La hija del enemigo

Mi corazón comenzó a latir violentamente, me incliné frente a la primera prenda que se encontraba en mis pies.

La recogí del suelo, y la agarré con fuerza, mientras que mis lágrimas caían severamente por mis mejillas.

Reconocía perfectamente esa falda, ya que yo misma la había escogido. Al igual que el sostén, y cada una de las prendas que se encontraban tiradas por todas partes.

Era una falda de color rosa, un sostén del mismo color... Lo había escogido el día anterior como regalo, para la mujer que consideraba mi mejor amiga.

Tania y yo, llevábamos toda una vida siendo amigas. Nos conocimos desde que éramos muy pequeñas.

Ella conocía todo sobre mi relación con David, sabía perfectamente del amor tan intenso que sentía por él.

Sin embargo, por lo que me puedo dar cuenta, la muy desgraciada, sea a estado acostando con mi prometido.

Arrojé todo al suelo, y caminé al dormitorio, que quedaba en el segundo piso. Gracias a los zapatos de piso que llevaba, no se escuchó el sonido cuando iba subiendo a la habitación.

Deseaba ver con mis propios ojos, lo que mi corazón y mi mente ya sabían. En más me acercó, más escuchaba los gemidos de los dos.

Eran tan fuertes, y tan sucios, que de inmediato, mi estómago se revolvió. Tenía unas inmensas ganas de vomitar.

Cubrí mi boca, para evitar vomitar. Mis lágrimas no dejaban de caer, sentía un fuerte dolor dentro de mi corazón.

David era el hombre a quién más amaba, el porqué el que podía haber dado hasta mi vida.

La voz de Tania se escuchaba con claridad, al igual que la voz excitada de David.

_ Se un poco más rápida, necesito terminar...

_ ¡Así!...

__ ¡No, un poco más!... ¡Mueve un poco más las caderas!...

_ ¡Así!...

_¡Así!...

Apreté con fuerza mis manos, clavando mis uñas en las palmas de mi mano. No me importó el dolor que me estaba causando, y mucho menos la sangre que volví a salir de la herida de mi mano…

Tomé el poco valor que me quedaba dentro de mí, Colocó mi mano derecha en la pared a mi lado, sin importar que se llenara de sangre, para evitar caerme.

Comencé a intentar respirar por la nariz, fue algo muy difícil. Ya que todo lo que me estaba pasando, era para morirse.

Sin embargo, no podía hacerlo, mi familia debe ser rescatada por mí. Di un profundo suspiró, puse mi mano, en la manija de la puerta, y la abrí.

Lo primero que vi, termino por matarme. Tania se encontraba encima de David, su espalda desnuda, era acariciada; por las manos del hombre que amo...

Ninguno de los dos se dio cuenta de que estaba a tan solo unos pasos de ellos, la manera en que David le hacía el amor a Tania, despertó en mí, un gran odio.

Deseaba matarlos a los dos, pero, no tenía el valor suficiente. Ya estaba demasiado herida del alma, para soportar algo más.

Agarré el jarrón que estaba a un lado de mí, con todas mis fuerzas lo deje caer al suelo. Provocando un ruido muy fuerte.

La primera en voltear fue Tania, que, enseguida, agarró la sábana y cubrió su cuerpo.

_ ¡Nati!... _ Susurró la muy descarada.

_ ¡Cállate, maldita traidora!... _ Grité con furia.

David de inmediato agarró sus calzoncillos y se los puso, caminó hasta donde estaba yo parada, pero, antes de que se acercara a mí, levanté mi mano.

_ ¡Puedo explicarlo!...

_ ¡No es lo que parece!...

Fueron las palabras más estúpidas que he podido escuchar en toda mi vida... ¡Estoy mirando como se está follando a mi mejor amiga, y me dice que no es lo que parece!...

¡Me cree idiota!...

__ ¡¿No es lo que parece?!...

_ ¡Púdrete!...

Me di la vuelta y salí corriendo de la habitación. Si me quedaba un solo segundo más, perdería el control...

Baje las escaleras lo más rápido que he podido hacerlo, sin embargo, fui demasiada lenta, ya que David me alcanzo y me agarró del brazo, girando mi cuerpo.

_ Necesito que me escuches, yo te amo solo a ti... Lo que acaba de suceder con Tania, solamente fue un desliz...

Sin dudarlo ni un solo instante, levanté mi mano y la dejé caer en la cara de David... Realmente, me sentía tan herida, que únicamente deseaba desaparecer.

_ ¡Cállate, no quiero escucharte nunca más!... _ Levanté la voz con odio.

_ No puedes abandonarme, solo falta muy poco para nuestra boda... _ Insistió con descaro.

_ ¡¿Boda?!..

_ Cuál maldita ¿Boda?... No te quiero ver cerca de mí, ¡Nunca más!.

Me sacudí mi brazo de las manos de David, sentía tanto asco que me tocara. No obstante, David me volvió agarrar de los hombros.

__ ¡Te amo, entiéndelo de una maldita vez!... Lo que pasó con Tania, solo es sexo y nada más!...

Mis oídos se volvieron sordos, solo escuchaba un zumbido aturdidor, miré a Tania bajar las escaleras, entre sus labios tenía dibujada una enorme sonrisa.

Al llegar a donde estábamos, se colocó a un lado de David.

_ Nati, Perdóname. Fui una débil que cayó en la tentación... _ Lo dijo de una manera, que me daban ganas de matarla.

Volví a sacudirme las manos de David de mí, para después, darle una fuerte bofetada a Tania.

Tania estuvo a nada de caer al piso, si no fuera porque David la detuvo, ella hubiera estado en el lugar que le corresponde.

_ ¡¿Cómo puedes golpear a una mujer embarazada?!... _ Gritó Tania, llevando sus manos a su vientre.

_ ¡¿Embarazada?!... Susurró David, con incredulidad.

_ Sí, mi amor. Tengo ocho semanas de embarazo... _ Contestó Tania, sin dejar de acariciar su vientre.

El rostro de David quedó pálido, tal vez igual que el mío...

_ Puedo solucionarlo, Nati... _ Dijo David en voz muy baja.

Estaba cansada, este día fue de los peores de mi vida. Me di la vuelta, y salí del departamento.

Comencé a caminar hasta que subí al elevador, ahí estaba otro chico. Que iba bajando del otro departamento. Al verme sus labios dibujaron una enorme sonrisa

_ Lorett... _ Susurró en voz media.

Volteó a ver al chico con más claridad, sin embargo, ya me sentía tan mareada, que en un segundos, todo se volvió oscuridad a mi alrededor.