Esteban, un ex-maestro francotirador retirado, recibe una sorprendente segunda oportunidad en la vida gracias al poder del enigmático "Sistema del Heredero".
Tras ser transportado al pasado, Esteban se encuentra en el cuerpo de Miguel, el quinto heredero al trono del Reino Lornvyr, quien ha sido desterrado a la desolada frontera norte.
En este nuevo y peligroso papel, Esteban debe adaptarse rápidamente a las intrincadas luchas políticas del reino y enfrentar las duras condiciones de la frontera, mientras el reino está al borde del colapso, con amenazas tanto internas como externas que ponen en peligro su estabilidad y debilitan aún más la posición de Miguel.
Mientras los bárbaros del reino vecino aumentan sus ataques en búsqueda de invadir y arrasar Lornvyr.
Esteban, con sus habilidades de francotirador y su conocimiento del futuro, se enfrenta a la tarea monumental de unir al reino fracturado mientras fortalece sus defensas navegando por alianzas inciertas y traiciones.
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Capítulo 11: Manos de Fuego
-Estoy de vuelta.
Mirando a su alrededor observo su cuarto, por la ventana se podía ver aun la oscuridad, poniéndose de pie comenzó a buscar ropa para cambiarse.
-Debería tener ropa de ambos mundos dentro del inventario para poder cambiarme antes de transportarme y evitar que me atrapen, sería difícil explicar la ropa.
Después de arreglar todo comenzó a revisar su inventario.
-Si la poción fue real entonces como uso este pergamino.
Sacando el pergamino comenzó a observarlo detenidamente lucia viejo pero muy conservado.
Palabras completamente ilegibles se mostraban con diagramas que asemejaban diagramas y figuras geométricas entrelazadas.
-Habilidad detectada, ¿desea aprenderla?
-Sistema, por favor apréndela.
Una brisa fresca entro a mi cerebro mientras las palabras “Manus Ignium” se repetían una y otra vez.
-Manus Ignium.
Recitando las palabras en voz alta, comenzó a sentir que algo recorría todo su cuerpo desde su mente hasta sus manos.
La temperatura del cuarto comenzó a aumentar rápidamente mientras las manos brillaban de color dorado pareciendo oro fundido.
El nivel de energía se estaba desbordando, haciendo parecer que todo su cuerpo estaba envuelto en llamas.
Mirando a su alrededor se dio cuenta que las cosas comenzaban a derretirse e incluso la cama ya estaba ardiendo en fuego, a diferencia de lo que esperaba el no sentía ningún dolor incluso era bastante placentero estar envuelto en llamas.
- ¡Unda Gelorum!
Una ráfaga helada soplo contra mi despareciendo por completo mis llamas incluso causándome algo de dolor.
-Daño elemental recibido -1 Hp
- ¿¡Miguel estas bien?! Quien está ahí ¡salga ahora!
Eleonor comenzó a gritar de manera histérica mientras pedro con su espada desenvainada mantenía una posición de ataque.
-Mi señora, no encuentro signos de vida en este lugar a menos que sea alguien tan poderoso como su venerable Abuelo no podrían escapar de mis sentidos.
- ¡Miguel Estas bien háblame! por favor te lo suplico.
Las ultimas palabras de Eleonor eran sollozos desesperados.
-Madre, estoy bien pero ese viento gélido me lastimo un poco y no podía moverme, perdóname ya no llores.
Corriendo a abrazar a Eleonor mientras sobreponía su imagen en la de Maria haciéndolo sentir increíblemente culpable por haberla hecho llorar.
-Este bien hijo, todo está bien mientras te encuentres bien.
-Joven maestro Miguel, nos podría explicar que fue lo que sucedió en este lugar.
Las palabras de Pedro despertaron a Eleonor quien comenzó a reflexionar como su hijo había sobrevivido a un mar de llamas sin ningún rasguño.
-Es cierto Miguel, como sobreviviste a ese fuego sin ningún rasguño.
-Madre, observa esto ¡Manus Ignum!
Las llamas se reavivaron rápidamente mientras que la temperatura volvía a aumentar demasiado rápido.
-Despertaste tus habilidades pero… hace unas semanas midieron tu poder mágico y no tenias ni el más mínimo rastro de Mana.
-Es realmente extraño su majestad pero no es imposible quizá necesitaba regresar a su lugar de origen para despertar.
-Eso es cierto pero como obtuviste el hechizo parece llamarse “Manos de llama” pero para desarrollar aun el hechizo más básico se necesitan meses de entrenamiento y este hechizo es bastante poderoso.
-Madre ayer mientras vaciábamos las casas de los nobles encontré un pergamino con un hechizo y me di cuenta de que podía leerlo por lo que lo aprendí y hoy estaba tratando de usarlo y ocurrió esto.
-Oh ya veo, aprovechando que estas despierto me gustaría preguntarte algunas cosas.
Cambiando el tema sutilmente Eleonor decidió respetar la privacidad de su hijo.
-Si madre puedes preguntar lo que desees.
-Ayer básicamente declaraste a toda la nobleza de la ciudad tu enemiga, puedo saber por qué decidiste tal cosa.
Las palabras de su madre retumbaron como un trueno en su mente el día de ayer mientras pensaba que todo era un sueño básicamente había ofendido a todos los nobles, incluso había dado su apellido materno que podría ser considerado una traición a la corona.
Agilizando su cerebro se le ocurrió algunas buenas excusas para poder explicarse.
-Mientras caminaba contigo me di cuenta de las condiciones tan deplorables en las que viven nuestros súbditos además de que esa basura decidió abandonarnos sin ningún remordimiento cuando aun faltan 5 meses para el invierno, es clara su postura contra nosotros por lo que no es necesario que permanezcan aquí.
-Joven Miguel puede que no lo sepa pero todos estos nobles comparten muchos vínculos con las familias de la capital por lo que hacerse enemigos de ellos podría causar que las demás familias tomen acciones contra usted.
-De cualquier manera lo hiciste muy bien hijo y no te preocupes por la nobleza si se atreven a venir me encargare de que no puedan regresar.
Las palabras de Eleonor podían sonar amigables pero el aura que liberaba era realmente aterradora su sola presencia era similar a estar en medio de un campo de batalla.
-Gracias madre además me gustaría pedir que mi entrenamiento comience cuanto antes quiero mostrarte que tu hijo es capaz de soportar cualquier tormenta por ti.
La expresión de Eleonor se lleno de dulzura al darse cuenta de que su hijo había crecido y se alegro de haberlo dejado libre para que tomara sus propias decisiones.
-Me parece bien hijo, entrenaras el arte de la espada con Pedro y yo tratare de enseñarte los fundamentos de la magia.
Haciendo una señal a Pedro Eleonor se dio la vuelta retirándose rápidamente.
-Vamos joven maestro sígame.
Caminando rápidamente llegaron al patio interior del castillo, se podían ver algunos blancos y muñecos de madera que parecían ser usados para practicar la espada.
-Comencemos con lo básico, una espada sin fuerza no podrá cortar ni siquiera una hoja por lo que debe fortalecerse comenzaremos haciendo flexiones.
Lanzándose al piso Miguel comenzó a realizar flexiones, como alguien entrenado en el ejercito estos ejercicios le parecían de lo más naturales.
- ¡1\, 2\, 3…. 10…!
¡Ding!
- +.1 de STR.
Un sonido muy familiar resonó en su mente avisándole que su fuerza se había incrementado.
¡Ding!
- ¡18\,19\,20…!
- +.1 de STR.
Motivado por los continuos avisos de aumento de fuerza comenzó a entrenar como si su vida dependiera de ello.
Cuando acabo las flexiones siguió con sentadillas, abdominales y luego correr durante horas, el sonido de las notificaciones no se detenía aunque se había vuelto cada vez más difícil obtenerlos, era claro que su cuerpo se había acostumbrado a la intensidad.