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BAJO LA PROTECCIÓN DEL MAGNATE

BAJO LA PROTECCIÓN DEL MAGNATE

Status: En proceso
Genre:CEO / Arrogante / Mafia / Maltrato Emocional / Amor en la guerra
Popularitas:9.8k
Nilai: 5
nombre de autor: Arianna Subero

Emma Moretti, una joven de 25 años, italiana, Sin padres y bajo la tutela de un tío mafioso que la ve como moneda de cambio, su única salida es escapar antes de que la venda al mejor postor. Astuta, carismática y con un fuego interno que se niega a apagarse, Emma llega a Nueva York con la esperanza de empezar de nuevo… sin saber que su destino está a punto de cruzarse con el hombre más frio y deseado de la ciudad.

Adrián Blackwood es un magnate implacable. CEO de un emporio multimillonario, frío como el acero y tan hermoso como inaccesible. Acostumbrado a controlar todo lo que lo rodea, su mundo perfectamente calculado comienza a tambalearse cuando una joven no tan desconocida irrumpe en su vida… y en sus pensamientos.

Ella solo quiere esconderse. Él no puede evitar querer protegerla… a su manera.

Mientras el pasado oscuro de Emma la persigue, Adrián moviliza sus conexiones, su poder y sus propios demonios para mantenerla a salvo.

NovelToon tiene autorización de Arianna Subero para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 2

... ALIADAS EN LA TORMENTA...

El amanecer en Miami no era cálido ni acogedor. Era húmedo, ruidoso, y se sentía como un golpe de realidad en la cara. Emma se despertó encogida en un callejón, con la chaqueta mojada, la espalda adolorida por dormir en el suelo y el sonido de los autos pasando a metros de su cabeza.

A su lado, April roncaba suavemente, con una pierna estirada sobre una caja de cartón y un sombrero de vaquero viejo tapándole la cara.

—Despierta, vaquera —susurró Emma, dándole un leve codazo.

April se removió, hizo una mueca y levantó el sombrero apenas lo suficiente para mirarla.

—¿Ya amaneció? Rayos. Soñaba que comía waffles... —se incorporó, se estiró como un gato perezoso y miró alrededor—. Sí, sigue siendo una pesadilla.

Ambas soltaron una risa baja, aunque sus cuerpos gritaban de cansancio. Llevaban cuarenta noches durmiendo en la calle. No tenían papeles, ni un centavo, ni un lugar seguro. Pero estaban vivas, Y juntas, Eso era algo.

Emma no sabía bien por qué había confiado tan rápido en April. Tal vez fue su descaro, o la forma en que, sin conocerla, la había llevado hasta un refugio improvisado en la azotea de un edificio abandonado.

Tal vez era su forma de hablar, como si nada la intimidara, aunque tenía el mismo miedo oculto en los ojos que ella.

—¿Entonces qué haremos hoy, jefa? —preguntó April, poniéndose de pie y sacudiéndose el pantalón—. ¿Volvemos a buscar trabajo entre la basura o intentamos robarle la cartera a algún ricachón con cara de idiota?

Emma arqueó una ceja.

—¿Siempre tan optimista?

—Siempre práctica. Dijo April alzando sus hombros.

Decidieron volver a un supermercado pequeño donde, el día anterior, habían intentado convencer al dueño de que les diera algo de trabajo a cambio de comida. No habían tenido suerte, pero no era momento de rendirse.

Caminaron por las calles como fantasmas sin nombre. Miami era un paraíso brillante para los turistas, pero también un infierno para los invisibles.

Cada esquina parecía ocultar una amenaza: policías que hacían preguntas incómodas, mafiosos callejeros con ojos hambrientos, y gente demasiado ocupada para notar a dos chicas hambrientas que cargaban con el peso del mundo en los hombros.

Cuando llegaron al supermercado, el dueño —un hombre bajito y calvo con acento cubano— las miró con recelo.

—¿Ustedes otra vez?

—Solo queremos limpiar, ordenar las estanterías, lo que sea —dijo Emma, con voz firme.

—Por comida. Ni un dólar —agregó April, levantando las manos en señal de paz.

El hombre bufó, cruzó los brazos… y tras un largo silencio, suspiró.

—El baño necesita una limpieza que ni el diablo quiso hacer. Si lo dejan como nuevo, les doy una bolsa de pan y algo de fruta. ¿Trato?

—Trato —dijeron las dos al unísono.

Horas más tarde, empapadas en cloro, desinfectante y sudor, se sentaron en el callejón trasero del local, compartiendo la bolsa con una voracidad que hacía temblar.

Emma devoró un plátano en tres bocados, mientras April masticaba un panecillo con cara de éxtasis.

—Nunca pensé que comer panecillo y frutas fuera lo mejor de mi semana —dijo April, relamiéndose los dedos—. ¿Y tú de dónde vienes, Emma? Porque esa cara no es de calle — decidió por fin preguntar, ya que desde que se conocieron ninguna comentaba nada de su pasado.

Emma se quedó en silencio un momento, mirando una nube gris que flotaba sobre la ciudad.

—Europa. Mi tío quería venderme a una red mafiosa. Así que me escapé.

April parpadeó. No se río. No hizo preguntas estúpidas. Solo asintió, como si entendiera más de lo que decía.

—Yo soy de Kansas. Mi madre murió cuando era niña, y mi padre se fue con una camarera y nunca volvió. Me vine a Miami buscando trabajo. Me estafaron. Perdí todo. Ya sabes… lo típico.

—Vaya combo tenemos —murmuró Emma.

—Pero aún respiramos. Eso vale más que el oro.

La conexión entre ellas era algo que ninguna buscaba, pero ambas necesitaban. Y en una ciudad que parecía tragarse a los débiles, habían encontrado la fuerza de no estar solas.

Esa noche, regresaron a la azotea. Habían improvisado un pequeño refugio con lonas, cartones y un viejo colchón que April había conseguido de un contenedor. Desde allí, podían ver los rascacielos brillar en la distancia, como gigantes ajenos a sus miserias.

Emma se acurrucó con una manta fina, mientras April contaba historias sobre los clientes locos que atendía cuando era mesera. Su risa era contagiosa. Tan natural que, por un segundo, Emma casi olvidó el miedo.

—Mañana iremos a la zona del puerto —dijo April, mientras se acomodaba—. A veces los cargueros dejan mercancía sin supervisión. Tal vez podamos encontrar algo que vender.

—O podríamos conseguir trabajo real. Algo que no huela a delito.

—En tu mundo de princesa fugitiva, tal vez. En el mío, la supervivencia no pregunta por la legalidad.

Emma sonrió. Le gustaba esa chica. Le gustaba su sarcasmo, su humor ácido, su coraje.

—Eres un desastre —dijo.

—Y tú una fugitiva elegante. Hacemos buen equipo.

...****************...

Al día siguiente, el sol picaba como fuego en la piel. Caminaban por la zona industrial cuando Emma notó algo extraño. Un auto negro con vidrios polarizados había dado la vuelta por la misma calle dos veces.

—Nos están siguiendo —susurró, sin girar la cabeza.

—¿Estás segura?

—Sí. Mantente cerca.

April no hizo preguntas. Solo se ajustó la gorra y caminó más rápido.

Doblaron una esquina, luego otra, hasta que encontraron una escalera metálica que daba a una terraza. Subieron sin mirar atrás, agachándose entre las sombras.

Desde allí, vieron el auto detenerse. Dos hombres bajaron, miraron alrededor… y se fueron.

—Dios —suspiró Emma—. No fue coincidencia.

—¿Tú crees que es por tu tío?

—Lo es, estoy muy segura, tiene muchas influencias.

April la miró, sería por primera vez.

—Tenemos que movernos. Cambiar de zona. No podemos quedarnos en el mismo lugar cada noche.

—Y necesitamos ayuda. Pero no podemos confiar en nadie.

—Todavía.

Esa noche, volvieron al barrio donde habían dormido la primera vez, pero no a la azotea. Buscaron un lugar más discreto: una lavandería abandonada con una entrada trasera rota. No era cómoda, pero tenía techo y una puerta.

Emma se recostó en el suelo, con los ojos abiertos, escuchando los sonidos de la ciudad.

—¿Y si nunca dejamos de correr? —preguntó en voz baja.

April no respondió de inmediato. Luego, con un tono tranquilo, dijo:

—Entonces correremos juntas. Hasta que encontremos algo que valga la pena quedarse.

Emma sonrió, y por primera vez desde que puso un pie en América, sintió que tal vez… había alguna esperanza de llevar una vida tranquila.

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Carola Videla🇦🇷🇦🇷🇦🇷🇦🇷
lo único que te pido si se puede es que no mueran 🙏
Carola Videla🇦🇷🇦🇷🇦🇷🇦🇷
no no no, por favor autora que no lo maten🙏no nos hagas sufrir tanto 🙏
mariela
Daniela solita se terminó de hundir y sabrá que le hará Ethan que es letal ella creyó que Adrián iba a caer en el juego de la seducción porque ella lo quiere todo ser la señora Blackwood y ese puesto ya tiene dueña así que caiste por inocente pendeja arriesgar tu estabilidad y trabajo para nada.
Carola Videla🇦🇷🇦🇷🇦🇷🇦🇷
me gusta mucho la novela felicitaciones 👏🏼
Carola Videla🇦🇷🇦🇷🇦🇷🇦🇷
que pesado, que les quiere cobrar, si ellos no le hicieron nada
Carola Videla🇦🇷🇦🇷🇦🇷🇦🇷
perra traicionera
Patricia Patiño
tatan calma...pero siento qué pronto de va a desatar una guerra
Patricia Patiño
Así mero traidora espero qué té den los peores castigos Daniela
Gabriela Ferrel
Que bueno, que no pase de 60 capitulos , Porque después se hace larga , Aburrida y pierde Interés .
Hasta ahorita lleva buena 💯 Trama 😍
Gladys Muñoz
da miedito ese tipo
Gladys Muñoz
está novela está súper bella me tienen enamorada 🥰 de los personajes
Carola Videla🇦🇷🇦🇷🇦🇷🇦🇷
ya no me quedan uñas. Dios hay tantos malos que no sabes a cual matar primero 🤦🏽
Carola Videla🇦🇷🇦🇷🇦🇷🇦🇷
guau que esta complicado, aman odian todo al mismo tiempo y con la misma intensidad. Pero no son felices y por eso no quieren que nadie lo sea
Carola Videla🇦🇷🇦🇷🇦🇷🇦🇷
yo quede igual 😱
Lisseth 👩🏻‍🦰
Excelente
Lisseth 👩🏻‍🦰
Excelente gracias
Gabriela Ferrel
solo , no haga tantos capitulos, 30 más ; porque ya cuando empiezan a meter más cosas de enemigos y así , SE PIERDE LA HISTORIA Y EMPIEZA A PARECER ABURRIDA ! !! Y NO DAN GANAS DE SEGUIR LEYENDO 🤦🏻‍♀️🤷🏻‍♀️🙆🏻‍♀️
Mariela Alejandra Gonzalez
Huy pero que enredo es todo esto pero me encanta!!
Gladys Muñoz
excelente sin palabras
Gladys Muñoz
q imaginación la tuya autora felicitaciones sin palabras
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