Bruja, Rompe La Maldición.

—¿y que debo dar a cambio para que usted me diga quien esa persona?— pregunta, porque, asume que no será gratis la ayuda.

—es verdad que no es gratis, pero...— desvía la mirada.— no he pensado que puedo pedirle.

—no importa el precio, si puedo liberarme de la maldición.— asegura Eldritch.

—y si le pido que asesine al rey, ¿lo haría?— pregunta con curiosidad.

—si eso me libera de la maldición, por supuesto, no es difícil tomar un reino pequeño.— unas cuantas alianzas y el rey cae.

Aleksey mantiene una sonrisa ladina al escuchar la respuesta, por un momento creyó que diría es un precio alto, pero, esa respuesta afirmativa, le hace ver que el archiduque es alguien con quien puede hacer tratos.

—parece que usted tampoco la agrada el rey.— su respuesta fue rápida.

—esta en lo correcto, si él se mete conmigo, lo haré caer.— asegura Eldritch.

—pobre rey, creyendo que tiene un perro leal, pero, este solo esta esperando el momento adecuado para morderle el cuello.— ríe.

—si me hace enojar, así será.— deja escapar un pesado suspiro.— detesto cuando interrumpen mi tranquilidad.

—yo también interrumpiendo su tranquilidad.— responde Aleksey.

—pero su interrupción, no me molesta, por el contrario, su compañía es agradable, no todo el tiempo puedo tener a una bella luna a mi lado.— guiño.

Eldritch regresa a sentarse, mientras que Aleksey permanece de pie, pero, observa fijamente al archiduque, este era un hombre interesante, muy diferente a lo que otros nobles han descrito, pues dicen que es la marioneta del príncipe heredero, un tonto que hace lo que sea por la santa. Pero el hombre que tiene ante ella, es justamente lo contrario, puede parecer tranquilo, pero en realidad es peligroso.

—me halaga, si sigue así, querré tenerlo para mí.— asegura la albina.

—no me molestaría ser suyo, alteza, sería afortunado ser la mascota de la princesa Chevalier.— levanta su copa y bebe de esta.

Aleksey solo sonríen por la respuesta del archiduque.

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Al día siguiente, Aleksey había salido al pueblo, pues irá a una boutique para comprar un vestido, se la ha informado que dentro de dos noches, se hará un baile en el palacio y al igual que los otros representantes ella estará presente. Al entrar al lugar, escucha algunas conversaciones, notando que, la santa estaba presente en ese lugar en compañía de dos doncellas, Emilia al ver a la princesa se acerca mostrando su cálida sonrisa.

—¿usted también ha venido por un vestido?, déjeme decirle que esta boutique es la mejor.— asegura la rubia.

—si, eso me han dicho...— Aleksey observa a su alrededor, hay muchas jóvenes comprando esa mañana.—veo que usted también estará presente.

—así es, es probable que yo sea la acompañante de su excelencia el archiduque Ashbourne.— la rubia se emociona.

—¿en serio?, que extraño, esta mañana él me pidió que lo dejará ser su acompañante...— menciona Aleksey con una sonrisa maliciosa.

Emilia se sobresalta al escucharla y mira a la albina a los ojos, quien, se muestra segura de lo que ha dicho.

—n-no creo...¿que usted no irá con el príncipe heredero?— pregunta nerviosa.

—si me lo pide le diré que no, no tengo intención de corresponder a su cortejo...pero al archiduque, a él si lo acepto.—

—no puede ser...el archiduque no puede estar con nadie debido a su maldición...— responde nerviosa.

—conmigo si puede.— levanta la mano.— nos hemos tomado de la mano, y aquí estoy, su maldición no me afecta, ya que se quita los guantes cuando estamos juntos.— Aleksey desliza su mano en su pecho, mientras mantiene su sonrisa maliciosa.

Esa acción hace entender a Emilia algo, lo cual la hace sonrojar, pero, sus ojos se ponen acuosos y sale corriendo del lugar seguida de sus doncellas. Aleksey simplemente deja salir una risa, sin importar que otras la miren.

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Elias por su parte, había llegado a la mansión de Eldritch, pues no vio a la princesa en el palacio, así que pide que le lleven a la residencia que ocupa la princesa. Caminando por el pasillo, ve salir a Eldritch de una de las salas y este, frunce el ceño.

—así que sigues viniendo a mi casa sin permiso.— comenta con molestia.

—vengo a ver a la princesa, soy quien esta a cargo de hacerla sentir bienvenida al reino, y vengo a decirle que seré su acompañante en la fiesta.— responde Elias.

—si tan ansioso estabas por perseguir a la princesa, debiste dejar que se quedará en el palacio. Es molesto verte ir y venir de mi casa como si fuera tuya.— reclama.

—¿que te pasa?, estos últimos días actúas extraño, nunca te ha molestado que yo venga a esta casa.— Elias no puede soportar que Eldritch actúe tan arrogante.

—no empecemos con lo mismo. Respecto a la princesa, ella salió de compras, y no te preocupes por lo de acompañarla, ella me pidió ser su acompañante esa noche.— sonríe ladino.

—¿que?, ella no te pediría nada así, además tú eres el acompañante de la santa, no puedes dejarla de lado.— reclama ya molesto.

—claro que puedo, no creo que el templo sea haga mi enemigo solo por eso, y si te preocupa la santa Emilia, entonces llévala tú, total, la princesa irá conmigo.— se encoge de hombros.

Elias ya sin poder aguantarse, agarra con fuerza el cuello de la ropa de Eldritch, aunque, Elias tenía que tirar de Eldritch para que este estuviera a su altura, al ser más alto, cosa que al archiduque le causa gracia.

—tu maldito, no te atrevas a meterte entre la princesa y yo...además, con tu maldición, una mujer como ella jamás estará a tu altura.— advierte.

—el que no esta a mi altura eres tú, alteza.— sonríe con burla.

Elias aun más irritado, levanta el puño amenzando con golpear al duque, pero, su cuerpo sale disparado hacía atrás hasta golpearse contra una de las columnas del pasillo. Elias puede sentir el dolor en su espalda por ese golpe y casi cae de no sostenerse de la columna. Levanta la vista notando que Eldritch desprende rastros de mana, lo cual sorprende a Elias, pues hasta donde sabía, el archiduque no era usuario de magia.

—parece que su alteza no comprende, yo no estoy para soportar los berrinches de un niño mimado, si me atacas, es porque estas preparado para las consecuencias.— una energía oscura emana de la mano de Eldritch.

Esto, no solo puso en guardia a Elias, también a sus escoltas quienes han tomado lugar delante de él con la intención de protegerlo.

—excelencia, le recomiendo que se detenga, dañar al príncipe es un crimen contra la realeza.— advierte uno de los guardias.

—¿y creen que eso me importa?, no sería difícil derrocar al rey si este se pone en mi contra por educar a su hijito.— se burla Eldritch.

—¿estás acaso revelando tus planes de traición?— pregunta Elias.— no dudare en arrastrarte ahora mismo.

—mírate, ¿puedes hacerlo?, no eres mas que un enclenque hijo de papi.— se burla.

Elias sentía la tensión de ese momento, Eldritch emana una presencia de mana muy fuerte, era la primera vez que lo veía usar algo así y justo ahora, una pelea en plena asamblea, causaría un revuelo.

—bajen sus armas, el reino no merece quedar mal con otros reinos ahora, pero, archiduque, esto, lo sabrá el rey, prepárese para las consecuencias.— advierte Elias.

—te estaré esperando niño, veamos quien sufre más.— mantiene su expresión arrogante.

Elias se da la vuelta seguido de sus guardias. Eldritch solo deja escapar un pesado suspiro, sabe que se ha buscado problemas con el rey, pero, no le molestaría entrar en una batalla en su contra y tomar el reino, total, administrar un reino es menos tedioso que un imperio.

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