En un mundo donde las mujeres están infravaloradas, Una Ceo que se aferra con todas las fuerzas a permanecer y ser la mejor en el ambiente llenos de hombres.
Se enamora de alguien a quien nadie le conoce, Él no tiene un apellido reconocido, y por tanto su familia no lo aceptará.
¿te la jugaras por el?
¿Renunciaría a toda tu fortuna por el amor ?
Descubramos está historia juntos.
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El Café No Borra Recuerdos
Al día siguiente desperté con un dolor de cabeza terrible, no imaginé que la resaca sería tan intensa…
A mi nariz llegó un olor a café, que hizo que mis ojos se abrieran abruptamente, recordando vagamente lo que pasó anoche. No recordaba todo, pero sabía que la había pasado bien; en mis recuerdos, me veía disfrutando, riendo, sintiendo algo diferente. Kassy entró con la taza de café y me la dejó en la mesa de noche, como siempre cuidándome.
Mientras tomaba un sorbo de café, un recuerdo irrumpió en mi mente con fuerza, como un destello imposible de apagar.
La noche que compartí con Owen... su mirada intensa, esa sonrisa que parecía saber todos mis secretos, y la forma en que su mano rozó la mía, lenta, casi temblorosa, como si él también sintiera que algo estaba por cambiar.
No fue solo una noche cualquiera, fue la promesa silenciosa de algo que no sé si quiero aceptar o dejar ir.
Sacudí la cabeza, tratando de dejar esos pensamientos a un lado. Tenía trabajo que hacer, y la resaca no era excusa.
Me levanté y, mientras me vestía, supe que, aunque quisiera olvidar, Owen seguiría ahí, como un eco que no me permite avanzar.
—Te traje esto —dijo con esa sonrisa cómplice que solo ella sabe poner—. Seguro que lo necesitas más que nadie.
Miré el reloj y el golpe fue brutal: ya era demasiado tarde para llegar a la oficina a tiempo. Me mordí el labio, consciente de que la responsabilidad no esperaba.
—Tengo que ir a trabajar —dije—, aunque me sienta así.
—Si quieres, te ayudo con lo que necesites —ofreció—. A la una paso por ti para salir a comer. Te vendrá bien despejarte.
Asentí, agradecida. Solo necesitaba un poco de normalidad en medio del caos que sentía por dentro.
Llegué a la empresa Parisi y, directo fui a la oficinas de RRHH, buscando el listado de los nuevos ingresos
Y todo va bien, hasta que Kassy habla...
—. Cuéntame, ¿con qué guapetón te fuiste anoche?
Evité su mirada con una sonrisa evasiva.
—Eso es un secreto —respondí, haciendo un gesto de silencio.
—Vale, vale, jefa —dijo con ironía—. Por cierto, Aiden anda buscándote como loco.
—Dile que ya estoy aquí —contesté, apurando un sorbo de café. Si otro mas.
De regreso en mi oficina, me sorprendió ver a Aiden sentado frente a mi escritorio.
—Espero que tengas una excusa grandiosa para esto —dije, cruzándome de brazos.
—Te he estado buscando por dos horas —dijo él con una sonrisa arrogante—. No es tan terrible, ¿no?
—Eso no te da derecho a entrar así —respondí con firmeza—. Y ya sabes que el respeto es la base aquí.
—Tranquila, Lara. Solo tu padre puede despedirme.
—Para mí eres mi empleado y merezco respeto —contesté sin ceder—. ¿Qué quieres?
—Solicité un asistente porque el trabajo a veces es demasiado para mí solo. En una semana llegará alguien. Quiero que me ayudes a evaluarlo.
—Claro —respondí—. Quiero estar presente en cada nuevo ingreso.
—Cuando digo todos, es todos. Si no tienes nada más, déjame trabajar.
—Hazlo —dije, respirando hondo para mantener la calma.
Recibi varios mensaje de Carlos para salir a comer, intente no aceptar pero, quizas salir de la oficina despues de todo un dia me parecia buena idea.
Al final del día, salí a comer con Carlos. Es divertido, simpático, tranquilo y un gran partido. Podría ser el hombre que siempre esperé para formar una familia. Él representa estabilidad, compromiso, seguridad.
Pero Owen... Owen no se va de mi mente. Ese fuego que encendió con solo una noche, esa conexión inexplicable que me perturba y atrae a la vez. Me asusta lo rápido que me dejó marcada, y no puedo evitar preguntarme si esa chispa podría ser algo más.
Tengo que decidir qué quiero. Sé que con Carlos puedo construir un futuro, pero Owen… Owen es la incertidumbre que me quema por dentro.
¿Será posible olvidar a alguien que ni siquiera estuvo realmente? ¿O será que el eco de su nombre seguirá resonando en mí por mucho tiempo?