Roselia fue una desafortunada chica que murió debido a que su prometido solo la uso para obtener lo que deseaba. Pero ahora, un alma había reencarnado en ella dispuesta a cambiar su destino, un destino que ya había cambiado sin que ella se lo imaginará, pero, ¿estará a salvo?, ¿que es lo que le espera?
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Capítulo 17- ataque.
Las pruebas contra el duque Avalon fueron presentadas ante Wolfram, quien las revisa minuciosamente. Aquel mercenario Raz fue muy inteligente al obligar a sus socios a firmar contratos con sus sellos familiares, tenía un buen seguro para evitar ser traicionado, aunque era un arma de doble filo, porque se incrima él mismo. Wolfram aceptó las pruebas y le pide a Luna mantenerlas a salvo hasta que se presenten ante el consejo de ancianos y la corte.
Roselia sugiere que en caso de que se sepa de esas pruebas, se diga que quien las tiene es ella, de ese modo, Luna evitará ser el blanco de los enemigos ya que en un ataque, las pruebas podrían dañarse.
— no estaría tranquila si algo le pasará debido a esto, señorita Lexington.— expresa Luna.
— pero es lo mejor para mantener a salvo las pruebas. Además puedo enfrentarme a esos mercenarios.— asegura Roselia.
— yo estaré cuidando de ella también, no debe preocuparse, lo importante es que esas pruebas estén seguras.— habla Vicenzo.
Wolfram también apoya ese plan, mientras tanto, Luna debe permanecer en un lugar seguro. Luna lo pensó mucho, pero, finalmente fue convencida, ya que Vicenzo le contó que ella ya ha peleado con lycan mercenarios y ha salido victoriosa.
Y así, Luna se fue del palacio, llevándose consigo las pruebas, mientras que Roselia y Vicenzo se han quedado en el palacio. Al salir de la oficina del emperador, Roselia carga una vistosa carpeta, mientras comenta emocionada de tener la pruebas suficientes para que el duque Avalon pague por los problemas que les ha causado a su familia. Por supuesto, esto era parte de su plan, ser el objetivo del duque Avalon para obtener su venganza.
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Tal como Roselia lo intuyo, en un par de días el duque Avalon se había enterado que la rubia ya tenia las pruebas para llevarlo a un juicio ante la corte y consejo. Esto lo hizo ponerse nervioso, porque de hacerse el juicio, su reputación caerá más y si hay pruebas de que él envió a los mercenarios, el emperador lo podría condenar. Rápidamente sale de su mansión, debe de encargarse de esa mujer antes que esas pruebas sean presentados ante el consejo.
Durante la noche, había total calma en la residencia de invitados, por supuesto, esa noche Vicenzo y Roselia se habían reunido en el comedor para cenar juntos, después de toda la investigación que han estado haciendo, no suelen estar solos, pues Luna se iba demasiado tarde y ellos solo se iban a descansar, así que esa noche era un poco extraño cenar solos.
— hasta el momento el duque no ha hecho ningún movimiento, ¿esta segura que el tiene espías en el palacio?— pregunta Vicenzo.
— los tiene, es normal si desea enterarse de todo lo que pase. En algún momento hará un movimiento y espero sea pronto.— solo necesita una excusa para darle una lección a ese viejo lycan.
— siendo así, sea cuidadosa al estar sola en su habitación, podría entrar un asesino a buscarla.— le pide Vicenzo.
— si le preocupa puede acompañarme, la noche es fría, podemos darnos calor mutuo.— sonríe ladina.
Vicenzo hasta soltó su cubierto al escuchar las palabras de la rubia. Esa mujer tiene el don de ponerlo nervioso con sus palabras.
— no debería hacer esos comentarios.— deja salir un suspiro.— podría tomarlo en serio, ¿que hará si en verdad aceptó ir a su habitación?
Roselia mantiene su sonrisa, era lindo ver al vampiro intentando seguirle el coqueteo pese a que se sorprendió de más con su comentario.
— ¿que más podría hacer?, aprovechar el momento, quizás pueda ser la futura emperatriz de Mist.— mantiene su mirada fija en los ojos del vampiro.
— vaya sorpresa, tiene un lado ambicioso.— Vicenzo se muestra con calma.
— todas las mujeres tenemos un lado ambicioso, solo depende de como lo usemos y eso determinará que tan bien nos puede ir.— responde con firmeza.
Vicenzo sonríe ante las palabras de la rubia, ella siempre parece tener una respuesta a todos sus comentarios.
—¿y como planea usar el suyo?, ¿quiere seducirme para ser emperatriz?— pregunta curioso.
Roselia se pone de pie para estar más cerca del vampiro, apoyando sus manos en el posabrazo de las silla y así mirarle más de cerca.
— no lo usaría de esa forma, usted no merece que una mujer solo lo vea como un escalón para subir de estatus.— expresa Roselia con sinceridad.
Así como el vampiro le dijo a ella que no merece más que solo ser usada para una noche, Roselia sabe que el vampiro merece una buena mujer que lo aprecie de verdad y que no solo lo use por su estatus. Roselia aprovecha la cercanía para darle un beso, siendo apenas un solo rose de sus labios.
— descanse majestad.— sonríe.
La rubia se aparta y se retira del comedor, dejando a un Vicenzo anonadado por lo que acababa de pasar, nunca imaginó que una mujer lograría ponerlo así de nervioso, menos una humana que conoció hace poco y cuya presencia se va volviendo importante en su vida.
Roselia se había metido a la cama, dispuesta a dormir, pero, debido a que mantiene varias de sus espinas por el jardín, ella nota un movimiento, así que se baja de la cama para dirigirse a la ventana, pero, aunque la luna ilumina el jardín, no es suficiente para poder distinguir alguna silueta, aún así, sabe que hay alguien rodando la zona. Probablemente el duque ya he empezado con sus ataques.
— o tiene valor para atacar en pleno palacio o es lo suficientemente estúpido para hacer algo así.— se dice así misma.
Roselia se distrajo un poco que se sobresalta cuando escucha su ventana romperse y ve como un enorme lycan negro atraviesa por la ventana rota, este tiene los ojos rojos y dirige su mirada a la rubia mostrando sus filosos dientes.
— el duque se esmero en enviarme una perra más grande que la última vez.— sonríe con burla.
El lycan al escuchar las palabras de la rubia levanta las garras y arremete contra ella, pero, Roselia levanta un muro de espinas y al mover las manos hacía adelante, estas espinas se enrollan en la muñeca del lycan. Este se arrebata, sintiendo como las espinas se clavan en su piel, un nuevo estruendo se escucha entrando otro lycan enorme, pero justo cuando estaba por atacar a Roselia, una sombra de ojos rojos se interpone sosteniendo al nuevo lycan de las muñecas y empuja hacía atrás. Roselia observa esa sombra, era una especie de can de ojos rojos, dándose cuenta de que era el emperador vampiro.
Confiando ahora en esa sombra, Roselia ahora pelea contra el lycan de pelaje negro, quien lucha por liberarse de las espinas logrando cortar estas con sus otras garras, listo para atacar de nuevo, pero Roselia corre hacía el balcón y salta, el lycan salta tras de ella, pero del suelo suben más lianas que se enredan en el lycan mientras que ella cae entre los arbustos y después se pone de pie.
El lycan ha quedado en el aire y las lianas poco a poco cubren su cuerpo clavando sus espinas en su cuerpo y mientras más aprietan, también los huesos de la bestia se van rompiendo, lo cual le hace dejar salir un chillido por el dolor.
Dentro de la habitación, la sombra canina ha logrado morder el cuello del lycan y se escucha un crujido que causa que el lycan deje de moverse. Tras esto, Vicenzo regresa a su forma normal y corre hacía el balcón notando que Roselia ahora estaba rodeada de otros cinco lycan y los guardias del palacio también han llegado.
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