Catalina : El Infierno Vive En Mí

Punto de vista de Gabriel

Catalina me sorprendía cada vez más, ella era una mujer tan decidida y su carácter era dominante. La manera en la que se desahogó golpeando a ese hombre fue maravillosa, después cuando volvió y lo enfrento sin miedo y sin una gota de compasión me lleno de orgullo. Era más que obvio: Catalina es mi mujer ideal.

"¿Hay algún avance en la investigación?", estábamos reunidos en mi estudio con Natanael, mi mano derecha.

"Aún no tenemos nada, ese sujeto se llevó el secreto a la tumba", respondió Natanael mirándome fijamente.

"Algo debe haber, no puede ser posible que han pasado semanas y no tenemos ni una sola pista de los otros hombres que participaron en el crimen", intervino Catalina molesta.

"Hemos movido todos nuestros contactos, pero nadie tiene una respuesta clara, al parecer hay personas con mucho poder detrás de todo esto".

"No entiendo, nosotros eramos una familia sencilla, mis padres no estaban involucrados en negocios turbios y mi hermana, bueno su único defecto era querer tener más de lonque teníamos, pero no era una mala persona, entonces no entiendo por que se ensañafon así con nosotros". Mi niña frágil se había convertido en una mujer fría y calculadora que somo vivía por vengar a su familia, solo esperaba que el odio no la consumiera.

"Amor, es hora de ir a la empresa. Ya Natanael nos avisara si encontró algo", intervine para llamar la atención de mi esposa.

"Necesito respuestas, así que trabaja si descanso hasta que ante mi estén las personas que lastimaron a mis padres, también quiero al actor intelectual de todo esto y sea quien sea pagara caro lo que hizo", Catalina se levantó de su silla y salió del estudio dejándome a mi y a Natanael atrás, aunque se hacia la fuerte sabia que ella era frágil y que ese peso era demasiado grande para su delicadeza.

No tarde en seguirla, la alcance llegando al auto que nos llevaría a la empresa, sin pensarlo la tome entre mis brazos y la abracé haciéndole saber que no estaba sola.

Subimos al auto y fuimos hasta la empresa Lombardo, "Buenos días, señores", saludo mi secretaria a penas nos vio.

"Buenos dias Marlene. ¿Qué tenemos para hoy?" pregunté mientras caminaba con Catalina a mi lado al interior de la oficina.

"Junta con los abogados, luego con los inversionistas, hay varios contratos por actualizar y un almuerzo con la señora Graciela", al escuchar la mención de mi madre me dio algo de escalofríos. Ella solonapatrce cuando esta buscando problemas.

"Emocionante, mi querida suegra quiere verte", comentó Catalina con ironía.

"A decir verdad el almuerzo es para los dos, ya la reserva ion esta lista", dijo Marlene como toda una profesional.

Catalina quedo en silencio ante aquella revelación, sabía que la sola mención del nombre de Graciela la incomodaba.

"Esta bien Marlene, gracias por la información", dije pidiéndole que nos dejara solos.

Catalina volvió a ponerse de mal humor, ella y Graciela nonse llevaban bien, eso era más que obvio. "Si no quieres ir no vayas", exprese mirándola fijamente.

"Esta bien, solo necesito asimilar la idea de que veré a tu mamá", respondió restandole importancia al asunto.

"Se que ella a veces es bastante irritante, pero es mi madre y le debo respeto", manifesté preocupado.

"Tu le debes respeto, pero yo no. Tu mamá desde que me conoció solo me ha atacado y menospreciado, así que no me pidas más de lo que puedo ofrecer", respondió Catalina sinceramente.

"Trata de no seguirle el juego, ella solo busca enfrentarse contigo para sentirse superior, no se lo permitas", quería que ellas se llevaran bien, pero al no lograrlo entonces lo mejor es que Catalina hiciera caso omiso de las actitudes de mi madre.

"Sabes que me he controlado por ti, pero no voy a permitir que tu mamá me humille, que te quede claro".

"Lo se, solo te pido un poco más de paciencia. Mi madre es un poco especial, pero tengo la certeza de que terminara aceptandote".

Catalina suspiró profundamente, sin seguir la discusión tomo uno de los informes que estaban en el escritorio y empezó a leerlos, sabía que estaba molesta, ya que siempre que lo estaba frunció el ceño y se hacía la desinteresada, sonreí para mi mismo viendo su hermosura.

El resto de la mañana lo pase de reunión en reunión mientras que mi esposa revisaba algunos archivos, ella quería aprender todo sobre el negocio, quería ser útil y no solo una mujer que gastaba a manos llenas el dinero de su esposo.

Llegado el medio día fuimos al restaurante donde nos reuniríamos con Graciela, llegamos unos mi unos tardes debido a que el tráfico estaba pesado, al llegar mi madre nos miró con descontento.

"Tu deber como esposa de mi hijo es recordarte sus compromisos para que él no llegue tarde", ese fue el recibimiento que recibimos de ella.

"Creo que está equivocada en mi función como esposa de Gabriel, y como usted acaba de decir soy su esposa no su mxxxxxx secretaria", la respuesta de Catalina fue directa, ella no permitiría que mi mamá la siguiera molestando.

"Eres una grosera, no te voy a permitir que me hables así..."

Intervine en ese momento, no quería que terminaran en una pelea más intensa. "Por favor no discutan, mejor almorcemos en paz".

"Yo mejor me retiro, almuerza tú con tu mamá, Sergio se encargará de llevarme a casa", dijo Catalina dándose la vuelta para irse.

Quise irme con ella, pero tenía un asunto urgente que tratar con Graciela, había ciertos puntos de la empresa que debía discutir con ella, me quede tranquilo al saber que su guardaespaldas llevaría a mi esposa de regreso a casa.

"Mamá trata de llevarte bien con mi esposa, sabes que la elegí por algo y hasta el momento ha demostrado ser la mujer perfecta para mí y para ser la dama de la familia Lombardo". Expliqué con calma.

"Ella tiene algo que no me termina de gustar, lo siento hijo, pero soy sincera, esa mujer no me gusta ni un poquito", respondió mientras tomaba un sorbo de su bebida.

Estaba por responderte cuando escucho la voz de Camila a mis espaldas, mi mamá me habiabpuesto una trampa y eso no se lo iba a permitir.