AHORA SOY ISABELL La Fría Y Olvidada Emperatriz

A la mañana siguiente Luna me despertó me ayudo a bañarme y cambiarme para ir al comedor, ya que mi familia en esperaba para desayunar.

-Isabell- buenos días Familia.

-todos- Buenos días Isabell.

Me senté mientras servían en desayuno le empecé a explicar que es lo que necesitaba hacer, mis padres se quedarían aquí poniendo todo en orden, mi hermano Julián regresará a él Ducado porque mis padres se quedarán un tiempo aquí, ya que no quieren dejarme sola, mi hermano Ulises se quedará para instruir a los guardias de el palacio donde entrenarán y comerán y mi mellizo Aron me acompañara a el pueblo a ver lo que falta y como poder solucionar los problemas que hay, nos dirigimos con hacia el pueblo entre más entrábamos más sentía como se oprimía mi corazón ver las calles en mal estado mucha gente muriendo de hambre o enfermedades.

-Isabell- no se supone que este es el imperio más prospero de todos?

No pude más y salí del carruaje mi hermano trato de detenerme,, pero me sentía muy decepcionada no me importa llenar mis zapatos y vestidos de lodo, llegue a la mitad de el pueblo y rápidamente se acercó la gente el olor era horrible tuve que aguantar para no vomitar.

-Isabell- Soy la emperatriz Isabell Lombardo vengo a ayudarles.

Note como me miraban con desconfianza hasta que un hombre se me acercó.

-ja si fuera la emperatriz no estuviera aquí, usted los nobles solo se regodean de lo que tienen sabe cuando sufrimos a día mientras ustedes suben los impuestos para llenarse de lujos y nosotros morimos por su culpa, les hemos pedido al emperador ayuda y solo oídos sordos de hace a nuestras peticiones que nos hace saber que usted nos va a ayudar.

Mi hermano se acercaba amenazante mente pero lo detuve le vantando mi mano.

-Isabell- entiendo su descontento y su molestia sé que no tienen confianza en la nobleza porque esta les ha dado la espalda cuando más la han necesitado, pero les pido perdón por parte de ellos, sé que no he sido una buena emperatriz,, pero les pido que me den una oportunidad porquea que de que me sirve ser emperatriz si mi pueblo está mal, permítanme no solo decirlo con palabras sino con acciones.

Me arrodillé ante el pueblo pude ver como la gente se sorprendía porque no era una noble cualquiera la que se arrodillaba ante ellos era la mismísima emperatriz a la cual no le importo arruinar su vestido llenandolo de lodo.

-Emperatriz no debe de arrodillarse ante nosotros levántese por favor está ensuciando su vestido.

Una joven se acercó a ayudarme a levantarme me acerque al hombre que me habló antes este me extendió su mano la tome así sellando la promesa de ayudarlos, me subí al carruaje junto a mi hermano.

-Aron- Isabell no vuelvas a salir asi es peligroso te pudo pasar algo malo y mamá te regañará mira como dejaste el vestido.

-Isabell- no importa es un simple vestido, además no paso nada malo y se que si hubiera pasado me hubieras defendido además no puedo dejar a la gente de lado dime de que me sirve llamarme emperatriz si no puedo nisiquiera hacer algo por la gente del imperio.

Aron entendió lo que le dije y no me cuestiono más el resto del viaje al palacio fue tranquilo, llegamos y le pedí un favor a mi padre.

-Isabell- padre podías por favor prestarme carrujaes del Ducado y algunos guardias.

-Duque- todo lo que mi niña quiere cuantos guardias necesita?

-Isabell- mmm unos 500, pero antes necesito cambiarme para ir al palacio del emperador tengo algo que solucionar.

Iré por lo que es mio.