Luna Cáceres quedó embarazada por confundir su laxante con el afrodisíaco de su amiga. ¿Con quien estuvo? No tiene idea. Lo único que sabe es que fue un maldito español que se aprovechó de su predisposición cuánto quiso.
Aquel español es el hijo de su padrastro, a quien conocerá por la boda en que sus padres sellarán su amor.
Ellos no se reconocerán, pero el español tiene un gran problema que le impide relacionarse con cualquier mujer, pero que curiosamente no le impidió estar con Luna.
¿Qué ocurrirá cuando él sepa que aquella noche inolvidable fue con su hermanastra? ¿Cómo reaccionará ella al saber quién es el padre de su hija?
NovelToon tiene autorización de SilvinaTracy para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
EL TRATO
LUNA CÁCERES
Lauren mandó a Manuel al demonio porque aunque estuvo con ella lo hizo con intenciones ocultas de conseguir información.
Las vacaciones que pasamos solamente las disfrutó Cielo, porque yo estaba muerta de preocupación mirando ese mensaje de Pablo donde amenazaba con demandarme.
Volví a casa con Cielo, aconsejada por Lauren. Tarde o temprano tendría que afrontar las consecuencias. De esa noche, me hice responsable por varios años, pero se que Pablo puede pedir ver a Cielo y que no voy a poder evitarlo porque además su padre está con mi madre.
No creí que él pudiese decir la verdad sin estar yo presente, pero Eduardo fue inflexible al decirnos que Cielo se quedará con él y con mi madre hasta que lleguemos a un acuerdo.
-Te escucho- Le dije a Pablo
-Soy el padre de Cielo y quiero poder actuar como tal- Se sentó y eso me dio la tranquilidad de que no se acercaría a mi para intentar nada
-No estoy dispuesta a aceptar la custodia compartida que me dijiste. Te irás fuera de la ciudad y yo no estoy a favor de que mi hija viaje. Si trabajas, ella se quedará al cuidado de extraños, no lo voy a permitir
-¿Qué sugieres entonces?
-Si trabajas aquí, podría pensarlo. Podrías ver a Cielo durante el día, pero ella dormirá conmigo aquí
-No le haré daño, también es mi hija- comentó enfadado
-No entiendo cómo podemos llegar a un acuerdo. Vienes, me dices que eres su padre y pretendes imponer condiciones. No puedes querer cambiar toda nuestra vida y nuestra rutina de la noche a la mañana
-Tendré que proceder legalmente y dejar que un juez decida que es lo mejor- Eso me aterra. Leí varias cosas y él es abogado. Está mejor preparado que yo, lleva la ventaja
-Dices que quieres un acuerdo y al final solo sigues amenazando con demandarme. Tiene que haber otra manera, algo que funcione para los dos
Pienso y nada se me ocurre nada. Él parece hacer lo mismo y así pasan varios minutos que se vuelven eternos haciendo que mi nerviosismo aumente.
-No voy a vivir toda la vida con nuestros padres. Ellos merecen privacidad. Tengo que mudarme. Trabajo conseguiré, eso no me preocupa. Tendrás que confiar en mi para estar con Cielo porque tengo los mismos derechos que tú
-Puedes verla cuando quieras- Defiendo mi postura, aunque entiendo la suya. Yo misma me mudé para no invadir la privacidad de mi madre y para tener la mía
-¿Quieres que viva aquí? De esa manera los dos estaremos con Cielo. No sé me ocurre otra manera- Su propuesta me deja sin palabras
-¿Aquí? ¿Vivir contigo? No confío en ti después de lo que intentaste. ¿Por qué no vuelves a España?
-Tendrías que permitirme estar con Cielo durante las vacaciones debido a la distancia- No puedo dejar a mi hija que se vaya fuera del país por meses
-Ni pensarlo
-¿Entonces? Nada de lo que digo te satisface y no tengo más alternativas que ofrecer- Se puso de pie y se acercó a mi, por lo que yo me alejé- Me prepararé un café, ya que no tuviste la amabilidad de ofrecerme uno
Cuando él preparó dos tazas de café, volvió a sentarse en su sitio y me permití tranquilizarme.
-En el supuesto caso de que aceptara que vivas con nosotras, no compartirás la habitación conmigo
-Puedo dormir en la habitación de nuestra hija. No te obligaré a hacer nada que no quieras. Al menos no en ese aspecto
-Donde intentes algo la que va a demandarte, denunciarte y lo que haga falta soy yo- Le advertí convencida de hacerme respetar. Él puede tener derechos con Cielo, pero eso no valida que quiera ejercer poder sobre mi ni obligarme a nada
-Está bien. Lo acepto. Siempre respeté que una mujer diga que no y no pienso cambiar eso. Pero hay algo que tendrás que hacer por mi y también por Cielo
-Genial, más pedidos- Dije con ironía
-Mi madre quiere conocerla. Si no quieres que viaje solo con ella, puedes acompañarme. Además, necesito traer algunas cosas si voy a establecerme aquí
-Allí tampoco dormiré contigo- Le advertí y me ofreció su mano en señal de sellar el trato
Pablo terminó su café, lavó la taza y la dejó en su sitio. Cuando se fue, respiré en paz pensando en lo terrible que será vivir juntos. Este acuerdo no me satisface en nada, pero solo lo acepto por Cielo y para no separarme de ella.
La puerta se abrió varios minutos después y Pablo llegó con Cielo de la mano y con su maleta.
-¿Tanta prisa tienes? Mi casa no puede teletransportarse ni escaparse como yo- Reclamé
-Es mejor prevenir. No es que desconfíe, pero tampoco confío ciegamente
Pablo fue al cuarto de Cielo sin invitación y dejó su maleta en un rincón. En el baño dejó su cepillo de dientes y sus productos de higiene mientras yo comenzaba a preparar la cena.
Vivir juntos será todo un desafío. Es una casa pequeña que funcionaría bien para una pareja con una niña, pero nosotros no somos ni seremos una. Tal vez lo mejor sería pensar en ampliar la casa y que él tenga su propia habitación.
-Tendremos que hacer otra habitación para ti. Mientras eso ocurre, dormiré con Cielo
-Está bien si es lo que quieres. Dame un poco de tiempo para eso porque no quiero que pagues todo sola. Si gasto ese dinero ahora, no me quedará demasiado y aún no consigo trabajo aquí
-Bien. Guarda bien tus pastillas, Cielo podría agarrarlas y no quiero pensar en lo que podría pasar si eso ocurre- Le pedí y él pareció incómodo
-No dejaré eso al alcance de la niña, ¿Tan imprudente me crees? Tampoco lo dejaré a tu alcance después de la última vez
Limpié lo de la cena y fui a dormir con Cielo cerrando la puerta con seguro para poder estar tranquila. Ni en mis peores pesadillas imaginé que aquel maldito español con quién me acosté sería hijo de Eduardo y mucho menos que se instalaría en mi casa.