La Alquimista Y El Alfa De La Manada

Al entrar, se dieron cuenta que el terreno era muy irregular.

Azucena: Muy cerca, tiene que doblar a su izquierda

Lucio: Princesa, el terreno es muy irregular y no podrá ver donde yo piso…

Azucena: Pero, es una magia extraña, necesitamos avanzar, se intensifica a medida que nos adentramos en la cueva.

Lucio: Podría llevarla cargando, sería más rápido y menos peligroso…

Azucena: Bien.

Lucio inmediatamente se arrepintió de sus palabras, debido a que para sujetarla debía tocar sus piernas, además de que sentía sus pech0s rozar con su espalda.

Mox:

Lucio: < No la vamos a tomar en una cueva húmeda y sucia, se merece más que eso >

Azucena: Ahora doble hacia la derecha y continúe avanzando.

Siguieron avanzando hasta llegar a una gran pared de rocas…

Lucio: Fin del camino princesa…

Azucena: Lo sé, pero ¿Cómo puede ser posible que la magia se sienta mas fuerte detrás de ese muro? A menos que…

Lucio: Cuénteme princesa, ¿Qué cree?

Azucena: ¿A cuanta distancia se encuentra de la frontera con el reino de las montañas?

Lucio: ¡Malditos! ¡Estamos cerca! Estas montañas están casi en la frontera de mis territorios, es posible que con lo que hayamos avanzado, del otro lado este ese maldito reino…

Azucena: Es solo una hipótesis… aun debo corroborar con las pruebas de alquimia en las muestras. Quizás haya otra explicación

Lucio: Bien. ¡Pero de ser culpables, yo mismo los buscaré!

Azucena: Aun tenemos que comprobar que sean culpables… ¿Podemos irnos?

Lucio: Si vamos, le molesta si corro, quiero botar la rabia…

Azucena: No hay problemas…

Lucio: Afírmese bien princesa.

Lucio corrió hacia la salida con la princesa aun en su espalda. Hasta llegar a la entrada de la cueva.

Azucena: Ya puede soltarme

Lucio: Lo siento princesa, es solo que tiene mucho sentido su idea, si en las cuevas hay minerales, podrían fácilmente sacarlos, si nosotros estamos lejos, y que mejor forma de alejarnos que poniendo una planta venenosa. ¡A veces la codicia no tiene límites!

Azucena: Entiendo, pero ahora debemos volver, necesito comprobar todo esto. Además, ya teníamos considerado entrar a ese reino, ahí conseguiremos las pruebas necesarias…

Lucio: Princesa tengo mucha rabia, será mejor que se aleje de mí, no creo poder controlar a Mox.

Azucena: ¿Mox?

Mox:

Lucio:

Azucena vio que los ojos de Lucio comenzaron a cambiar de color…

Lucio: ¡Aléjese princesa!

Azucena hizo caso omiso al comentario y se mantuvo en su lugar, ella también se sentía muy extraña, no sabía que era… para ella que solo había leído de esa transformación en libros, fue atrayente, además su sensibilidad a la magia, la atraía aún más a él… era como si el aura de Lucio la estuviese llamando…

Azucena puso su mano en su pecho…

Lucio: ¿Qué hace?

Azucena: Tranquilo, encontraremos a los responsables.

Lucio: Lo siento princesa…

Azucena: ¿Qué?

Lucio se acercó a ella, puso ambos manos en su rostro y la beso… y para la sorpresa de ambos, ella correspondió el beso… el que poco a poco se intensificó… haciendo que él la levantará del suelo para apegarla a la pared de la montaña, ella instintivamente puso sus piernas cruzadas en su espalda…