Alexa Stronghold había vivido su vida en una completa calma, nunca se había exigido o esperado nada de ella, vivió su niñez feliz, rodeada de hermanos y primos con quien jugar. Cuando el tiempo paso cada uno tomo su lugar, todos tenían algo a lo que estaban amarrados, un destino asegurado, un lugar seguro que ocupar. Pero cual era su lugar?
Ella tenía la oportunidad de elegir su camino, de labrar su propio destino... pero no había nada, no existía nada en el mundo que despertara su curiosidad o su interés. Hasta que llegó el.
El Beso del Nigromante despertó su oscuridad, una batalla entre el deber y el querer se libraba en su interior, un amor que perdió y que parecía nunca poder volver a encontrar. Por mucho tiempo Alexa se había creído la escritora de su vida, la dueña de su destino, pero un día la verdad sale a la luz, entonces se dará cuenta que su destino nunca le había pertenecido, siempre le había pertenecido a él.
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7. Venenosa
Dereck llegó hasta Nosotras, con la cabeza gacha y se arrodillo, al aire comenzó a faltarme, estaba temblando incapaz de poder mover mi cuerpo o apartar mi vista de él.
.- Vengo a presentar mis respetos y jurar mi lealtad a usted, mi reina.- subió su rostro hacia nosotras y aquellos ojos felinos se conectaron con los míos, su rostro se contrajo en sorpresa y confusión y no pude hacer nada, no pude decir nada, me quedé ahí observándolo, con miles de emociones dentro de mi, ya no había vuelta atrás, aquella maldita bola se había estrellado con fuerza contra mi dejándome sin aire y desprotegida.
La mirada de Dea en mi me hizo reaccionar y voltee hacia otro lado nerviosa, quería salir corriendo de este lugar, jamás debí haber venido y lo sabía, pero me había encontrado de manos atadas, sabiendo que no había nada que pudiera hacer para parar esto, talvez era el destino, la verdad tenía que salir a la luz tarde o temprano, yo solo esperaba que fuera más tarde que temprano... Pero no fue así.
.- Dereck ven aquí.- la voz de Dea me hizo voltear hacia el, su cuerpo se irguió y camino hacia nosotros con el rostro serio, carente de emociones, como si nada estuviera sucediendo en este momento.
Dea tomo mi mano estirándola hacia el.- Te presentó a mí hermana menor, Alexa Stronghold, princesa del norte.
Y a estaba, la verdad había salido a la luz, sus ojos se clavaron en mi mano y temble nerviosa esperando que la tomara, incapaz de hablar, de decir nada, su mano se junto con la mía y aquella electricidad que siempre sentía con el se paseo por mi cuerpo, lo miré a los ojos, sus ojos clavados en los míos, con preguntas escondidas, con tantas palabras por decir, pero ninguno dijo nada.
.- Ven, te presentaré a mí familia.- Dea lo jalo lejos de mi, su mano soltó la mía y sus ojos dejaron de observarme y un vacío inmenso se abrió paso en mi interior, tomé una bocanada de aire intentando calmar la tormenta que se había desatado en mi interior, necesitaba salir de aquí.
Me di la vuelta y salí corriendo fuera del salón, corrí por los pasillos y salí por la primera puerta que conseguí encontrándome con una jardín, me senté en la primera banca que vi y respire fuerte intentando calmar el remolino de emociones que había dentro de mi.
No se cuando tiempo dure aquí, estaba en un trance atrapada en mi cabeza, cuando de repente escuché su voz detrás de mi.
.- Aquí estás... Alexa Stronghold, princesa del norte.- el veneno en sus palabras era evidente, voltee hacia el con miedo de lo que encontraría, sus ojos me miraron decepcionados, molestos, de una manera en la que nunca me había mirado.- debí haberlo sospechado aquel día en el bosque... Intenté hipnotizarte... Pero no funcionó, porque funcionaria?... Eres la hija bendecida de la loba sagrada.- las lágrimas se acumularon en mis ojos y me encontré sin saber que responder, sin saber que decir, que explicación dar, que excusa poner.- pero que iba a saber yo que una florecita tan hermosa e indefensa podía ser tan venenosa.- me levanté de la silla dispuesta ir hacia el, su cuerpo se movió hacia atrás y negó.- no te acerques Alexa.
.- Dereck.- lo miré con las lágrimas bajando por mi rostro, mis pasos se detuvieron, estábamos tan cerca pero tan lejos.
.- No... Solo... No digas nada, no quiero escucharte... Nunca debí haberme acercado a ti.- me dedico una última mirada y desapareció entre la oscuridad de la noche, dejándome con el corazón en la mano, lo había jodido todo.
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Desperté esa mañana con energías renovadas y salí de mi habitación dando vueltas por el palacio esperando conseguirlo, tenía que hacer que me escuchara, necesitaba darle una explicación aunque fuera tonta, no podía permitirme perder lo que tenía con él, me había parecido una mentira tonta la primera vez que negué mi proceder, más que todo por qué él era un desconocido, porque le hablaría de mi verdadera vida a un desconocido? El tiempo paso rápido y cuando quise decirlo entonces él contó aquella verdad, y lo que me había parecido una estupidez, una mentira tonta, se había convertido de repente en el mayor engaño de mi vida, tal vez sí le hubiera dicho aquel día la verdad de quién era, él no hubiera vuelto a verme, o talvez lo hubiera aceptado, ya no sabía que pensar, había pasado la mañana rondando en el palacio del rey vampiro, con el nerviosismo carcomiendo mi interior, Dereck parecía no está en ningún lado, ya estaba a punto de rendirme y volver a mi habitación cuando lo encontré de pie en el inicio del pobre jardín que rodeaba la mansión de mi ahora cuñado, salí por la puerta y camine hacia él, deteniéndome detrás de él, él no volteo, tampoco se movió, se quedó ahí en silencio, haciéndome dudar de si sabía que estaba aquí, moví mi mano hacia la suya deseando sentir su toque, mi mano se encajó en la suya y él volteo el rostro observándome.
.- Princesa, no debería estar tomando la mano de un simple guerrero.-
.- Dereck, por favor escúchame.- el volteo el rostro y miro hacia el cielo con los ojos cerrados.
.- Como usted lo desee.- tomé una bocanada de aire nerviosa, sintiéndome dolida por sus palabras.
.- Yo... Nunca planeé esto, no planeaba mentirte, cuando nos conocimos... Eras solo un desconocido, alguien a quien quería conocer, ser... La princesa del norte, siempre había alejado a todos de mí, no quería alejarte, porque quería conocerte, y cuando comenzamos a pasar tiempo juntos, yo quería contarte la verdad, en serio quería, pero cuando me dijiste aquello, sobre... tu madre, ya no supe cómo encontrar la manera de decirte la verdad, de qué yo... Era la hija de la mujer... Que asesino a tu madre... Yo... tenía miedo de perderte, de que dejaras de hablarme, tenía miedo de que me odiarás y se que no es excusa, pero es la verdad. No te dije la verdad porque no quería perderte, por qué me gustas, porque te amo y que sea la hija de mi madre... No cambia él hecho de que estoy enamorada de ti.- suspire nerviosa, y lo miré esperando una respuesta, un Reproche, algo, pero el solo inclinó su rostro y suspiro.
.- Si ya ha terminado tengo que irme, princesa... Tengo que cumplir con mis obligaciones.- su mano soltó la mia y el se fue sin mirar atrás.