Una historia donde veremos a un grupo de fuerzas especiales independientes, donde su deber será detener las amenazas que se avecinan, desde las mas locas a las mas extrañas.
Aunque la historia sea con algo de incoherencias...
Si ven algo raro en la portada, no se sorprendan, lo hice con IA, incluso ni pude agregar a cuervo xd, pero es lo más parecido a lo que quería que pude
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SANGRE SOBRE EL HIELO
ANTES DE EMPEZAR, EL LIBRO TIENE UN POCO DE LENGUAJE FUERTE O INCLUSO ESCENAS UN POCO FUERTES, SI ERES MUY SENSIBLE TE RECOMIENDO NO LEER.
Ultimo aviso, es muy posible que encuentres incoherencias o demás, solo es una historia que cree como hobby, espero y lo disfruten.
El silencio en el Ártico no era natural.
No era el tipo de silencio que tranquiliza, sino uno pesado, lleno de electricidad invisible, como si la tierra misma estuviera conteniendo la respiración. Bajo el cielo grisáceo y la nieve se deslizaban con violencia, un helicóptero negro cortaba el aire con sus aspas, descendiendo entre rugidos metálicos sobre una planicie helada.
Adentro, encorvado sobre su fusil, iba él.
Kyle Spencer alias Riot.
Treinta y un años de edad y veinte años de experiencia condensados en carne, y cicatrices que ya no dolían. Su mirada era opaca, sin emoción, sin miedo. Como si ya hubiera muerto en otras vidas.
Piloto:
—Tres minutos para el aterrizaje —anunció el piloto por el canal interno.
Riot asintió sin decir palabra. Revisó el cargador de su rifle, ajustó su visor térmico, y conectó el comunicador a la frecuencia encriptada. En la otra línea estaba su contacto: la voz de uno de sus compañeros que estaba en la base.
Riot:
—¿Situación interna? —preguntó con voz grave.
Un ligero zumbido precedió la respuesta. Una voz distorsionada, sin rastro humano.
Compañero:
—Silencio total desde hace 12 horas. Tu objetivo es recuperar con vida a la Dra. Elsa Schneider. Tiene datos que no deben caer en manos enemigas. Si no puedes extraerla... destruye todo.
—Afirmativo!
Riot respondió. El helicóptero se inclinó hacia un lado y comenzó su descenso final. Frente a él, parcialmente cubierta por ventiscas, emergía una base científica enterrada en el hielo, con estructuras metálicas deformadas por el frío, antenas rotas y luces parpadeantes como ojos moribundos.
---Base Ártica Polaris. Zona prohibida.
Al pisar el suelo, la ventisca le golpeó como cuchillas invisibles. El helicóptero no se detuvo: apenas tocó tierra, Riot saltó, y la nave se elevó de nuevo para no ser blanco fácil.
Avanzó con pasos rápidos y firmes hacia la compuerta lateral de la base. El acceso estaba destruido. Entró por un hueco negro en la estructura, y lo primero que sintió fue el olor a ozono… y sangre seca.
Los pasillos interiores estaban a oscuras, salvo por las luces rojas de emergencia que parpadeaban como latidos. Los cristales estaban quebrados. Había marcas extrañas en las paredes: como zarpazos, o corrosión acelerada. Silencio absoluto.
Esto no fue una falla técnica, pensó.
Riot siguió avanzando, con el rifle apuntando en cada esquina. De pronto, detectó una silueta a 20 metros. Caminó hasta ella. Era el cadáver de un científico, con los ojos abiertos congelados en una expresión de horror.
Le arrancaron la cara.
Riot apretó los dientes. Activó el canal de comunicación.
Riot:
—Algo mató a todo el personal. ¿Quién esta a cargo de todo?
Silencio. Luego, la voz distorsionada respondió:
Compañero:
—No tenemos nombre real. Solo se identifica como El Sin Rostro. Nadie le ha visto la cara realmente, es un misterio para todos.
Riot queda en silencio.
---
Nivel subterráneo 3. Laboratorio Omega.
Riot encontró una puerta sellada desde dentro. Escuchó respiración agitada. Golpeó la puerta dos veces.
Riot:
—¿Schneider?
Schneider:
—¿Quién… quién eres?
Riot:
—Doctora Schneider, soy Riot, vine para sacarla de aqui. Abre la puerta.
Schneider:
—No puedo… Está sellada. Pero puedo desbloquear desde el panel interno…
Zzzzzzzt.
El panel chispeó. La puerta se abrió con un chirrido, y de inmediato la mujer se lanzó contra él, abrazándolo como si fuera su salvación. Estaba desnutrida, temblorosa, con las uñas partidas y una bata ensangrentada.
Schneider:
—Tenemos que irnos de aqui… No fue un accidente. ¡Fue una prueba! Usaron a los técnicos como ratas de laboratorio… ¡Esas cosas eran humanos!
Riot:
—¿Qué cosas?
Schneider:
—Implantes cibernéticos en soldados, sin alma. Lo soltaron a propósito. Querían ver qué tan rápido podía matar...
Riot:
—¿Quién lo soltó?
Schneider:
—El Sin Rostro. Yo… yo diseñé parte del código, y también me usó para crear un tipo de suero....
El radar detecta movimiento hostil acercandose, interrumpiendo a Riot
Riot:
—Tenemos que movernos. Rápido.
La sujeto sobre su hombro y la sacó del laboratorio. A cada paso, los sensores mostraban más presencias cercanas. Se multiplicaban.
Salieron por una rampa lateral… y entonces todo se desató.
---Exterior de la base. Zona de evacuación.
La nieve caía con fuerza. El helicóptero de extracción estaba en camino. Riot y Schneider corrían entre contenedores metálicos abandonados.
Y entonces, lo inevitable: una explosión sorda detrás de ellos.
Sombras se movían en la ventisca. Soldados.
—¡Contacto! —gritó Riot, empujando a Schneider detrás de una estructura.
Fusil en mano, abrió fuego. Las balas cortaron el aire con precisión. Dos enemigos cayeron de inmediato. Otros se esparcieron en formación.
Eran soldados de asalto, con implantes cibernéticos.
No venían a capturar. Venían a exterminar.
Riot gritó:
—¡Corre al punto de extracción! –Dijo mientras le daba una inyección de adrenalina–
Schneider dudó:
—¿Y tú?
Riot:
—¡MUÉVETE!
Schneider corrió, aunque no podía, pero la inyección de adrenalina le ayudo a correr.
Riot se lanzó hacia el fuego cruzado. Rodó por el suelo, disparó desde abajo, explotó un tanque de energía y abatió a tres más.
Pero eran demasiados.
Una bala le atravesó el costado. Otra, la pierna. Cayó de rodillas, jadeando. La nieve se teñía de rojo. Siguió disparando hasta que el cargador quedó vacío.
Hasta que una última figura se acercó caminando, lentamente. Más alta que los demás. Su rostro… tapado por una máscara de metal liso, con ojos rojos en la mascara, y sin boca.
El Sin Rostro.
Riot lo miró sin temor. Escupió sangre.
—Mátame tú, hijo de puta.
El Sin Rostro no habló. Solo levantó la mano. Uno de sus hombres apuntó y le disparó en la frente.
---
Zona de extracción al suroeste.
El helicóptero ascendía. Adentro, Schneider en silencio. Se retiraba en el helicóptero hacia la base.
Había logrado salvarla.
Y en las sombras, bajo la nieve que no se detendría jamás, el cuerpo de Riot yacía inmóvil.
Pero en eso su cuerpo es arrastrado dejando un rastro de sangre.