Noches De Lujuria

Maria … 

Estaba despierta cuando Mariano vino y se puso a hablar con mí madre, no dije nada y solo seguir fingiendo estar dormida, quería saber de qué hablaban

Escucharlo decirle a mí madre cuando me amaba y que quería pasar el resto de su vida conmigo, me hizo acelerar el corazón, sabía que yo le gustaba, pero no imaginé que estaría profundamente enamorado de mí desde hace tiempo

Eso me hizo emocionar muchísimo, yo también lo amaba y también deseaba pasar el resto de mí vida a su lado, jamás imaginé que terminaríamos juntos, pero ahora que realmente está pasando no quiero que acabe jamás 

Lo que más me sorprendió fue lo que mí madre le dijo, ella sabía sobre mis sentimientos y los de él y estaba feliz de que estemos juntos, al principio pensé que se enojaría por tener novio, pero ahora me confirmaba de que eso que tanto temía no sucedería 

Cuando Mariano se fue de la habitación, me levanté con cuidado y me acerque a mí madre. Verla bien sin esos aparatos, no los respiradores que usaba, me hacía sentir muy feliz, al fin todo mí sacrificio había valido la pena y ahora podríamos volver juntas a casa nuevamente 

— Oh mí niña hermosa, ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? — me pregunta mí madre cuando me ve llegar a su lado 

— Hola mamita, estoy muy pero muy bien, ver que al fin estás curada me hace poner muy feliz — le digo con mucha felicidad 

— Mí niña, todo es gracias a ti, gracias por estar conmigo y no rendirte, estoy muy feliz de tener una hija tan maravillosa como tú — me dice mí mamá y yo me acerco para abrazarla, pero con mucho cuidado de no hacerle daño en su herida 

— Te amo mamá, y sabes que daría mí vida por la tuya, porque eres lo más importante que tengo en esta vida y lo único que me queda — le digo con unas lágrimas de emoción que caían de mis ojos

— Pues ya no soy lo único que te queda, ahora a parte de mí tienes a Mariano, él ya me contó que ahora son novios y eso me hace muy feliz, cuídalo mí niña, él es un gran hombre y es lo que siempre deseé para ti — me dice ella y yo sonrió de vergüenza 

— Lo sé mamita, pero aún es todo muy reciente, como para decir que él estará en mí vida, primero debemos ver si esta relación funciona — le digo para que no se emocione tanto 

Apenas solo hoy decidimos darnos una oportunidad, pero no sé cómo seguirá esta relación, somos de mundos diferentes y yo me siento muy inferior a su lado

Se que no debí enamorarme de él pensando de esa forma, pero en el corazón no puedo mandar, él se manda solo 

Niego con la cabeza por mis pensamientos, me siento junto a mí madre y nos ponemos a conversar un rato 

Me sentía feliz de saber que mí madre iba a volver a tener una vida normal, de solo pensarlo se me caían las lágrimas, ella era todo lo que más me importaba en esta vida y no podría soportar perderla 

Después de conversar un poco más con mí mamá, ya eran las 4 pm por lo que decidí acostarme un rato más antes de irme al restaurante a trabajar 

Me habían dado la mañana libre porque quería estar presente en la operación de mí madre, pero en la noche no podía faltar.

Me despierto nuevamente, miro la hora y ya son las 6 pm, había descansado bastante bien, ahora me sentía más animada 

Me levanto del sofá y mí madre estaba despierta mirando la televisión, me acerque a ella y le di un beso en la frente 

— Mamá, me voy para la casa a cambiarme de ropa y luego me voy para el restaurante, nos vemos en la noche — le digo despidiéndome 

— Bueno cariño, ve con cuidado — me dice ella y yo me acerco a darle un beso antes de irme 

Pero justo cuando abro la puerta de la habitación para irme, llega Mariano 

— ¿Ya te vas? — me pregunta sorprendido 

— Si, me voy antes porque quiero ir a mí casa a cambiarme de ropa y luego me voy para el restaurante — le digo con algo de vergüenza 

— Vamos que te llevo — me dice tomando mí mano

— ¿No tienes que trabajar? — le pregunto con nervios 

— No, ya acabo mí turno, ahora solo quiero pasar un rato contigo antes de que te vayas al trabajo — me dice sonriendo y mis mejillas se ponen rojas de la vergüenza, aún no me acostumbro a que ahora somos novios 

— Emm bueno, está bien — le digo saliendo de la habitación 

Ambos caminamos hasta el estacionamiento de la clínica, él me abrió la puerta de su auto invitándome a subir y yo ingresé 

Durante todo el camino a mí casa permanecimos callados, yo me sentía avergonzada y no sabía de qué hablar y él tampoco decía nada 

Al llegar a mí casa ambos nos bajamos del auto e ingresamos, no era una gran casa, era pequeña la cocina y el comedor estaban en un mismo ambiente, una pequeña sala que está ni bien entras a la casa, un baño y la habitación de mis padres. En el segundo piso solo hay dos habitaciones, la primera es mí habitación y la segunda era de mí hermano y al fondo un baño 

— Bueno, me esperas unos minutos, iré a cambiarme de ropa — le digo subiendo las escaleras y dejándolo en la sala 

Llego a mí habitación busco en el pequeño armario algo de ropa para ponerme, miro el canasto de ropa que esta en un rincón de la habitación y este casi está lleno, suspiro de frustración, siempre vengo a las corridas a cambiarme de ropa y me voy enseguida y nunca tengo tiempo de lavar la ropa por pasar tiempo con mí madre en la clínica 

Tomó del pequeño armario, una blusa sin mangas, una falda corta y ropa interior y comienzo a desvestirme 

Cuando estaba a punto de colocarme la ropa, la puerta se abre y Mariano ingresa. Automáticamente me cubro mis partes con las manos 

— ¿Qué…qué haces aquí? — digo con muchos nervios 

— Son las 6:30 hasta las 8 no entras al trabajo, quiero que juguemos un rato, te deseo, quiero sentirte — me dice acercándose a mí y mí corazón comienza a latir con rapidez 

Rápidamente me toma de las mejillas y comienza a besarme mientras me va llevando hasta la cama hasta dejarme acostada 

Lo veo quitarse el cinturón del pantalón y la corbata. Con el cinturón comienza a atar mis manos en el respaldar de la cama y con la corbata venda mis ojos 

— Ma…Mariano — digo con mí respiración entrecortada por los nervios y la excitación que estaba comenzando a sentir 

Él no me respondió, simplemente comencé a sentir como comenzó a besarme nuevamente con desesperación, mientras que con sus manos recorría todo mí cuerpo 

Sus besos comenzaron a bajar hasta mí cuello y luego hasta mis pechos, mientras que sus manos bajaron hasta mí intimidad, donde comenzó a frotar mí punto sensible en forma circular haciéndome enloquecer 

— Ahhh mmmmmm — comienzo a gemir por el placer que él me estaba haciendo sentir 

— Eres mia baby, solo mía — me dice aún jugando con sus dedos en mí parte íntima — Dilo, di que solo eres mía — vuelve a repetir 

— Soy tuya, solo tuya…. Aahhh — le digo pérdida en la excitación 

— Así me gusta, que seas obediente — me dice y siento que comienza a bajar sus besos poco a poco por mí vientre hasta llegar a mí parte íntima donde hunde su cabeza ahí debajo comenzando a jugar con su lengua sobre mí punto sensible y mí entrada 

— Aahhh dios — gimo retorciendome del placer — Ma…Mariano — digo entrecortado porque estoy a punto de llegar al clímax máximo 

Cuando estaba a punto de llegar a mí clímax deje de sentirlo a Mariano, no se que estaba haciendo, porque no puedo verlo, ya que tengo los ojos vendados 

Pero de repente siento que me gira rápidamente dejándome boca abajo y de una sola estocada siento que se introduce en mí interior 

Sus embestidas eran fuertes y rápidas, tanto que me estaban sacando de órbita por el placer que estaba sintiendo 

Un par de embestidas más y ya no pude contenerme, terminé liberándome completamente, pero él continúo por unos minutos más, dándome duro y nalgadas en mí cola hasta que al fin llegó a su clímax también 

Lo siento que se apoya sobre mí espalda intentando recuperar el aliento, luego me desata las manos, me quita la corbata de los ojos y se recuesta a mí lado 

— Jamás había deseado tanto estar con alguien como te deseo a ti a cada momento — me dice él abrazándome por la espalda, ya que yo aún sigo boca abajo 

— Y yo jamás imaginé que me terminaría gustando tanto el sexo contigo, la forma en como me lo haces y lo que me haces sentir — le digo sonriendole 

— Te amo María, te amo demasiado — me dice él mirándome a los ojos 

— Y yo te amo a ti Mariano — le respondo y él se acerca a darme un beso 

Después de unos minutos los dos nos levantamos de la cama, nos dirigimos al baño y nos dimos una ducha rápida, ya que yo aún debía ir a trabajar.