da un poco de lastima- dijo un hombre mientras reían juntos.

había algo, en esa voz, esa risa...

no podía ser cierto, esa voz era inconfundible, la había oído muchas veces, lo había escuchado reir conmigo más de una vez.

sentí que iba a desmayarme en cualquier momento.

-Victoria que tienes?- pregunto maximiliano angustiado.

-esa voz.

-que voz?

-la de ese hombre... es el...- dije mientras temblaba de impotencia.

-esa es la voz de mi madrastra y samuel.- dijo Maximiliano pensativo.

esperamos un rato que las voces se dejarán de escuchar y me asome por una ventana de la cocina que daba hacia el jardín.

maldición es el, es el.idiota de Luis Fernando, el hombre que hacia una semana me había abandonado antes de casarnos.

-quiero irme - le dije a maximiliano

-por favor!, sácame de aquí, no estoy lista.- le suplique.

el tomo mi cara entre su manos y me abrazo

- no estas sola Victoria.!- me alentó

-no me hagas salir - por favor, mis lágrimas caían por mis mejillas, no podía dejar que el me viera así.

-ire a decirle a mi padre, que se presentó un inconveniente en la empresa, espérame aquí.- dijo mientras salía a excusarse para irnos.

sentí que había Sido una eternidad tenía miedo de que el me viera ahí, así que camine apresurada y salí de esa casa lo más rápido que pude.

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MAXIMILIANO

No entendia por qué victoria se había puesto así, su cuerpo temblaba, y no dejaba de llorar, quería salir corriendo, así que fui a disculparme con mi padre para irnos a casa, ella tenía que explicarme qué era lo que estaba pasando.

mi padre se disgusto, pero no le di importancia, mi madrastra y Samuel se burlaban disimuladamente, los ignore y salí de ahí en busca de victoria.

Para mí sorpresa ya se había ido de la casa, la alcance en la entrada de la mansión, la guíe hasta mi auto y la subí con cuidado.

conduje un rato largo esperando que se calmara, pero era imposible que dejara de llorar.

teniamos que hablar, tenía mucho que contarme, no quería que nos distrajerán así que maneje hasta la casa que tenía en la.playa, quizás frente al mar podría calmarse y explicarme todo.

llegamos le ofrecí una copa de vino, ella la tomo salió al frente de la casa a ver el mar.

me senté a su lado, esperando que comenzará a hablar pero estaba tan sumida en sus pensamientos.

- cuando era pequeña, mis padres siempre me llevaban a la playa, decían que era el lugar más tranquilo para estar, que si necesitabas escapar del mundo el mejor lugar era junto a la playa- dijo mientras se quitaba los zapatos y caminaba en la arena hacia la orilla de la playa.

me quite el saco, y los zapatos, tome la botella de vino y camine tras ella, al llegar cerca de la orilla se sentó y me invitó a sentarme con ella.

-el día que lo conocí, yo iba saliendo de un restaurante, alguien me había dejado un papel con un número de teléfono, abajo había un pequeño escrito que decía, eres el ángel de mi cielo.

iba entretenida leyendo que no ví el carro, fue un golpe leve pero aún así la.pierna me dolía y las manos se habían raspado.

el se bajó del auto, me llevo al hospital a pesar de que dije que no, el me confesó que el había Sido el de la nota, y que se había distraído mirándome cuando me atropello, me invitó a cenar y de ahí me juro que estaba enamorado de mi.

pero todo era mentira, me mintió, me uso, no siqueira es quien decía ser.

-hablas de mi hermanastro?- ya sabía la respuesta pero necesitaba estar seguro.

ella me miró y asíntio.

-el fue el que me dejó planta en el altar, el es Luis Fernando Ryder.