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Cuatro Bestias Y Una Reina.

Cuatro Bestias Y Una Reina.

Status: En proceso
Genre:Venganza / Mafia / Poli amor / Venganza de la protagonista / Romance oscuro / Harén Inverso
Popularitas:100.6k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Marines bacadare

Ginevra es rechazada por su padre tras la muerte de su madre al darla a luz. Un año después, el hombre vuelve a casarse y tiene otra niña, la cual es la luz de sus ojos, mientras que Ginevra queda olvidada en las sombras, despreciada escuchando “las mujeres no sirven para la mafia”.

Al crecer, la joven pone los ojos donde no debe: en el mejor amigo de su padre, un hombre frío, calculador y ambicioso, que solo juega con ella y le quita lo más preciado que posee una mujer, para luego humillarla, comprometiéndose con su media hermana, esa misma noche, el padre nombra a su hija pequeña la heredera del imperio criminal familiar.

Destrozada y traicionada, ella decide irse por dos años para sanar y demostrarles a todos que no se necesita ser hombre para liderar una mafia. Pero en su camino conocerá a cuatro hombres dispuestos a hacer arder el mundo solo por ella, aunque ella ya no quiere amor, solo venganza, pasión y poder.

¿Está lista la mafia para arrodillarse ante una mujer?

NovelToon tiene autorización de Marines bacadare para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

No es una víctima.

Vladimir nota la mirada de Dimitri; lo conoce bien: es un picaflor empedernido. Le coloca a Ginevra una mano en la espalda y la guía al interior de la empresa, aunque el joven no se queda así. Se acerca a ellos, impactado por la hermosa mujer lastimada junto a su socio y hermano del alma.

—¿Quién es ella, Vlad, y por qué está así? —frunce el ceño, tratando de tocarla, pero el hombre frente a él lo impide.

—Después te explico. Necesito que le revisen el golpe —se aleja con ella, aunque él no se da por vencido. Ginevra puede sentir la mirada en su nuca. Ese hombre la tiene en su mira, y es tanta la intensidad, que cada fibra de su cuerpo lo puede percibir.

Los pasos de ella siguen seguros. Un olor a roble se deja sentir, la empresa grita lujo y rudeza: paredes grises y blancas con grandes esculturas.

El suelo pulido, de color negro, brilla con intensidad. La iluminación es gracias a lámparas LED en el techo.

Un hombre los saluda con respeto y sin conectar la mirada con ellos. Vladimir no le suelta la espalda y trata de alejarla de su otro amigo.

—Vamos por aquí —caminan por un pasillo solitario que tiene una alfombra negra. Las paredes están decoradas por varias imágenes enmarcadas de cada uno de ellos, en marcos de oro puro.

Un elevador espera al final y, al entrar, el lugar se reduce. Cada hombre toma postura a un lado de ella, y la sensación de tenerlos cerca la hace, por un momento, sentirse avergonzada.

La sensación se evapora cuando imágenes de la mujer idiota que fue aparecen en sus recuerdos.

_Vergüenza es llorar por un idiota_, se reclama a sí misma.

El ambiente se densifica y dos perfumes se debaten, al igual que sus miradas. Cada uno busca la atención de ella, pero su capacidad de mantenerse en calma los sorprende y hasta los preocupa.

Ninguna mujer los repele; en vez de eso, tratan de llamar su atención. Ella no lo hace.

—Soy Dimitri, es un gusto conocerte —le extiende la mano, y ella la recibe sonriente.

—Ginevra, es un placer —le toma la mano y se quedan mirando, o él es quien se pierde en sus ojos. A su lado, Vladimir rompe el encanto.

—¿Cómo te sientes? —le suelta la mano y ella se estremece.

_Madre santa, cómo sería este hombre atrayéndome así..._piensa de nuevo.

—Me siento bien, solo me preocupa mi trabajo —murmura en voz baja, y el ruso más joven está intrigado por saber.

—¿Ella trabaja aquí? ¿La piensas correr? —No quita los ojos de su amigo.

—No. Trabaja con Aleksei y la dejó ir a la zona X —explica, justo cuando la puerta del ascensor se abre.

—¿Qué mierda estaba pensando Aleksei al mandarla a ella a esa cueva de imbéciles? —la mirada relajada y segura de hace rato se reemplaza por una arruga que surca su frente y su mandíbula se tensa que hace que cada músculo de su cara se endurezca.

—Yo quise ir, no fue culpa de él —los tres salen de la caja metálica, y Vladimir la guía hasta una sala enorme que parece un lugar de descanso. Hay sofás de cuero y un sofá cama que se ve cómodo.

—Él debió averiguar. Nuestros empleados son la prioridad. Yo no haría eso jamás como jefe —comenta Dimitri, y Vladimir lo mira con cara de “¿es en serio?”.

—Por aquí. Siéntate. No debe tardar el doctor —ella hace lo que le dice, y minutos más tarde, un hombre con un maletín y unas gafas transparentes entra para revisarla.

El sujeto coloca una crema en la parte afectada, le toca un poco el cuerpo y ella se queja al sentir una punzada. Ni siquiera se había dado cuenta de que le habían golpeado un costado. Al levantarle la camisa, otro moretón, aún más grande y alarmante, se deja ver.

—Esta joven debe descansar. No tiene nada roto, pero sí está lastimada —termina diciendo, pero ella simplemente niega. Un escándalo se oye de fondo, y los dos rusos se miran entre sí, sin saber por qué tanto alboroto.

—¿Qué es eso? —el doctor observa un poco dentro de la camisa de ella, justo en el instante en que dos hombres con muy poca paciencia abren la puerta sin previo aviso.

—¿Qué le pasa? —Aleksei le quita al doctor de encima, y Mikhail se acerca a la chica, cubriéndola de inmediato. El momento se vuelve, en un segundo, un completo desastre.

—¿Se pueden calmar? La están revisando —explica Vladimir, el puño de Aleksei queda en el aire, y el doctor asiente con los ojos muy abiertos y el rostro pálido.

—La señorita tiene otro moretón al otro lado. Solamente estaba viendo eso —el ruso, que casi golpea al hombre, bufa resignado. Camina hacia su empleada y trata de mirarla, pero Mikhail, con su gran cuerpo, no la deja ver.

—¿Qué ocurrió? Dime que estás bien. ¿Te duele algo? Hay que llevarte a una clínica —desvía la mirada entre la chica y el doctor.

—No es necesario. Solo debe descansar un par de días, tal vez, y estará lista para regresar a su trabajo —Ginevra, quien estaba callada todo este tiempo, suspira para hablar. Su mirada se endurece un poco y mira a su jefe, o ya no sabe si es su exjefe, y contesta:

—Me siento bien, señor Orlov. Pido disculpas por mi atrevimiento. Usted me dijo que no era adecuada para investigar. Simplemente vi algo que no cuadraba y fui —toma una pausa para respirar y continúa—: No sabía que la zona era tan peligrosa. Esos hombres me apresaron, y si no es por el señor Vladimir, estaría... no lo sé.

Habla con su actitud de siempre: decidida y segura. Mikhail aprieta los puños y lleva los ojos hasta Vladimir.

—¿Quiénes fueron y dónde los tienen? —el mayor de los cuatro entorna sus ojos hacia él y mueve la cabeza, dándole a entender que todo está resuelto.

—No debiste ir sola a un lugar tan peligroso como ese —explica el ruso, esta vez mirando a la joven, y eso hace estallar al menor de los cuatro.

—Bueno, ya. La chica solo hacía su trabajo. Acaba de pasar por un momento traumático y no voy a dejar que la sigan asustando —dice Dimitri. No hay un gramo de juego en su voz ahora. No es el típico hombre relajado: está en su postura de jefe de la mafia.

—Tranquila, no pasa nada. Ahora vamos a casa y te reintegras después a la empresa... —Aleksei quiere convencerla, pero ella no quiere. Se niega a quedarse en su casa. Necesita apurar su plan, y acostada no lo va a lograr.

—Dije que estoy bien y, si no me va a despedir, quiero seguir trabajando. Eso fue solamente un susto —trata de mediar, pero Vladimir no lo piensa aceptar.

El mayor de los cuatro se acerca al doctor y lo mira severo. No necesita hablar para que logre desviar la vista ante esos cuatro hombres tan intimidantes.

—Se fue hasta allá, viste lo que viste y estuviste revisando. Creo que ya sabes, más o menos, que estos negocios no son un juego. Tampoco son muy legales —comienza, y Ginevra se pone de pie con la espalda recta y la mirada altiva.

—Firmé un contrato de confidencialidad y, aun si no lo hubiese hecho, no soy ninguna soplona. Cualquier cosa que haya encontrado —o no— no saldrá de mi boca —habla, ofendida, pero el hombre se apresura a continuar.

—No estoy diciendo lo contrario. Simplemente que, si vas a trabajar con nosotros, hay ciertas reglas. La primera es: a nosotros se nos hace caso. Trabajas con Orlov, pero... —no le quita la mirada, da un paso hacia ella, tratándola de doblegar, pero no lo logra, y eso lo llena de expectativa— en realidad, trabajas con todos nosotros. Esto es una gran compañía; simplemente que tiene sus ramas, por llamarlas así.

Lejos de intimidarse, se acomoda el saco, pasa su mano por el cabello y endereza aún más su postura. A pesar del moretón en su rostro, no tiene rastro de ser víctima.

—Lo que te pase a ti nos afectará a todos. Haces un excelente trabajo. Has despistado a varios entes del gobierno y de Hacienda —suelta un suspiro pesado. Eso hace que sus hombros, se vean más grandes. Este gesto suele asustar a muchos, pero a ella la excita. Debe observar fijo a sus ojos para no seguir dañando sus bragas.

_Estás posiblemente a nada de que te metan un tiro y estás pensando en de qué tamaño tiene el miembro... Por Dios, Ginevra,_ su conciencia le reclama. Y aunque quiere reirse de sí misma, parece inmutable.

—Necesitamos que sigas trabajando para nosotros. Este negocio es muy grande, y tu habilidad es necesaria. Solo que tú zona ahora será esta —apenas suelta la frase, un sonido profundo sale de la garganta de Aleksei.

—No inventes, Vladimir —sus miradas se cruzan como si impactaran dos camiones a toda velocidad. El ambiente está cargado de testosterona, y la joven aprieta ligeramente su ropa para poder controlar las sensaciones insanas de su cuerpo.

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Germania Rangel
Gracias a Dios ya se encuentra en recuperación. Dios es grande.
Ana Elena Jiménez
gracias a Dios por la salud de su pequeña ,que siga mejorando 😊😊 y pronto pueda estar en casita
Ana Elena Jiménez
definitivamente Ginebra si que tiene la sartén por el mango
Ana Elena Jiménez
jajajaja jajajajajaja
Ana Elena Jiménez
jajajaja jajajajajaja me encantan estás bestias
mi vida y razón ser
uy pero que malvada con sus bestias jajaja
mi vida y razón ser
con el favor de Dios su recuperación será rápida y pronto podrán estar en casa y luego volver a su vida cotidiana bendiciones para ustedes
Betty Saavedra Alvarado
Marines eres un mujer fuerte y valiente tu niña se va a recuperar Ginevra sabe cómo domar a sus rusos
Deby Gonzalez
gracias por el esfuerzo a pesar de lo que estás pasando, arriba el ánimo que va a estar todo bien con mucha fé 🫶🏻🫶🏻
Marines Bacadare: Amén cariño
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Elvira Segovia
que se recupere muy pronto tu bebé así ya pueden volver a su casa cuidala /Kiss/
Marines Bacadare: Gracias linda
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Leonor Mujica
Gracias a Dios y muy pronto estarán en su hogar para su recuperación y cuidado familiar.
Muchas bendiciones y sobre todo sanación a la nena.
Gracias por este capítulo a pesar de la situación actual de salud.
Abrazos
Marines Bacadare: Gracias muñeca, besos.
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Aleja Nazareno
esto está que arde que quién más está más emocionante que nunca espero subas un capítulo pronto espero se mejore tu hija Gracias por escribir esta novela que está buenísima
Itzel zavala
Eres increíble autora, muchas bendiciones... gracias por subir capítulos y es que tu peque se recupere pronto
Aleja Nazareno
todo déjame manos de Dios y verás que pronto tu hija va a salir bien de todo
Marines Bacadare: Amén, linda
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Rosa Jimenez
me alegra que tú bebé esté mejorando. bendiciones para ustedes.
Marines Bacadare: Amén, hermosa
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Zibel Blanco
marines , cómo sigue la pequeña?
Marines Bacadare: Amén, mi bella. Dios te oiga
Zibel Blanco: los niños se recuperan más rápido que los adultos. con la fe en Dios 🙏
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Zibel Blanco
/Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm/ sabe cómo calmar a esos demonios, atrevida la niña/Facepalm//Facepalm//Facepalm/
Daniela Lima
Que Dios te bendiga y proteja siempre, también a tu familia. Es muy difícil estar en un hospital. Que tú nena se recupere pronto; bendiciones!!
Marines Bacadare: Amén, preciosa.
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Marcela González
Así es todo saldrá bien...
Leonor Mujica
Estimada Marines Bacadare deseo que ya tu niña esté bastante recuperada y en bendiciones.
La familia es la prioridad.
Marines Bacadare: Gracias mi bella, va mejorando
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