La Gavia una emblemática hacienda llena de historia cerca de la capital del país, la cual solo puede ser heredada por un Sámano. A veces pensamos que es solo casualidad que sucedan los mismos infortunios para el heredero, terminando solo y consagrado a favor de mantenerla en pie. Es la segunda parte de La gavia, aquí conoceremos el destino de Matías Sámano. Sobre todo las decisiones y el cambio de Cecilia. También la traición y el engaño de parte del esposo de Cecilia, creando una enemistad con otra familia importante de la comunidad. En la guerra y el amor todo es posible, es ahí donde nace el amor entre Matías y Paulina. Sin saber el porqué de la rivalidad entre sus familias. Poco a poco quedará al descubierto la causa del conflicto entre ellos.
NovelToon tiene autorización de Nay Escoto para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Nuevo comienzo
Capítulo 1
Paso un año después de la muerte de Said, Matías cumplía seis años. Todos los días iba a la cripta familiar a visitar a su padre. Pasaba a veces horas ahí conversando con él sobre su día a día. Cecilia sabia que no era sano su comportamiento.
Un día Cecilia anunció que se casaría con el dueño de la hacienda vecina, su nombre Alejandro Barbosa. A Matias le agradaba Alejandro, sin duda el cariño que le tenía era genuino.
—felicidades cuñada, deseo que tengas un matrimonio feliz. Vanessa y yo decidimos irnos a vivir a la hacienda del Carmen.—le anunciaba Elías
—¿por qué? Esta es su casa.—preguntaba Cecilia con cierta nostalgia
—Es mejor que tengas tu espacio, para que formes una familia.—respondió Elías
Después de la boda, Alejandro se mudó a la Gavia con su nueva familia, ayudó a su esposa a hacer crecer la gavia en la ganadería. Era un excelente esposo y un padre para Matías. Al año nació su hijo Alejandro, Matías estaba feliz con su nuevo hermano. Celebraron un enorme bautizo dentro de la gavia invitando a familiares, amigos y conocidos.
—Gracias por haber venido al bautizo de nuestro hijo Alejandro, ahora si a festejar.—agradecía Alejandro
Cecilia se veía feliz y radiante, Matías no se quedaba atrás. Margarita y Alfonsina estaban felices. Hasta que un día comenzaron los problemas, Alejandro quería registrar a Matías con su apellido.
—No, eso no está a discusión.—respondió Cecilia
—Es mi hijo también debería llevar mi apellido.—decía enojado Alejandro
—Solo un Sámano puede heredar la gavia, él es el heredero.—respondió
—Me estás diciendo que nuestro Alejandro no va heredar nada. Es absurdo quiero a Matías como si fuera mi hijo.—decía Alejandro
—No lo entenderías, agradezco que tengas cariño por mi hijo. Pero si no acepte el apellido de su verdadero padre, tampoco el tuyo.—respondió Cecilia
Alejandro se sentía desplazado, además se sentía como un empleado más de su esposa. Eso realmente le enojaba, pero la amaba por eso cedía siempre.
Un día sin esperarlo llamaron para avisarle a Cecilia que su hermana mayor Rebeca y su cuñado habían tenido un accidente. Ambos perecieron al instante, solo su pequeña hija Mariana se había salvado. Cecilia sufrió bastante con la muerte de su hermana, así que la custodia de su sobrina se la entregaron a ella.
Matías, Mariana y el pequeño Alejandro se hicieron muy unidos. Pero Cecilia se volvía más fría y distante. Amaba a sus hijos, a su esposo y ahora a su sobrina que veía en ella a su amada hermana.
Un día decidió comprar todas las hectáreas de su vecino Rosendo que alguna vez perteneció a la gavia, su padre las vendió antes de desaparecer para siempre. Sin embargo Heriberto Rivera le había ganado la compra. Eran sus vecinos más cercanos, en teoría. Lo había comprado porque acababa de nacer su hija, así que necesitaba ampliar su producción y tener una casa más grande, además la empacadora de los Sámano había hecho trato con ellos.
—Aquí estás hermosa princesa.—saludaba Alejandro
—Si, necesitas algo.—respondió Cecilia
—estás de mal humor hoy.—dijo Alejandro
—Me ganaron la compra de las huertas que pertenecían a la gavia y que don Rosendo compró, al parecer Heriberto Rivera fue el que más adquirió. Pero en fin tal parece tiene contratos con la empacadora de nosotros. Así que lo invitaré a la casa, para conocerlo.—respondía Cecilia
—Estoy de acuerdo contigo querida.—respondió Alejandro
Días después Heriberto en compañía de su esposa Romina, se hicieron presentes para la comida. También los acompañaba la hermana de Romina, Natalia quien cuidaba a su sobrina Paulina todo el tiempo.
Romina estaba fascinada con la Gavia, a diferencia de la casa que construía su esposo parecería una choza. Pero quedó hechizada por Alejandro, era muy guapo. Además de millonario, durante toda la comida le coqueteó. Era inevitable para él ignorarla porque era una mujer atractiva y seductora.
Sin darse cuenta y al pasar de los días, Romina se cruzaba en el camino de Alejandro como si fuera solo coincidencias. No desaprovechaba la oportunidad para seducirlo. Pero él no pudo resistirse más, comenzaron un romance. Teniendo sus encuentros en la hacienda de Alejandro llamada Ojo de Agua. Estaba lleno de pasión por ella, Romina quería persuadirlo de dejar a su esposa para que ellos pudieran estar juntos. Heriberto comenzaba a sospechar de Romina y de un posible romance clandestino.