Juana María, una Dominicana que reencarnó en una de sus novelas favoritas, pero no puede creer que corrió con la mala suerte de reencarnar en la villana de la historia.
—No, no, en la villana no, en la villana nooo ¡Quiero ser la protagonista!
Grita en medio de la sala del banquete.
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Capitulo:06
El duque Abel Hillson, es uno de los hombres más ricos y poderosos del imperio, posee un enorme poder militar que lo hace ser muy temible.
Todos sus logros lo ha construido a base de esfuerzo, y eso lo hace sentir muy orgulloso del mismo.
Cuándo era joven sus padres fallecieron en un terrible accidente y tuvo que ocuparse solo del ducado, años más tarde contrajo matrimonio con una hermosa joven condesa, nunca se amaron, pero se sentían cómodo con el otro, así que un año después la duquesa dió a luz a una hermosa niña y en el proceso perdió la vida debido a las complicaciones en el parto.
(...)
Llegamos a la residencia Neville y mi padre baja primero para luego tenerme y yo bajo del carruaje con elegancia.
—Disfruta tu tarde de té princesa, yo estaré aquí esperando hasta que regreses.
—Gracias padre, eres el mejor.
Me acerco a él y dejo un beso en su mejilla para luego retirarme junto a Letia.
Al llegar a la residencia, una sirvienta nos guía a un hermoso patio bien decorado y en una parte del gran patio se encuentra una mesa con varias jovencitas que al sentir que alguien se acerca, se giran todas a mirar mientras susurran.
Mi hermanastra y madrastra me observan con una sonrisa burlona mientras me acerco con elegancia refinada.
Al estar en el lugar hago una elegante reverencia.
—Buenas tardes señoritas, señorita Laura Neville, agradezco su invitación a esta hermosa tarde de té.
Todas saludan al mismo tiempo.
—Agradezco su presencia lady Hillson, aunque ha llegado un poco tarde.
—Lamento retrasarme, mi adorado padre que iba a escoltarme estaba algo ocupado, pero lo importante es que he llegado.
Las dos arpías me miran sorprendidas.
—Es que siempre te tardas demasiado Amber, por eso te dejamos atrás, para así enseñarte algo de modales, ya que no has aprendido nada en clases.
—Oh, pero que manera tan perfecta de enseñar, señora Miranda.
Su ceño se frunce y antes de que diga algo más la plática es interrumpida por una voz conocida para mí.
—Me he retrasado, me excuso por eso señoritas.
Dice el príncipe heredero mientras hace una reverencia para luego besar la mano de Laura Neville.
—Oh, descuide alteza, aún no habíamos comenzado, pero ya estamos listos.
Dice esta Laura con una sonrisa encantadora.
—Es un grato placer tener a su alteza en esta hermosa tarde de té... Me presento, mi nombre es Cristal Hillson, soy hija del duque Hillson.
—Oh, un placer conocerla señorita Hillson.
Le dice el príncipe mientras asiente y ella quiere saltar de alegría... ¡Qué ridícula!
Laura le hace una seña a las sirvientas y estas se retiran para volver a los pocos minutos con varias bandejas de diferentes tipos de galletas y té.
—Digame señorita Amber Hillson ¿Es cierto que su compromiso con el duque ha sido roto?
Pregunta Laura con una mirada extraña y antes de que responda mi madrastra lo hace.
—Lamentablemente, si, señorita Neville, esperemos que está noticia no sea un escándalo.
Alzo las cejas y la miro con una sonrisa.
—Mi compromiso con el duque no se ha roto señora Miranda ¿Acaso desea crear falsas calumnias contra mi persona?
La vieja me mira ofendida.
—No es bueno hablar mentira Amber, de todas maneras la verdad saldrá a la luz tarde o temprano, no seas así, te he educado muy bien.
Con un suspiro tomo una de las galletas que me han servido y la pruebo, la verdad es muy deliciosa.
Las demás chicas me miran con interés y cuándo termino de comer hablo.
—El archiduque y yo nos casaremos pronto, solo tuvimos una pequeña pelea como toda pareja, el cual ya hemos resolvido.
—Señorita Hillson, ya tiene veinte primaveras, ya tenía que estar casada y con hijos ¿Qué esperas?
Pregunta una de las chicas que para nada conozco y le sonrío.
—Ah, estoy esperando a Queti
—¿Queti ¿Quién es Queti?
Pregunta curiosa y yo sonrío más.
—Que te importa mi vida, creo que deberías de concentrarte en la tuya ¿No crees?
La mesa es golpeada y mi enojada madre se coloca en pies.
—Disculpate ahora mismo con la señorita Duran, Amber.
Mientras ella habla me sirvo del té y tomo tranquilamente.
—¿Por qué debería? Ella me ofendió primero.
—Ella no te ha ofendido, solo te ha dicho la verdad Amber, ya te estás poniendo vieja.
—Jajajaja.
Comienzo a reírme mientras miro a la señorita Durán.
—¿Crees que te he ofendido señorita Durán?
—Por supuesto que sí ¡discúlpate ahora mismo!
Dice con altanería y yo sonrío de medio lado.
—Soy hija de uno de los duques más influyente del reino ¿Crees que debería de disculparme con la hija de un simple varón?
Ella me mira con odio evidente y recuerdo que en la novela esa chica Duran es mejor amiga de la protagonista y se compromete con uno de los amigos de él.
—Señorita Hillson, le prohíbo que faltes al respeto a una persona por tan solo su estatus social, todos merecemos respeto, además estás frente a su alteza, creo que debería de comportarse.
—Y créame señorita Neville, me estoy comportando ¿Le molesta lo que he dicho alteza ?
Me giro hacia el mencionado y este solo sonríe de medio lado con evidente interés.
—Para nada señorita Hillson.
Es lo único que dice y luego miro a todos.
—Creo que debería de retirarme, señorita Neville, las galletas están muy buenas, gracias por su invitación.
Me coloco en pies y haciendo una elegante reverencia me retiro.
—Señorita, su madrastra y hermanastra vienen tras usted.
Menciona Letia y me giro para mirar como ambas mujeres caminan para alcanzarme.
—Detente ahí pequeña bastarda.
Dice la mujer con evidente furia.
—¿Bastarda? Creo que la bastarda es otra Por cierto ¿Ya recuerdas quién es su padre?
La mujer me mira con furia y ni se diga de su hija.
—Estás castigada Amber, hablaré de esto con el duque.
—¿Qué tienes que hablar conmigo Miranda?
Mi guapo padre aparece frente a nosotras y yo me cuelgo de su brazo con una sonrisa.
—Padre.
Menciono con alegría y este me sonríe mientras acaricia mi cabeza.
—Duque... Yo...