Nicol Andrade, chica de 20 años de edad es obligada a casarse con un hombre que ella no conoce, la chica solo vive con su madrastra que lo único que a hecho es tratarla como una esclava, la vanidad de su madrastra por querer dinero la obliga a casarse, por más que Nicol le suplico piedad, su madrastra lo que hizo fue maltratar a la chica para que sintiera miedo y fuera obediente, Nicol Andrade no tiene a nadie más, literalmente a nadie solo a su madrastra
Por una suma alta de dinero Nicol se casó con Scott Hamilton, tanto fue su desgracia que ni tan siquiera conoce a su esposo, simplemente firmó sin saber quién era ese hombre al que ahora ella le pertenece
NovelToon tiene autorización de palacio para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
capitulo 11
—descuida, no te voy a mirar y mucho menos lastimar, ¿puedes por favor cubrirte bien?, Solo vine a ver cómo estás, no entiendo por qué lloras, ¿me puedes decir por favor?— pide Miguel amablemente.
—solo espere un momento— le pide Nicol, ella camina a la cocina y agarra a su Hámster, luego camina a su habitación.
Ella se viste sin muchos ánimos
—capuchino, no llores que estoy bien, solo... Vamos para darte de comer que mañana será otro día— habla ella para calmar a su mascota
Estando ya lista sale de la habitación con su Hámster en sus manos
—ya puede mirarme señor Miguel
Él lo hace y la observa rapidamente de pies a cabeza, Nicol camina a la nevera y busca una pequeña zanahoria para darle de comer.
Ella regresa y Miguel no puede evitar preguntar
—¿Que te hizo Scott?
—no quiero hablar, no quiero que capuchino se coloque triste— dijo ella mirando a su mascota, Miguel piensa en lo dulce que es Nicol, con esa mente tan inocente
—¿te parece si vamos un momento al jardín?— propone Miguel y la chica mira a su Hamster que come rápidamente
—esta bien.— responde ella sin muchos ánimos.
Al llegar al jardín, Nicol no puede evitar ver la media luna, se ve tan hermosa en el cielo oscuro que ella siente más nostalgia
—¿Te lastimo cierto?— pregunta Miguel
—el señor hizo lo que tenía que hacer, con lo que debe cumplir una esposa, de todas formas por eso estoy aquí— Nicol pasa saliva —al parecer estoy condena al sufrimiento
—la cuestión es que a veces Scott no saben cómo comportarse— habla Miguel y ella con la cabeza
—es un hombre ya adulto, me lastimo de la peor manera, solo espero poder darle un bebé, y que esto algún día termine— ella mira la luna
—algun día, y de verdad lo lamentó mucho, ¿quieres que vayamos al médico?— pregunta Miguel
—graciaas... Pero, solo quiero descansar
—Nicol aquí tienes un amigo, se que no confías en mí, pero tendrás siempre mi respaldo, todo pasa, el dolor, la traición, todo pasa, la vida es como una montaña, sube y baja, no te desanimes, no me gusta verte triste.
Nicol no puede evitar llorar
—el mundo me odia— dijo ella cubriendo su rostro con sus manos, para que Miguel noa vea llorar
—no llores hermosa, estoy seguro que esto solo para por corto tiempo— aconseja él
—no entiendo por qué su jefe tiene el alma tan oscura
Miguel se acerca a ella y la abraza
—dale tiempo, ahora sí te sugiero que descanses— Miguel deja un casto beso en la cabeza de Nicol y luego se regirá, ella se quedó pasmada por ese abrazo y ese beso. Pero retoma su compostura.
—¿Te puedo hacer una pregunta?— Nicol mira a Miguel, mientras se seca las lágrimas
—te escucho.
—¿acaso el señor Hamilton va a morir?— la pregunta de Nicol deja sin palabras a Miguel —responda por favor
—mira Nicol, yo solo soy la mano derecha de Scott y su amigo, llegará el momento en que él hablé contigo, de lo contrario yo no puedo decir nada
—entonces si se va a morir...
—espera que él hablé contigo, pero te aseguro que Scott no es malo Nicol, solo que no se sabe comportar, pero descuida que todo pasa. Ahora ve a dormir.
Ambos entran a la casa nuevamente, Nicol observa que Miguel se marcha, ella suspira, su suspiro es de cansancio.
Él llegar a su habitación coloca a capuchino con su jaula en la mesita de noche y luego se acuesta en la cama.
—perdi mi virginidad de la peor manera, quizás merezco esto... El amor no existe, el hogar tampoco, no es real el final feliz.
Nicol suspira
—si él señor Scott va a morir, me preguntó que tendrá, apesar de lo que me hizo pasar no lo odio, de igual forma yo sabía que al casarme dejaría de ser virgen, pero aún que Miguel diga que es el señor Hamilton no es malo, si pareciera, ya ni quiero verlo, ojalá no regrese.
.
.
.
Scott tuvo que a su médico personal, por qué en el transcurso del camino si tos empeoró, y ya casi no puede respirar
—señor quitarse la camisa por favor— pide el Doctor y Scott lo hace, el Doctor observa los rasguños que tiene Scott en la espalda y en los brazos.
En silencio lo empieza a revisar
—¿Señor cuando usted piensa buscar soluciones?— pregunta él seriamente
—¿Acaso existe una solución para cáncer pulmonar?— pregunta Scott Hamilton fulminante
—la medicina avanza señor, pero usted no se quiere dejar ayudar
—morire de todas formas Boris, cada vez aumentan la sangre cuando estoy tosiendo, solo queda poco tiempo, lo único que me tranquiliza es que tengo la esposa que necesito, y pronto tendré un hijo, ojalá los días que me quedan de vida me alcance para al menos conocer al que será mi hijo.
—Scott ya no te voy hablar como tú doctor, sino como un amigo, las medicinas que estoy enviando no están ayudando en nada, tú eres consciente de la enfermedad que estas enfrentado, lo mejor que puedes hacer es buscar ayudar en otro país, tienes tanto dinero Scott, eres el hombre más cotizado y millonario de este país, ¿Como es que no piensas en darte otra oportunidad?, ¿Por qué dejar que la muerte te llegue, en vez de que tú con tanto dinero puedes...
—¡Cállate Boris!— lo fulmina Scott y se coloca de pie, busca su camisa y se la empieza a poner, pero la tos lo vuelve a atacar y el flujo de sangre se hizo presente, Scott se sostiene de la pared y luego ya no puedo más, el hombre cae al suelo, Boris se preocupa y se acerca a Scott