La Extra Debe Salvar Al Villano Red Flags

Soy Elina Díaz, hija del gran CEO Romeo Díaz. Vivimos en el estado de Loren, Estados Unidos. Soy una asesina de élite; trabajo para una organización criminal llamada Los Betas. Somos asesinos entrenados para matar a grandes funcionarios. Soy lo que llamarían una villana cruel, fría, manipuladora y que ama divertirse. No le doy mi corazón a ningún hombre; no dependo del amor de un hombre y no lo necesito. Gasto dinero por puro gusto, soy billonaria y me encanta la moda y las tendencias. En mi tiempo libre leo novelas; estoy leyendo una titulada «La secretaria del CEO Tsundere».

La novela, al principio, es contada por Elena, exesposa del protagonista, hasta que ella muere y comienza la historia de los protagonistas.

Soy Elena Sánchez, una joven norteamericana, hija de un poderoso CEO. Mi padre siempre ha sido frío conmigo; nunca me ha mostrado afecto. Para él solo soy un estorbo. Él solo ama a su amada Vanesa, mi hermana menor. Ella lo tiene todo: belleza, elegancia y estudio. Es una belleza y yo soy la patética hija odiada.

Me casé con Lee Eliezer, un CEO coreano, a quien salvé de un accidente. Eliezer tiene un hijo de tres meses; yo decidí criarlo, lo cuidé como si fuera mío, cambié su pañal, lo vestí, lo alimenté, le di su baño. Deseaba ser diseñadora de moda, pero dejé todos mis sueños atrás para criar al pequeño y atender a mi esposo.

Cinco años después, la novia de la infancia de mi esposo volvió. Lee Eliezer y el pequeño Eli se fueron varios días sin decirme nada. Eliezer dejó de llamarme “mamá” y me trató con indiferencia; me encerraba en mi habitación a llorar y me quedaba sola en esa gran mansión. Yoon Julia, la madre de Eliezer, vino a visitarnos y me maltrató físicamente con insultos. Eliezer decía que yo estaba fea y descuidada; me miraba al espejo y me sentía fea, sin gracia e insignificante.

El día de nuestro aniversario, Eliezer no llegó a casa. Revisé mi teléfono y vi una foto en la que estaban Eliezer, Sofía Kley (novia de la infancia de mi esposo) y el pequeño Eli. Las lágrimas brotaban de mis ojos como mares; la soledad me invadía. Esa noche salí a caminar por una calle solitaria; unos hombres me atacaron y perdí la vida. Mi esposo y Eli me sepultaron sin derramar una sola lágrima y, a los tres días, Eliezer se casó con Sofía. Así inicia la historia de Sofía y Eliezer, los protagonistas.

Tire la novela

—«¡Esta es la novela más mierda que he leído! Elena debió ser la protagonista y terminó siendo una simple extra. ¡Maldito esposo!» —exclamé con un fuerte grito y mirada iracunda.

Me dirigí a mi compañía, entre modelando; todos me veían con miedo y respeto.

—«Bienvenidos, los cité a todos aquí hoy para leerles las nuevas normas. Como saben, mi padre me acaba de ceder el puesto de CEO; soy la nueva dueña de esta compañía. Durante mucho tiempo fui la presidenta; ahora soy la dueña. Habrá muchos cambios y despidos. Todo aquel que entró por conexiones y no por su talento se irá; no quiero inútiles en mi compañía. Desde mañana vendrán vestidos adecuadamente. No permito romance en mi compañía, ni coqueteo, y mucho menos que se me toque ni con la mirada. Los hombres que hagan comentarios despectivos contra las mujeres serán despedidos, y lo mismo aplica para las mujeres. Me gusta la puntualidad: si digo que deben estar a las 8:00, estarán a las 8:00, a menos que tengan una excusa válida. ¿Entendido?» —dije con voz potente y autoritaria.

Me dirigí a mi oficina. Uno de los empleados entró, sacó un arma sin que me diera cuenta y me disparó. El hombre sonrió y se marchó; su arma tenía silenciador. Mi cuerpo se puso frío y una luz me cubrió.

Escuché una multitud; un apuesto hombre se acercó a mí y me empujó. Mi cuerpo no se podía mover; estaba más pesado y algo no se sentía bien. Traté de ponerme de pie, pero caía.

—«Ese es el lugar al que perteneces. Elena, será mejor que me des el divorcio; ya no te amo, nunca te amé», —dijo Eliezer con una mirada fría.

Eliézer:

—«Me llama Elena, no puede ser. He reencarnado en un personaje insuficiente que morirá cruelmente.» barbujeé con voz baja y entrecortada; no me salía la voz, aún no podía adaptarme a este nuevo cuerpo.

Una de las criadas me llevó hasta mi habitación.

Estaban celebrando la fiesta de bienvenida para Sofía.

Me levanté unas diez veces para practicar hasta obtener equilibrio y me miré en el espejo.

—«¡No! Mi hermoso rostro ya no está; mi cuerpo era el más envidiado y mi belleza era única. Esto debe ser un castigo divino por ser tan arrogante y cruel con las personas feas. ¡Mi vida es un caos!», —grité, llena de furia y descontento.

Eliezer estaba afuera de mi habitación, abrazando a Sofía. Eliezer es un hombre alto, guapo, fornido, tallado por los dioses; es un apuesto CEO coreano.

En mi otra vida sabía ocho idiomas, entre ellos chino y coreano. Afortunadamente tengo la ventaja de saber el idioma, aunque esta es una historia de fantasía y todo este mundo es imaginario. Este mundo está situado en el país de Auren. En Auren se usa el coreano como idioma neutral, pero hay personas de muchos países que se casan entre diferentes etnias y culturas; es un país muy próspero. Gracias a eso, los extranjeros emigramos y decidimos vivir aquí. El padre de Elena se mudó a Auren cuando tenía quince años y, desde entonces, ha vivido en este país; aquí construyó su compañía y formó su familia.

Alguien tocó mi puerta: era Julia, la madre de Eliezer. Ella trató de pegarme, pero le agarré las manos y la empujé.

—«¡Perra! ¿Cómo te atreves a pegarme, malnacida? Te daré 100 millones a cambio de que te largues de aquí y dejes a mi hijo», —exclamó Julia con una mirada fría, llena de desprecio y asco.

Acepté el trato.

—«Acepto, pero quiero 300 millones; no volverán a saber de mí», —respondí, llena de ambición y avaricia.

Eliezer le regaló un anillo valorado en 30 millones a Sofía.

Un apuesto hombre llegó a la fiesta; era alto, de ojos azules, y su sola presencia causaba intimidación.

—«Sofía, quiero felicitarte. Te traje estas flores, hermosa, como símbolo de mi amor por ti», —dijo el apuesto hombre con una mirada dulce y tierna.

—«Lo siento, Noah Díaz. Mi corazón ya tiene un dueño; no podría estar con un hombre vicioso como tú», —le respondió Sofía al hermoso hombre con una mirada fría.

Noah a

Noah Díaz es el villano de esta historia, el típico “red‑flag” obsesionado. Noah sufrió mucho desde niño; Sofía fue la única persona que lo apoyó y estuvo con él. Él la salvó de unos matones y asesinó por ella, pero ella se enamoró de Eliezer y se casaron. Noah, sumido en una depresión, la secuestró y la mantuvo encerrada, golpeando a todos los que se acercaban a ella. Después de tenerla encerrada un año, no logró conquistar su corazón y se suicidó, dejando una carta que decía:

—«Sofía, yo solo quería tu amor. No puedo vivir sin ti. Nunca tuve a alguien que se preocupara por mí; toda mi vida la viví en completa soledad y tristeza. Tú me diste una esperanza. Si no puedo estar contigo, prefiero partir de este mundo. Te amo con todo mi corazón. Sé que nadie llorará mi muerte y que nadie va a extrañarme. Que seas feliz».

Así terminó el final de Noah Díaz, el villano “red‑flag” de esta novela.

—«Esta maldita novela es una basura. Noah era un hombre frío y cruel, pero lo amaba y no le importaba sacrificar al mundo entero por ella. Siento un poco de lástima por él», —susurré en voz baja.