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Renacer Entre Cenizas... La Venganza De Issabelle.

Renacer Entre Cenizas... La Venganza De Issabelle.

Status: Terminada
Genre:Mujer poderosa / Amor a primera vista / Maltrato Emocional / Amor-odio / Venganza de la protagonista / Reencarnación(época moderna) / Completas
Popularitas:479.9k
Nilai: 5
nombre de autor: Roxana Fernández

Issabelle Mancini, heredera de una poderosa familia italiana, muere sola y traicionada por el hombre que amó. Pero el destino le da una segunda oportunidad: despierta en el pasado, justo después de su boda. Esta vez, no será la esposa sumisa y olvidada. Convertida en una estratega implacable, Issabelle se propone cambiar su historia, construir su propio imperio y vengar cada lágrima derramada. Sin embargo, mientras conquista el mundo que antes la aplastó, descubrirá que su mayor batalla no será contra su esposo… sino contra la mujer que una vez fue.

NovelToon tiene autorización de Roxana Fernández para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPÍTULO 1. Una última oportunidad.

Capítulo 1

Una última oportunidad.

El frío se colaba como cuchillas bajo la piel. El quirófano, blanco y estéril, olía a desinfectante y desesperanza. Las luces cenitales se encendieron una a una, proyectando una claridad implacable sobre la camilla metálica.

Allí, rodeada por médicos con rostros ocultos tras mascarillas quirúrgicas, yacía el cuerpo frágil de Issabelle Mancini.

Su rostro aún conservaba algo de aquella belleza clásica italiana que había heredado de su madre, pero ahora se hallaba desprovisto de maquillaje, cubierto de una palidez casi fantasmal.

Las manos frías y sudorosas, atadas a los cables de los monitores temblaban imperceptiblemente. Su cuerpo, debilitado por los meses de dolor y deterioro silencioso, apenas reaccionaba a los estímulos.

Los pómulos hundidos y el vientre apenas insinuando la presencia de un pequeño que luchaba por existir junto a ella.

Una voz suave pero firme irrumpió entre el zumbido de las máquinas.

¿Cómo era posible que su mente siga consciente cuando su cuerpo entero fue anestesiado?

—Iniciamos la intervención. Tumor parietal izquierdo. Procedemos con incisión temporal.

El bisturí cortó la piel con precisión clínica. La sala permanecía en un silencio contenido, apenas roto por el pitido constante del monitor cardíaco.

Cada uno de los médicos a su alrededor sabía su papel: uno abría el cráneo con un giro calculado, otro aspiraba el líquido cefalorraquídeo que se acumulaba, mientras el jefe de equipo, el doctor Moretti, se inclinaba para localizar el tumor cancerígeno.

Aquella masa oscura, apenas visible entre los pliegues del cerebro, había crecido sigilosamente durante meses, robándole a Issabelle la energía, la memoria de los días felices junto a sus padres, la esperanza de un futuro con Enzo y con el bebé que apenas empezaba a formarse en sus entrañas.

—Presión arterial estable… por ahora —murmuró el anestesiólogo, observando el monitor con el ceño fruncido.

Cada segundo era una danza entre la vida y la muerte. Los cirujanos sabían que estaban en el filo de lo imposible. Que había más sombras que certezas. Pero Issabelle había pedido luchar. Hasta el final.

—Incisión completa —anunció el doctor Moretti con una voz que intentaba mantenerse firme—. Vamos al origen del tumor.

Esa misma mañana, Issabelle firmó los papeles de pre-hospitalización con manos temblorosas, sin testigos, sin familia.

Sin un esposo cariñoso que prometa esperar el desenlace de la operación al borde de la desesperación al otro lado de la puerta.

Porque simplemente no había nadie a su alrededor que le importara su vida... o incluso, su muerte.

Enzo Milani, el hombre con el que se casó, jamás volvió a poner un pie en la casa. Para ella siempre tenía una excusa, siempre estaba cansado o tenía trabajo que hacer, pero pronto, Issabelle se dio cuenta de que había alguien más en medio de su matrimonio como una sombra que no le permitía llegar al corazón de su amado esposo.

—Elevamos presión intracraneal... cuidado con el edema…

Un sonido extraño interrumpió la concentración de los presentes. Un pitido diferente. Uno agudo. Rápido.

—¡Estamos perdiendo presión! ¡Está sangrando más de lo esperado!

Los ojos del jefe de cirugía se abrieron con alarma mientras observaba cómo la sangre fluía con una violencia inesperada. Un derrame incontrolable.

El bisturí avanzó con cuidado.

Por un instante, todo pareció ralentizarse: el murmullo de los aparatos, el leve goteo de la sangre, el suspiro contenido de los cirujanos. Y luego, un estallido silencioso: un vaso sanguíneo se rompió.

La sangre brotó con la violencia de un manantial subterráneo, tiñendo de rojo la blancura del campo quirúrgico.

—¡Hemorragia! —gritó uno de los residentes—. ¡Estamos perdiendo el control!

El ritmo respiratorio de Issabelle comenzó a fallar. El anestesiólogo apretó los botones de la mesa, intentando estabilizarla, mientras otro cirujano gritaba:

—¡Necesitamos sangre O positivo, ya!

Uno de los médicos corrió hacia el teléfono interno.

—¡Necesitamos sangre O positivo urgente en el quirófano 3! ¡Ahora!

El ayudante al otro lado de la línea titubeó.

—D-debo confirmarlo… parece que hubo un error… el banco de sangre… está vacío.

—¿Cómo que vacío? —gritó desesperado.

—Desapareció. Todo el lote de O positivo. No sabemos cómo…

El cirujano lanzó una mirada desesperada al equipo. Sabía lo que eso significaba. Sin transfusión inmediata, perderían a la paciente.

Un silencio frío y descolocado se instaló en el quirófano. Ni siquiera el pitido insistente del monitor se escuchaba ahora. El equipo médico se miró entre sí, conscientes de que aquel hueco en las reservas de sangre era una sentencia.

—Intenten estabilizarla. ¡Rápido! —el doctor Moretti gritó con furia contenida.

Pero el color en el rostro de la mujer ya se desvanecía. La máquina que monitorizaba sus latidos comenzó a marcar irregularidades. El pitido se volvió intermitente, después más lento.

El derrame se expandía. Los ojos de Issabelle, entreabiertos bajo la sedación, se llenaron de lágrimas involuntarias. Su mente, apenas consciente, se aferró a los últimos pensamientos.

¿Así termina todo? ¿Sola… sin amor… sin redención?

Sintió el calor de la sangre que se escapaba, pero también, en medio del caos, la memoria le trajo de vuelta imágenes que se negaba a olvidar: Enzo esperándola en el altar. El órgano de la iglesia sonando mientras ella caminaba hacia él. Sus manos entrelazadas. La promesa de amor eterno.

“En la salud y en la enfermedad”, había dicho él. Y en cinco años de matrimonio, jamás cumplió su promesa.

«Si pudiera volver atrás… si tan solo pudiera…»

Los pitidos cesaron. Todo quedó en silencio.

El monitor mostró una línea recta. Blanca. Inamovible.

El sonido de la muerte.

—Hora del fallecimiento, 15:47 —anunció uno de los médicos, con voz apagada.

El jefe de cirugía retrocedió con los guantes manchados de sangre y una expresión devastada.

Nadie en la sala pronunció palabra. Se sentía el peso del fracaso, pero más que eso, la tragedia de una vida extinguida sin nadie que esperara por ella en la sala contigua.

Sin abrazos. Sin flores. Sin lágrimas, y en ese último instante de conciencia, cuando la vida escapaba como arena entre los dedos, Issabelle Mancini deseó con todo su ser una segunda oportunidad.

Deseaba venganza, pero mas que eso, anhelaba regresar el tiempo atrás y amarse a sí misma, tanto que no pudiera permitir que nadie más la humillara como lo habían hecho.

«“Si se me concediera una última oportunidad, me gustaría regresar al día en que me casé con Enzo, y esta vez me aseguraría de cambiar mi destino”», pensó.

Y entonces la oscuridad la envolvió. No como un fin, sino como un portal.

Allí terminó su vida. Y sin embargo, también fue donde todo empezó.

Aquella promesa se convirtió en un contrato silencioso: Issabelle Mancini no aceptaría su destino. Ni la traición de Enzo, no soportaría mas las humillaciones de Eva.

Renacería para reescribir su historia. Para reclamar su dignidad. Pero sobre todo, para amar sin miedo.

1
Graciela Lopez
si mal no recuerdo ella pidió una oportunidad y regresar el día de su boda y regreso más adelante cuando ya esta casada
Ysabel Cristina Salas
Que hermoso , bien por Issabelle, que linda hostoria
Graciela Lopez
Así es Isabela con la cabeza en alto demuestra la mujer empoderada que eres ahora .
Milagros Suarez
Roxana, a ganado usted una seguidora mas
una historia super linda que me hizo vivir diferentes emociones, Rabia, tristezas y Alegrías, que amor 😍 el de Giordanno puro, fuerte y decidido
Hermoso final el de esas dos bellas parejas, porque Gabrielle y Sofia también merecían su final felizzzzz
Gracias 🙏🙏🙏🙏🙏👏👏👏👏💪💪💪💪
Andreyytha Ruiz
chismoso
Lidia Nohemi
de verdad que para mí eso se me hace increíble, que una persona llegue a tal grado de posesión y no mide las consecuencias de sus actos solo por desear tener lo que otras tienen sin esforzarse tanto me da cosa y es muy difícil comprender a esas personas intrigantes
Reyes Sánchez
excelente novela, me mantuviste atenta durante toda la novela, me emocioné y hasta llore en algún momento ñ. Gracias
Edith Zenteno
si renació debería estar sana o no ? ella estaba embarazada de quien era su hijo ? y quien la dejó morir ? su esposito?
Lidia Rios
EXCELENTE 👌 NOVELA 👍FELICIDADES 👏 AUTORA ESTUVO GENIAL GRACIAS 👏
Liliana Olivieri
No comprendo porque tiene que volver a la villa, solo por la abuela no que esta superada y quiere venganza, así da la impresión de que hace lo que le dicen la flia de Enzo
Sandra Robles
tanto amor que dice sentir el muy idiota ya se le pasó ahora piensa solo en quedarse con la herencia de ella que nefasto
Andreyytha Ruiz
esoooo
Sandra Robles
/Sob//Sob//Sob/que no muera merecen ser felices
Sandra Robles
que capítulo tan desgarrador,no pude contener las lágrimas,que se haga un milagro para Isabella
sirena
es espectacular la forma de escribir ,hay palabras que no entendía y las busque en google y era lo que decía en la novela y es como se realmente pasará de verdad estoy muy feliz y te felicito espero más historias como estas
Isadora Razo Gutiérrez
muchísimas felicidades, me encanto 👏👏👏👏👏
Maria Briceño De Barreto
capitulo más triste isabela merece ser feliz con giordano
Lilia Esmeralda Soto Marquez
q bella historia de amor me encanta sigue escribiendo así tan bonito Dios te bendiga
Maria Briceño De Barreto
no pensaste como se va a sentir cuando no te encuentren
Maria Briceño De Barreto
tenía que decirle la verdad de tu enfermedad el tiene que estar a tu lado y apoyarte también por el bebé
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