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Chispa: El Fuego De Una Pasión

Chispa: El Fuego De Una Pasión

Status: Terminada
Genre:Romance / Yaoi / Amor de la infancia / Doctor / Completas
Popularitas:1
Nilai: 5
nombre de autor: jojo0609

Calvin Cole, un valiente bombero de Chicago, vive intensamente su misión de salvar vidas, pero guarda un secreto sobre su orientación sexual y un amor silencioso por un compañero.
Un día, tras una jornada agitada en el cuerpo de bomberos, Calvin es invitado por su colega Frank a su casa, donde surge un encuentro amoroso. Frank ya sabía que Calvin era gay, al igual que él. Tras este encuentro, recuerdos del pasado vuelven a la superficie.
Dereck Clark, un médico prometedor, enfrenta desilusiones amorosas, y sus dudas sobre el amor crecen con cada relación que mantiene.
Pero el destino decide unir a dos corazones heridos: Calvin y Dereck se encuentran en una situación inesperada donde verdades ocultas saldrán a la luz.
Ciertas circunstancias los llevan a cuestionar sus decisiones pasadas. En esta trama apasionante, Calvin y Dereck descubrirán que el amor y la felicidad pueden renacer de las chispas de una pasión que trasciende el tiempo.

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Capítulo 18

Calvin se despertó y se quedó un poco más en la cama; parecía que cuanto más pensaba, más indeciso se volvía. Decidió levantarse, se duchó y fue a la cocina, pasando por Hector, que todavía estaba esparcido en el sofá, pero solo en calzoncillos.

—Eso pasa por decir, siéntete en casa; abusan.

La queja no fue oída por el otro, que dormía tranquilamente y solo comenzó a despertar cuando escuchó los ruidos en la cocina, de platos siendo colocados en el mostrador. Hector despertó y miró hacia la cocina, viendo a Calvin moverse por ella, todavía sin camisa y con un pantalón de chándal.

—¿Necesitas hacer tanto ruido? —preguntó, cogiendo su celular enseguida.

—Tuviste suerte de que no te tiré fuera de mi sofá. ¿Aún te estás quejando del ruido? —Calvin respondió, apoyándose en el mostrador.

—¿Qué tenemos para el desayuno? —Hector preguntó y comenzó a vestirse su pantalón.

—¿Estás pensando que mi casa tiene cara de hotel, negrito? Si quieres ser bien tratado, paga por la diaria —respondió y dio una leve sonrisa.

—No cobramos ese tipo de cosas a nuestros mejores amigos, ¿dónde está tu consideración? —Él habló acercándose al mostrador.

Calvin colocó el plato que ya había preparado para él en el mostrador, viendo la sonrisa del amigo surgir.

—Sabía que no te ibas a olvidar de mí. —Sonrió y cogió su plato, yendo en dirección al sofá.

—Puedes volver aquí, el lugar para comer es aquí y no en mi sofá.

Hector tuvo que volver y sentarse en el taburete que estaba en el mostrador. Calvin era bien organizado con sus cosas y no le gustaba que comieran en el sofá, corriendo el riesgo de derramar algo en él. Los dos comenzaron a comer, pero Hector no conseguía quedarse quieto.

—¿Qué vas a hacer en tu día libre extendido? —preguntó, viendo a Calvin quedarse pensativo.

Después de algunos segundos, aún ponderando lo que haría, él respondió.

—Hacer mis ejercicios como siempre, intentar relajarme y pensar en lo que voy a hacer y cuál decisión voy a tomar sobre esta situación. Tal vez vaya a correr un poco en el parque —respondió, continuando a comer.

—¿De qué decisión estás hablando? —preguntó con una expresión más seria.

—No sé cómo va a ser de ahora en adelante en el cuartel. Tú oíste las bromas, sin hablar que todos pueden sentirse incómodos conmigo durante el baño. Hector, ese era uno de los motivos que evité hablar sobre mi sexualidad, el hecho de dejar a las personas incómodas y, al mismo tiempo, dejarme constreñido.

—¿Tienes miedo de que comiencen a tener discriminación o que hagan bromas contigo?

—Hector, me conozco y sinceramente, no sé cómo voy a reaccionar cuando comiencen con las bromas. Soy una persona calma a pesar de todo, pero cuando se trata de homofobia y discriminación, eso me saca de quicio.

—Entonces, ¿qué está pasando por esa tu cabeza? —Hector quería saber más.

—Eso va a depender de cómo las cosas van a seguir de ahora en adelante. No voy a mentir, Hector, prefiero salir que ser expulsado del cuartel. No voy a manchar el nombre de mi padre.

—¿Salir? ¿Pero estar en aquel cuartel no era tu sueño? —preguntó, parando de comer.

—¿Qué crees que va a pasar si yo pierdo la cabeza y golpeo a alguien allá dentro? Frank no presentó denuncia, pero no significa que otro haga lo mismo, además de que será una reincidencia. No puedo correr ese riesgo.

—¿Estás pensando en eso por causa del prejuicio o por causa de Frank? —Tenía sus desconfianzas.

—No voy a negar que estar viéndolo todos los días no va a ayudar en nada. Mira, va a ser una mezcla de los sentimientos que yo estaba comenzando a tener por él, con la rabia que también siento, tanto de él como de mí, por creer en él.

—Aquel cuartel no va a ser el mismo si tú sales de allá. Tiene personas allí de ojo en tu puesto. Si tú desistes, apenas vas a dejar el camino libre para ellos. Por otro lado, yo también entiendo lo que tú quieres decir, no sé cómo te sientes cuando ves a Frank y ni cuando oyes las bromas. Puedo quedarme de tu lado, pero apenas tú puedes saber el dolor que eso causa —habló, demostrando su apoyo.

—Exactamente, y si yo salgo de otra forma de allá, va a doler más aún. Si tengo que salir, será con la cabeza erguida, sabiendo que no hice nada de errado y ni deshonré la memoria de mi padre.

—Sea cual sea tu decisión, voy a apoyarte. Si sales, puedo ir a verte en el cuartel en el que estés o puedo pedir transferencia. —Hector mostró su apoyo y sonrió enseguida.

El asunto se cerró allí, y ellos hablaron sobre otros temas hasta terminar de comer. Calvin se vistió, y fueron al estacionamiento donde las motos estaban. De allí, Hector fue para el cuartel, pues quería entrenar antes de comenzar su turno, y Calvin fue para una academia que acostumbraba a frecuentar.

Así que llegó, Hector saludó a todos y fue para el área de los aparatos, comenzando sus ejercicios. Poco tiempo después, Frank apareció, y Hector percibió que él quería hablar con él. Se quitó los audífonos y esperó que él hablase.

—¿Cómo está Calvin? —preguntó un poco sin jeito.

—Buenos días, Frank, ¿cómo estás? —respondió de forma irónica —Calvin está bien, ¿por qué la pregunta?

—¿Él aún está con rabia de mí?

Hector esbozó una sonrisa de incredulidad.

—¿Tú estás mismo preguntándome eso? Cara, tú jugaste con los sentimientos de él, ¿querías que él olvidase de eso de la noche para el día? ¿Por qué no paras de rodeo y preguntas luego lo que tú quieres saber? —Hector fue directo, imaginando lo que él estaba queriendo preguntar.

—¿La persona que estaba con Calvin, es mismo alguien con quien él está saliendo? ¿Los dos están teniendo alguna cosa, o se conocen hace mucho tiempo?

Hector estaba incrédulo con lo que estaba oyendo. Él no imaginaba que Frank fuese a ser tan descarado, al punto de cuestionar con quién su amigo estaba saliendo, siendo que él estaba comprometido, y fue él quien metió la pata. Pensar en aquello hizo Hector querer continuar con la historia que contó en la discoteca, y era exactamente lo que iba a hacer.

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