Quédatelo, Hermana… Llévate a Mi Esposo

"Tian", la voz de Rahayu sonó débil al abrir los ojos. Su cuerpo se sentía cansado, la enfermedad cardíaca y los trastornos del sueño que a menudo la atacaban hacían que sus días a los cincuenta y un años fueran cada vez más difíciles.

Durante este tiempo, el insomnio que padecía rara vez reaparecía gracias al cuidado y la terapia de Riana. Sin embargo, en los últimos dos meses, su nuera rara vez había venido a casa, incluso ya no le daba terapia en absoluto. Como resultado, la enfermedad volvió a golpearla hasta que finalmente tuvo que ser hospitalizada.

"¿Dónde está Riana?", preguntó en voz baja, mirando a su alrededor. Solo estaban Septian, Liliana y el pequeño bebé que aún dormía en sus brazos.

"Madre, cálmate. Riana ella..." Septian no había terminado su frase cuando Rahayu interrumpió con voz amarga.

"Nuera desagradecida. Ya te había dicho que no era buena para entrar en nuestra familia, Tian. Ahora está probado, ¿verdad?"

Liliana, al escuchar eso, sintió un rayo de esperanza. Por el tono de voz de Rahayu, pudo captar que Riana nunca había sido realmente aceptada en la familia de Septian. Así que aprovechó la oportunidad.

"Tía, yo como hermana de Riana... me disculpo si Riana aún no puede ser una buena nuera".

Rahayu giró la cabeza, su mirada se suavizó por un momento. "Lili, no necesitas disculparte así. Eres una buena chica. Tía te agradece que la hayas cuidado en un momento como este".

La respiración de Rahayu todavía era entrecortada, su mano se frotaba el pecho. Sin embargo, su tono de voz volvió a elevarse al mencionar el nombre de Riana nuevamente.

"Si no fuera por ti, Lili, no sé qué sería de tía. Riana es... ¡qué mujer tan terca! Casarse con Tian también parece una broma. Nunca le importó su suegra, y mucho menos ayudar a cuidar la casa. A ella no le importa que tía esté enferma así. ¡Solo está ocupada con su propio mundo!"

Liliana bajó la cabeza, fingiendo contener la tristeza, cuando una leve sonrisa casi escapó de sus labios. Sabía que esta era una oportunidad de oro para deshacerse de su propia hermana.

"Tía, no piense demasiado, o se enfermará más. La ayudaré a cuidar de tía. Si pasa algo, yo me encargaré. Sobre Riana... sí, tal vez ella no encaja aquí", dijo suavemente, llena de falsedad.

Septian, que había estado en silencio desde el principio, solo pudo suspirar profundamente. "Lili, ¿por qué hablas así?"

Liliana inmediatamente se tapó la boca y luego respondió apresuradamente con un tono arrepentido: "Tian, lo siento... ¿dije algo malo, verdad?"

Sin embargo, Rahayu inmediatamente miró a su hijo con una mirada penetrante, mostrando claramente su disgusto por la actitud de su hijo.

"¿Todavía la defiendes, Tian? Ya basta. Esta madre es tu propia madre. Desde el principio te dije que Riana no era la elección correcta. ¡Ahora mira la evidencia! Te abandona en los momentos difíciles, abandona a tu madre cuando está enferma. ¿No es eso suficiente prueba?"

Aunque las palabras de su madre sonaban lógicas, por alguna razón Septian se sintió molesto. Había un sentimiento inquietante que le era difícil de explicar. Finalmente, con voz pesada, dijo antes de irse: "Voy a buscar a Riana, para que ella cuide de madre".

Liliana inmediatamente apretó los puños con fuerza. La ira casi estalló, pero recordando que Rahayu todavía estaba en la habitación, se vio obligada a contenerse. Su rostro volvió a adornarse con una leve sonrisa llena de falsedad, luego actuó como si estuviera llena de culpa mientras comenzaba a conversar con Rahayu.

Finalmente, después de pasar por cuatro horas de un agotador proceso de selección, Riana logró aprobar. Ahora solo había algunos requisitos adicionales que debía completar, uno de ellos era el permiso de la familia para poder convertirse oficialmente en voluntaria en Sorong.

Ella empezó a pensar. Septian ya le había dado tres talaks, eso significaba que religiosamente estaban legalmente separados. Para el divorcio legal, todo lo que se necesitaba era un proceso en la corte con un abogado. ¿No sería todo más rápido sin su presencia?

Riana respiró hondo, tratando de convencerse a sí misma. "Así que... ahora solo necesito la firma de la hermana Lili como familia", murmuró en voz baja.

Miró los archivos en su mano durante mucho tiempo, luego murmuró de nuevo: "Pero... la hermana Lili todavía está enojada. En ese caso, es mejor que me vaya a casa primero. Más tarde intentaré hablar con ella con calma". Con pasos vacilantes, salió de la sala de selección.

Sin embargo, tan pronto como llegó al porche, sus ojos captaron una figura familiar. Liliana parecía caminar rápido mientras cargaba a Lira, luego entró en un coche con algunos de sus amigos, lo que dejó a Riana atónita por un momento.

"La hermana Lili se llevó a Lira... ¿con sus amigos? ¿A dónde van?", murmuró llena de preguntas.

La curiosidad la hizo seguir apresuradamente el coche a pasos apresurados. Siguió rastreando hasta que finalmente se detuvieron en una cafetería llena de jóvenes pasando el rato. Música fuerte combinada con nubes de humo de cigarrillos flotando en el aire.

Riana agitó su mano, cubriéndose la nariz con fuerza. "Dios mío... ¿la hermana Lili se ha vuelto loca, trayendo a Lira a un lugar como este?"

Con cuidado entró, sus ojos recorrieron la habitación en busca de su hermana. No tardó mucho en encontrar a Liliana sentada en una esquina de una mesa con algunos amigos. Lira fue dejada en el sofá que parecía tranquila con un bocadillo en la mano, mientras que Liliana conversaba animadamente.

Riana estaba a punto de acercarse para recoger a Lira. Sin embargo, sus pasos se detuvieron cuando sus oídos captaron la voz de su hermana que se escuchaba tan claramente en medio del bullicio de la cafetería.

"Lili, ¿de verdad ahora vives con tu hermana y su esposo?", preguntó uno de los amigos de Liliana con curiosidad.

Liliana recostó su cuerpo relajadamente en el sofá, sus labios esbozaron una sonrisa de satisfacción. "Sí, ¿dónde más debería vivir? Además... ¿saben qué?, con un pequeño gemido mío y de Lira, Septian es muy fácil de conmover".

"¿En serio?", respondió el otro amigo, sorprendido e incrédulo al mismo tiempo.

Liliana asintió con firmeza, luego inclinó su cuerpo hacia la mesa, su voz se hizo medio susurro como si estuviera revelando un gran secreto. "Imagínense. Cuando le dije que quería comprar ropa, inmediatamente estuvo dispuesto a cancelar su almuerzo para acompañarme de compras. Luego, cuando dije que Lira tenía fiebre, fue capaz de romper su promesa con mi propia hermana, solo para poder cuidarnos, pero desafortunadamente su madre terminó en el hospital".

Riana sintió que su garganta se atragantaba, como si hubiera una gran masa bloqueando su respiración. Sus ojos estaban calientes, pero se obligó a no derramar lágrimas en ese lugar.

Una pequeña risa se escuchó desde la mesa. Uno de sus amigos bromeó: "¿No será que... Septian está enamorado de ti, Lili?"

Liliana agitó su mano, fingiendo rechazar mientras sonreía significativamente. "Ah, no lo creo. Parece que aún no está enamorado de mí... pero haré todo lo posible para que algún día realmente se enamore".

El otro amigo respondió inmediatamente con un rostro medio serio: "Entonces, ¿tú qué? No juegues, Li. ¿De verdad te gusta?"

"Por supuesto, a quién no le gustaría un joven jefe como Septian", respondió Liliana con los ojos brillantes.

Riana se tambaleó un poco hacia atrás, agarrándose a la pared cerca de la puerta. Su corazón latía con fuerza, sentimientos de destrucción mezclados con ira dando vueltas en su cabeza. Hermana Lili... qué cruel. Entonces, durante todo este tiempo... ¿esto es lo que quieres decir?