Mi Pedazo De Cielo

TRES AÑOS DESPUÉS

Ya habían pasado tres años desde que mi vida había cambiado por completo. No solo era copropietaria de una marca que con el pasar de los años había ganado gran prestigio, también era la fundadora de una organización benéfica que ayudaba a mujeres en situaciones precarias. También a niños en situaciones de orfandad.

Aunque nuestras acciones eran solamente una gota de agua en el desierto. Ciertamente, esperaba que con el tiempo podamos ayudar a más personas.

Cuando establecimos la fundación publicamos nuestra historia como testimonio, las chicas y yo queríamos que quien leyera nuestra historia y viera nuestros logros se inspiren para ser cada día alguien mejor.

Sin embargo, cabe destacar que algunas personas nos acusaron de ser personas embacaudoras y fraudulentas que solo buscaban llamar la atención de los medios. Después de todo, poco tiempo después del nacimiento de Milena, alguien había investigado que el dinero obtenido para convertir el taller en una casa de moda, así como los fondos establecidos para la fundación fueron obtenidos vendiendo “fotos pornográficas”.

Pero, quizás debido a que la pareja Cash eran nuestros portavoces y sus fans eran realmente personas cariñosas, la opinión pública de nuestro lado fue bastante… favorable.

Dana: ¿Y qué importa de dónde obtuvieron el dinero? Al menos están haciendo cosas buenas.

Rita: Solo están celosos.

Mónica: Consigan una vida.

Natri: No, no voy a caer. Je. Ellas son mis mejores amigas y he ido a todos los cumpleaños de sus hijos, así que piérdanse haters de mierda.

Fernanda: Dejen en paz a mis reinas.

Karina: Aunque ustedes me quieran meter en la cabeza de que ellas son malas persona, no les voy a creer, ellas no son así, y vayan a llorar a otro lado.

Darío: No me digan que los haters de Karla y Jeremy están haciendo otra vez de las suyas y ahora se están metiendo con su patrocinio. Tsk. No sé preocupen, no caeremos de nuevo en sus artimañas.

Si el objetivo de la otra parte era boicotear nuestra marca y empresa recién establecida. Pues hizo un movimiento demasiado audaz teniendo en cuenta que los fans de Jeremy y Karla eran demasiados, además de que eran conocidos como los más feroces, después de todo, ellos habían pasado una situación similar en el pasado cuando se habían viralizado fotos de Karla desnuda.

Por lo que la opinión pública de nuestro lado fue extremadamente positiva, haciendo que pronto esas voces que nos despreciaban fueron calladas.

En cuanto a la enfermedad de Andresito, él aún se mantenía en constante tratamiento con su estado cambiante. Lo único de lo que estaba agradecida era que ya no había vuelto a tener esos episodios de colapso. Parecía que mientras él siguiera tomando sus medicinas que eran demasiadas caras, ya que eran experimentales, él podía seguir viviendo una vida tranquila.

Pero, no podía evitar sentirme preocupada debido a que su comportamiento se había vuelto algo introvertido y taciturno en los últimos años.

Lo había encontrado más de una vez asomado en la ventana mirando a la nada, lo que solo hacía que me doliera el corazón. Intenté llevarlo con algunos psicólogos, para averiguar qué tenía, pero ninguno supo llegar al meollo del problema. Por lo que intenté pasar más tiempo con él y con Milena.

En cuanto a Milena, era todo lo contrario a Andresito, ella es un terremoto total que destruye todo a su paso. Siempre anda correteando, saltando, cantando o gritando. Incluso habla hasta dormida. Realmente, muchas veces no sabía qué hacer con ella debido a que salía con cada travesura.

Y la forma en la que trataba a las personas era como si fueran sus sirvientes. Ciertamente, creo que ha sido mimada demasiado.

Durante todo este tiempo, no supe de ninguna noticia de la familia Hidalgo, ya sea del bastardo de Sebastián, el iceberg de Max, el cobarde de Alejandro o la bruja de su madre, más que los chismes ocasionales.

Era como si hubiera una línea entre nosotros que nos dividía, lo que realmente me hacía feliz, ya que no quería saber nada de esa familia.

Ciertamente, tuve miedo de que alguno de ellos apareciera en mi vida luego de todo el asunto del desfile de moda, sobre todo porque en aquel entonces estaba embarazada. Sin embargo, parecía que mis acciones habían pasado desapercibidas para ellos.

Lo que me llenó de alivio.

Yo no quería que mi pedazo de cielo se viera destruido por ellos.

Por lo que después del primer desfile decidí ya no volver a mostrar mi rostro públicamente. Debido a esto, todo el mundo creía que Scarlett era la única propietaria de la casa de moda y de la fundación.

***

— Milena no corras, te puedes caer — dije mientras perseguía a mi hija, la cual luego de bañarse había empezado a corretear desnuda por toda la casa.

Me llevé una mano a la cabeza mientras miraba a Mariana en busca de ayuda.

Aquella mujer de ojos verdes sonrió me miraba de manera impotente y se dirigía a tratar de atrapar a Milena, pero esta solo corrió como si estuvieran jugando a las cogidas.

Mariana era la persona que hacía las tareas de limpieza del hogar y se quedaba a cargo de mis hijos cuando yo no estaba presente.

— ¡Mami, no me atrapas! — canturreo mientras se trepaba y empezaba a brincar encima de la cama.

Andresito que se había mantenido en una esquina observando las locuras de su hermana, sacudió la cabeza.

— Hazle caso a mamá Lena o no jugaré contigo más tarde.

Ante las palabras de Andresito, Milena detuvo sus movimientos mientras frunció los labios haciendo que sus ojos azules se vieran grandes, haciendo que por un momento contenga el aliento.

Si Andresito era igual a mí físicamente, Milena era igual a Alejandro.

Los mismos ojos azules.

La misma nariz.

El mismo tono de cabello.

Por lo que no pude evitar pensar con ironía que si alguien de la familia Hidalgo llegará a ver a Milena, esta vez ninguno de ellos dudaría de la paternidad de Alejandro.

— Bien, bien — accedió Milena mientras me abrazaba — Te amo, mami.

Sonreí ante su astucia.

— Eres una niña mala, mira que por andar correteando vamos a llegar tarde a la cena en casa de Scarlett.

Milena sonrió mientras empezaba a repartir un montón de besos por mi cara a modo de disculpa.

— Ella no está para nada arrepentida — comentó Mariana mientras me ayudaba a vestirla.

Sonreí estando de acuerdo con sus palabras.

Hola, pequeña reina, gracias por leer, no te olvides de dejar un like o comentario, con amor, Erica.