Logan, el hijo de un poderoso mafioso francés, es obligado por su padre a ir a vivir con un mafioso mayor para satisfacer sus deseos.
Revolté, intenta escapar, pero es capturado y llevado a la casa de ese mafioso. Atado a una cama, es sometido a la más deliciosa de las torturas: la del placer.
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Capítulo 4
Dormí, pero no fue ese sueño que descansa, fue un sueño perturbador, no conseguí abrir los ojos, por más que lo intenté, no hubo sueños, ni pesadillas, pero intentar abrir los ojos y no conseguirlo es una agonía estresante.
Abro mis ojos y la primera visión que tengo es de Henrique mirándome allí apoyado en la puerta.
Asustado, pues no esperaba abrir los ojos y verlo allí parado, no tengo otra alternativa que observar a ese hombre mafioso y viril que invadió la privacidad de mi cuarto.
Parado allí él me mira sin desviar la mirada y yo lo observo, aquellos labios se juntaron a los míos ayer en un beso intenso, aquellos ojos de un verde que me encanta, nunca vi ningún ojo igual al de Henrique, sus cabellos, él es el perfecto Dios griego y yo siento deseo por él. Yo imagino que estamos besándonos y esos pensamientos que muchos juzgarían insanos invaden mi mente, como, por ejemplo, él, despidiéndome y haciéndome suyo. Nunca, un hombre me tocó, aunque yo sea homosexual, nunca llegué al final con nadie, apenas intercambié algunos besos, pero ninguno fue tan intenso como el beso que intercambié con Henrique.
Confieso que tengo miedo del día en que él va a exigirme algo más íntimo, pues fue para eso que él me compró de mi padre.
La ingenuidad de mi padre me dio asco, él me vendió para que Henrique me convirtiera en hombre, probablemente mi padre puede haber pensado que ya en la primera noche, Henrique fuera a abusar de mí.
En la cabeza torcida de mi padre, yo me negaría y cedería a las investidas de Henrique y él iba a violarme, pero no fue eso lo que sucedió, la única intimidad que tuvimos fue aquel beso que no me sale de la cabeza.
— Buenos días, Logan.
— Buenos días, Henrique.
— Espero que hayas dormido bien, hoy hay mucho que hacer por nosotros.
Henrique se acerca a mi cama y se sienta a mi lado, me quedé sin reacción, no consigo levantarme, mi cuerpo no me obedece y yo tengo miedo de insistir y caer al suelo.
— Henrique no quita los ojos de mí y yo no tengo cómo huir de esa situación embarazosa, pues mi cuerpo está pesado y no consigo ni siquiera sentarme en la cama.
Él se inclina hacia mí sin dar una única palabra.
Me besa mientras su lengua invade mi boca en busca de la mía, Henrique pasa la mano por mi cuerpo causando escalofríos, hasta que él llega a mi zona de placer.
No tuve cómo decir nada, pues ese hombre todavía estaba con la boca pegada a la mía.
Él comienza a masajear a mi amigote con su mano.
— ¡Hum, Hum!
Juntos gemimos y yo siento a mi amigote mostrarle a Henrique a qué vino, él se endurece solo con el estímulo de la mano que está caliente. Henrique pasa a estimular mi región siempre besándome.
"Infierno ¿qué este hombre está intentando hacer conmigo?"
Mi cuerpo parece delirar con la mano experimentada de Henrique, mi corazón se dispara mientras él masajea mi región.
Los movimientos pasan a ser más intensos... Él para y me besa el lóbulo de la oreja, siento mi cuerpo estremecerse con ese besito en la oreja. Mientras él besa y mordisquea el lóbulo de mi oreja, yo siento que él baja mis pantalones y los bóxers junto.
"¿Esta no, él me quiere ahora? ¡Yo nunca hice eso en mi vida!" Me aterrorizo, siento que él baja mi ropa hasta las rodillas y usa una de las piernas para jalar el restante de mis pantalones hacia abajo. Mi corazón pasa a latir acelerado y lo peor fuera del compás normal.
Henrique todavía estimula mi región íntima hasta que él me ayuda a liberarme de la camiseta.
"Él me quiere mismo y ahora? ¿Será que Henrique sabe que soy virgen?"
No puedo hacer eso no ahora, no sin conocer al hombre que me salvó.
No quiero, no puedo, por favor para...
Él besa mi cuello y del cuello hace camino hasta llegar a mi documento propiamente dicho.
Henrique se prepara para mamármelo y yo sinceramente no esperaba por eso.
— No te preocupes, Logan, yo no voy a arrancar un pedazo de tu pasamanos, ¡yo solo voy a darte esa mamada satisfactoria!
Siento su boca invadiéndome, su boca es caliente mientras él me lo mama, yo siento que él coloca la otra mano por debajo de mis glúteos.
Henrique es un hombre experimentado y sabe muy bien cómo estimular a un tipo, con su dedo medio él va entrando despacio en mí.
Mientras él me lo mama, yo siento su dedo invadiéndome y siendo movido en movimientos circulares.
Agarro mis manos a la sábana, Henrique me está dando un placer que yo nunca sentí antes, ni cuando me aliviaba solo.
No conseguí aguantar y mi clímax fue directo para la garganta de Henrique, que se lo mama todito.
El dedo de Henrique continúa en movimientos circulares en mis entrañas, y eso está dejándome lleno de tesón.
— Por favor, para...
— ¿No te está gustando Logan?
— No es eso es que...
Él no me deja responder e invade mi boca con sus besos.
— Siento su dedo en un vaivén infinito hasta que él saciado para de entrar y salir de mí, siempre besándome. Cuando el beso termina, él me mira y afirma:
— Espero que no te haya dejado sin jeito con esta primera demostración de placer, espero que te acostumbres, pues siempre que volvamos de las obligaciones, sea con mi empresa o con la mafia, yo voy a requisarte Logan y yo espero ser atendido.
Aun sin jeito, yo concuerdo con la cabeza.
No le di placer para él y estoy molesto con eso.
— Por tu mirada percibo que estás molesto por no darme placer a mí, sabe que no faltará oportunidad, Logan.
— Ahora levántate, toma un baño y ven para el comedor para tomar café.
— Y, Logan, no te demores, yo no soy adepto a largas esperas.
Henrique me deja a solas en el cuarto y yo me cambio rápidamente, después de lavar superficialmente las partes del cuerpo.
Voy para el comedor y encuentro a Henrique esperando por mí.