Dentro De Tus Redes.

Almass Vannecelli

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¿Qué está ocurriendo? ¿Acaso fue Park quien ordenó secuestrarme? Pero él dijo que jamás lo haría. Entonces, ¿quién fue? ¿Acaso no podré irme tranquila de este país?

—¿Quién es tu jefe? ¿Qué quiere de mí? —pregunté.

—Lo sabrás cuando estés en su presencia.

—¿Fue Juwon Park?

—Señorita, por favor, el señor ya la está esperando.

Esmeralda se coloca detrás de mí y me susurra al oído, nerviosa.

—¿Qué está pasando, Almass?

—No lo sé... —le respondo en voz baja. Luego, me vuelvo hacia ellos y digo en voz alta—: Está bien, iré, pero ellos se quedan aquí.

—De acuerdo —me responde el hombre, señalando el automóvil.

Abre la puerta del auto y tomé la mano de Esmeralda. Miro a José, quien se acerca y le susurra al oído.

—Si no regreso en dos horas, avísale a mi familia. Activaré el EPS. Cuida de Esmeralda.

—Sí, señorita.

Suelto la mano de Esmeralda, pero ella me la aprieta con firmeza.

—No irás sola, iré contigo —me dice.

Asiento, y caminamos juntas hacia el automóvil. Al subirnos, uno de ellos cierra la puerta. Noto que Esmeralda está muy nerviosa, y aunque intento mantener la calma, yo también me siento inquieta. No sé qué está sucediendo. Si no es Park quien desea verme, entonces ¿quién será? Después de treinta minutos, el auto se detiene frente a una mansión inmensa. Él abre la puerta y salimos juntas, Esmeralda y yo. El hombre me pide que lo siga y así lo hago. Al entrar, aprecio la decoración de estilo antiguo, pero con detalles modernos, hasta que nos conducen a un gran salón donde hay un hombre sentado.

—Señor, la señorita ya se encuentra aquí, como lo solicitó.

El hombre se levanta de su asiento y me observa detenidamente, de abajo hacia arriba.

—Ya puedes retirarte, déjanos a solas —ordena con voz firme.

Los demás se retiran, quedando solo él con nosotras. Su mirada persiste, cuestionándome sobre quién es y por qué desea verme.

—Señor, dígame quién es usted y por qué quería verme. ¿Se ha equivocado de persona?

—Usted es Almass Vannecelli, ¿no es así?

—Sí, pero ¿qué es lo que quiere de mí?

—Mi nombre es Doyun Park. Quería tenerte en mi presencia para entender por qué eres tan especial para mi hijo, por qué romper nuestra tradición y leyes por ti. Sin embargo, no veo nada especial en ti, solo eres una chica común —me responde.

¿Una chica común? Yo soy Almass Vannecelli, hija de Gian Vannecelli, el mejor hacker del mundo, y mi madre, Rachel Fiore, es una de las figuras más influyentes en la industria de la moda. Mi belleza no es algo que todas las mujeres puedan poseer; soy una de las más hermosa de mi familia. Muchas revistas desean incluirme en sus portadas, pero mi padre no lo permite. ¿Este hombre se atreve a llamarme simple? Mantengo la compostura porque estoy en un país extranjero. Este hombre tiene poder, así que debo tener cuidado con lo que digo; cualquier ofensa podría poner en peligro mi vida y la de Esmeralda. Pero eventualmente me cobraré la ofensa, nadie puede ofenderme quedar como si nada.

—Señor, ¿es usted el padre de Juwon Park?

—Sí. No eres digna de estar con mi hijo ni de ser Hwanghu. Quiero que termines tu relación con él de inmediato y te alejes. No me importa quién sea tu familia; su poder no se compara con el mío.

¿Qué drama es este? Solo estuve una noche con él. ¿Cuál relación? ¿Por qué asume que quiero ser su Hwanghu? Solo necesito seguirle la corriente para poder irme.

—Señor Park, entiendo su posición y no quiero que padre e hijo discutan por mí. Considero que la relación de su hijo y la mía ha terminado. Antes de que me trajeran aquí, planeaba regresar a Italia. ¿Puedo irme?

Me mira con sorpresa, como si mis palabras lo hubieran dejado sin respuesta. Después de unos segundos...

—Creí que suplicarías para que aceptara su compromiso, se nota que no lo valoras. Me queda claro que no eres digna de estar en nuestra familia.

—Señor, no entiendo de qué compromiso habla. Su hijo y yo solo tuvimos una noche juntos. Cuando regrese a Italia, olvidaré este asunto. Créame, no tengo interés en formar parte de su familia. No cualquier familia pueden parientar con nosotros. Así que, por favor, déjeme marchar; hay un avión que me espera.

Abre los ojos, se acerca a mí y sonríe levemente.

—Has sido claro; espero que todo sea así. Ahora, Simple chica Vannecelli, retírate.

Le doy la espalda y camino hacia la salida, sintiendo un desdén por ese maldito hombre de mierda. ¿Se cree más poderoso que mi familia? ¿Se considera más digno que nosotros? ¿Qué es el poder sin dinero? Ya veremos si mantiene su ego alto cuando le quite todo lo que posee. Sonrío mentalmente, activar mi sistema estará en marcha.

Una vez en el automóvil, Esmeralda me mira con asombro.

—¿Cómo es que pasaste una noche con el hijo de ese hombre? ¿Por qué no me habías contado?

Suelto un suspiro de frustración. Mientras el auto avanza, le relato todo lo que sucedió hasta el final. Ella queda en silencio.

—Quién te viera, eres toda una picarona. Pero lo mejor es que nos alejemos y salgamos de este país lo más pronto posible.

—Sí, deseo irme de aquí. Ya no lo soporto.

Al llegar al aeropuerto, nos bajamos del auto y rápidamente subimos al avión. Rumbo a Italia nos esperan.