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No Me Dejes Ir

No Me Dejes Ir

Status: En proceso
Genre:Novia sustituta / Diferencia de edad / Amor eterno / Ascenso de clase social / Venganza de la protagonista
Popularitas:8k
Nilai: 5
nombre de autor: Miry - C

Después de dos años de casados, Mía descubre que durante todo ese tiempo, ha Sido una sustituta, que su esposo se casó con ella, por su parecido a su ex, aquella ex, que resulta ser su media hermana.

NovelToon tiene autorización de Miry - C para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

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Con zancadas largas y amenazantes se dirigió hacia Mía y se plantó frente a ella como una muralla infranqueable.

Su imponente estatura de metro ochenta resultaba intimidante para ella, cuya cabeza apenas sobrepasaba la altura de sus anchos hombros.

—¿Pretendes escapar cobardemente de tu deuda? —inquirió con tono gélido.

—Ariel, te prometo que voy a pagarte hasta el último centavo, trabajaré incansablemente para saldar el dinero. O si lo prefieres recuperarlo pronto, puedes quedarte con el edificio completo… —ofreció ella con voz temblorosa.

—No me interesa ese maldito edificio. Quiero que me devuelvas el dinero tal como ya te lo expresé categóricamente —respondió cortante.

«Oh, miserable tacaño» pensó Mía para sus adentros con amargura.

—Te lo pagaré como disponga, pero me niego a permanecer aquí ni un minuto más —declaró con toda la firmeza que pudo reunir.

—¿Por qué ese empeño en irte? Eres mi esposa y tu obligación es permanecer a mi lado, considerando que tienes una deuda pendiente. No vaya a ser que estando fuera decidas desaparecer para evadir el pago —insinuó con malicia.

—¿Por quién me tomas? —Ariel esbozó una sonrisa sardónica que la enfureció profundamente— ¿Pretendes mantenerme prisionera? ¿Es esa tu noble intención?

—Tienes libertad para entrar y salir, pero no para abandonarme definitivamente —sentenció acercándose más a ella con movimientos calculados. Le apartó con delicadeza el cabello que cubría parcialmente su rostro y exhaló un profundo suspiro.

—¿No era precisamente eso lo que anhelabas? Que nos separáramos por la amante que mantienes en secreto. Entonces, ¿por qué insistes en retenerme? ¿Por qué no permites que tu supuesta esposa infiel se marche de una vez por todas?

—Porque tienes una deuda pendiente que debes saldar completamente —le acarició el rostro con suavidad, provocando un incontrolable mareo en Mía que la hizo tambalear. Sus dedos dejaban un rastro helado sobre su piel mientras añadía con voz profunda—, ahora, entremos a la casa de una vez.

Le arrebató las bolsas con un movimiento y la acogió entre sus brazos con firmeza para llevarla nuevamente al interior de la residencia, ignorando completamente sus débiles protestas.

Mientras él la transportaba en sus brazos con determinación, Mía no pudo evitar observar detenidamente sus facciones perfectamente definidas que tanto la cautivaban.

Ariel era indudablemente un hombre atractivo que lograba hipnotizar a cualquier mujer que se cruzara en su camino con su sola presencia. A ella la había hechizado irremediablemente desde el primer instante en que sus miradas se encontraron.

Ariel la condujo directamente hasta la habitación principal y la recostó con delicadeza sobre la amplia cama. Al notar que el golpe que se había producido días atrás aún dejaba una visible marca en su piel, no pudo evitar cuestionar.

—¿Ya no te causa dolor? —llevó su mano con cautela hacia el muslo lastimado y ella instintivamente le sujetó la mano para detenerlo.

—Ya no duele, solo permanece la marca superficial, pero pronto desaparecerá por completo —respondió ella con voz queda.

Internamente rogaba que de la misma forma en que se desvanecería ese moretón, también se esfumara el profundo amor que Ariel había grabado en su corazón.

Este se recostó junto a Mía con movimientos lentos, provocando que ella se tensara visiblemente. El corazón le latía desbocadamente cuando la envolvió en un abrazo posesivo y entrelazó sus piernas con las de ella. La respiración se le cortó mientras lo contemplaba casi hipnotizada. Ariel cerró los ojos con expresión indescifrable y hundió su rostro en el cuello de Mía, absorbiendo su aroma mientras exhalaba un profundo suspiro.

Mientras tanto, los principales canales televisivos y periódicos de la ciudad se inundaban ávidamente de fotografías y videos del escandaloso altercado que Ariel Rodríguez había protagonizado con su esposa en aquel elegante restaurante, convirtiendo el incidente en el tema de conversación del momento.

Guido Stevens observaba las noticias con gesto preocupado y se dirigió a su nieto David, que permanecía sentado silenciosamente a su lado.

—No quiero bajo ninguna circunstancia que te involucres con esa gente —advirtió con tono severo.

—Simplemente ayudé a esa joven, abuelo. En muestra de agradecimiento me invitó a almorzar —se defendió David.

—Reconozco que tu acción fue noble, pero debes mantenerte completamente al margen de los Rodríguez, no son personas que se pueda desafiar ligeramente —insistió el anciano.

—¿Por qué tanto temor injustificado? Son simples mortales igual que nosotros, ¿O acaso resultaron ser hombres lobo? —bromeó David, arrancándole una sonrisa al viejo.

—Son hombres comunes ciertamente, pero carecen de la piedad necesaria cuando alguien interfiere con lo que consideran suyo —hizo una pausa antes de continuar—, solo deseo tu bienestar.

—Estaré perfectamente bien abuelo, te aseguro que no busco problemas innecesarios —mientras en su mente completaba: «solo he venido a desenmascarar a alguien».

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Paralelamente, Zoe mantenía una tensa reunión con el individuo contratado para vigilar a Mía.

—Ahora debes desaparecer inmediatamente, no puedes permanecer aquí después de tu fracaso. ¿Qué te impulsó a intentar atacarla en plena calle? ¿Por qué no seguiste el plan de subirla al auto y llevarla lejos?

—Precisamente eso intentaba ejecutar, pero esa mujer se defendió como una verdadera fiera y se resistió a subir al vehículo. Estábamos en pleno forcejeo cuando ese entrometido apareció —se justificó el hombre.

—Ahora esfúmate, porque si las autoridades te localizan terminarás tras las rejas —sentenció Zoe.

El hombre asintió secamente, subió apresuradamente a su auto y se marchó velozmente después de recibir una considerable suma de dinero de manos de Zoe.

Esta sintió una profunda indignación cuando observó las imágenes transmitidas por televisión. Ariel había enviado a un empleado a retirarla del centro comercial mientras él se enfrascaba en una pelea con otro hombre por defender a Mía. Cuando mostraron claramente el rostro de ese desconocido, Zoe se atragantó con su propia saliva.

Inmediatamente extrajo su teléfono móvil y realizó una llamada urgente—. David, acabo de verte en las noticias… ¿Cuándo regresaste a la ciudad?

—Vaya, me he vuelto célebre —respondió él con evidente ironía—, ¿Observaste quién está protagonizando semejante escándalo? Tu adorado Ariel.

—Necesitamos encontrarnos urgentemente —demandó ella.

—No, gracias. No tengo el menor interés en verte —cortó la comunicación sin más.

¿Quién se creía que era? ¿Pensaba que podía solicitar verlo y él acudiría sumisamente? Estaba completamente equivocada si imaginaba que seguía siendo un títere manipulable a su antojo. Él había regresado con el firme propósito de desbaratar sus planes, pero ya resultaba irrelevante después de presenciar cómo Ariel defendía apasionadamente a otra mujer que guardaba un parecido con Zoe. Era evidente que esa arpía no tenía cabida en aquella relación. Por lo tanto, la dejaría hundirse en su propia miseria mientras disfrutaba contemplando su inevitable caída.

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Eret Lopez
Mia TIENES UN BEBÉ EN TU VIENTRE CUÍDALO Y PROTEJELO
Eret Lopez
Mia TIENES UN BEBÉ EN TU VIENTRE CUÍDALO Y PROTEJELO
Marixa Burgos
porque piensan que es llegar y tomar como un objeto el cual despues desechan como si nada
Antonia Aguayo Espinosa
bastante buena me gusta
Rossy Bta: que ya se largue esa Mía de la casa que encuentre otro hombre
total 1 replies
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