¡Mi suegro mafioso me quiere!

...ARGO ROMANOV...

Fastidiosa criatura. No deja de hablar un segundo en mi oído. He sellado su boca con cinta y lo volvería a hacer mil veces más si fuera necesario. La niña tiene unos lindos labios, pero no hace más que hablar como un loro.

Saqué el móvil y llamé a Loretha.

— Cariño, ¿dónde están? Adalberto está buscando a su hija, todos están preocupados por ustedes.

— Estoy con su hija. Mira, no puedo volver a casa hoy, había un coche siguiéndonos.

— Haces bien, amor.

— Dile a Adalberto que llegaremos muy temprano para despedirse de su hija. — miro hacia ella, Fiorella está en shock con la boca y los brazos sellados con cinta.

— ¿Cómo está Fiorella?

— Está perfecta. Tranquila, sorprendentemente.

— Sabía que se acostumbraría.

— Sí.

— ¿Era Batuhan?

— Ese desgraciado es resbaladizo, pero descubriré dónde se oculta. Estate atenta a los periódicos, quiero saber quién estaba en el coche que atacamos. ¡Buenas noches! Querida.

— Buenas noches, mi amor. Y ten paciencia con Fiorella, entiende, todo es nuevo para ella.

— Ah, sí, lo entenderé perfectamente. — cuelgo el móvil y miro de nuevo a la chica. Tiene los ojos vidriosos mirando al frente. Le quito la cinta de la boca.

— ¿Estás bien? — pregunté, y ella gime de dolor, pero sigue en silencio. — ¿No vas a hablar?

Sostengo sus pequeños brazos y los libero de la cinta. Observo su muñeca que está roja, sus manos son pequeñas y frías. Levanto mis ojos para mirarla, Fiorella está asustada, pero también, ¿por qué tenía que entrar en esa sala y confrontarme? Maldita chica complicada.

Cuarenta minutos después, llegamos a una casa, es como un refugio, nadie sabe que tengo este lugar, lo uso solo en casos extremos.

— Vale, pueden irse, pero quédense cerca, podría necesitarlos.

— Sí, jefe.

Miro hacia atrás, Fiorella sigue en el coche.

— ¿Vienes o no?

— ¿Qué lugar es este? — finalmente habla ella, después de tanto tiempo en silencio.

— Sin preguntas, ven ya.

Necesitaré paciencia para lidiar con esta niña. La noche será larga, solo con ella en este lugar. Preferiría pasar el día solucionando problemas y eliminando enemigos que tener que soportarla.

...ADALBERTO FERRAZ...

Empiezo a arrepentirme. Mi hija desapareció en la fiesta de compromiso y ahora me entero de que pasará la noche sola con Argo Romanov.

Argo es un hombre peligroso y claramente odia ser contrariado. Lo que Fiorella hace mejor es llevarme la contraria. Espero que no provoque al suegro. Amo a mi hija sobre todas las cosas, y pensé que estaría a salvo con los Romanov, ellos son la mafia más grande de toda Australia y son poderosos. Empiezo a dudar si debo dejarla aquí sola.

— Papá, a mana no le gusta el señor Argo. ¿Cómo debe estar ahora?

— Habla más bajo, Jonah, que nadie escuche lo que dices. También estoy preocupado, tu hermana ha crecido bajo mi cuidado, ahora va a estar lejos de nosotros.

— Yo tampoco quería dejar a mana, papá. Ella no está bien.

— ¿Hice lo correcto, Jonah?

— Solo lo sabrás en unos meses. Parece que al prometido le gustó mucho.

— Fiorella rogó tanto para que no la casara. Tendré una conversación con Argo y, dependiendo de su respuesta, cancelo este contrato y me la llevo de vuelta a Alemania.

...FIORELLA FERRAZ...

No puedo creer que vaya a pasar la noche en una casa espeluznante con ese pitbull enojado.

— ¿Qué lugar es este? ¿Por qué no vamos a tu casa? Quiero hablar con mi padre. — Miro alrededor, hay árboles alrededor de la casa, es de madera. Es rústica, bonita, pero, hay una puerta de hierro, aterradora. — Señor Argo, ¿mi padre y Jonah están bien?

— Están bien, mañana muy temprano nos iremos. ¿Ves esa puerta? — él señala. — Entra allí y no salgas hasta mañana, ¿escuchaste? No quiero que andes por ahí.

— Necesito darme una ducha.

— Hay un baño allí dentro.

— No tengo ropa, no puedo dormir con este vestido puesto.

— Duerme desnuda, ¡maldita sea! Haz lo que quieras, pero no salgas de allí.

Aunque enojado, este hombre es atractivo. Siempre quise a alguien romántico y cariñoso, él es todo lo contrario y aún así me atrae. Un hombre malo y casado, para empeorar, es el padre de mi prometido.

— ¿Qué haces ahí parada? — preguntó.

— ¿Dónde vas a dormir tú?

— En esta sala. — se sienta en el sofá, baja la cabeza y respira hondo. Me siento a su lado.

— ¿Qué hay para comer aquí?

— Mira en la nevera.

— ¿Argo? — llamé. — Señor Argo, ¿podemos tratar de convivir bien? Voy a casarme con tu hijo y siento que no te gusto.

— Tienes razón, no me gustas.

— A mí también me caes mal. — él me mira con incredulidad. — Pero ya que voy a ser parte de esta familia, podríamos... — él agarra mi brazo y con facilidad, me tira hacia su torso. Mi cuerpo me traiciona, siento cómo mi entrepierna se humedece. Puedo mirarlo desde tan cerca. — ¿Por qué no te gusto, señor Argo? — pregunté, gimiendo por la fuerza de su agarre en mi brazo.

— Creo que sería mejor que fueras al cuarto, barbie.

— ¿Barbie?

— Eres una niña insoportable, ya no aguanto tener que mirarte. Ahora ve al cuarto. — ordena, pero aún me sostiene con fuerza.

— ¿Sabes lo que eres? Un pitbull furioso, de esos que solo tienen cara de malos, pero que nunca muerden.

— ¿Crees que no muerdo?

— Estoy segura de eso.

— Eres una chiquilla insolente, ¿sabías?

— Y vas a tener que soportarme, señor Argo. — él aprieta un poco más mi brazo. — ¡Ay, me vas a lastimar, suéltame!

— Desaparece de mi vista. — mi brazo palpita de su apretón.

Salgo y entro rápidamente a la habitación. Llegué hoy al país y ya soy su peor enemiga. Este hombre no deja de llamarme niña, chiquilla, ¡vete al diablo!

Me quito el vestido y voy al baño. Siento mi vagina excitada y comienzo a tener miedo de eso. Argo parece tan cruel y malo, pero no siento que me haría algo malo, al contrario, me siento protegida a su lado, a pesar de sentirme intimidada por su tamaño y cara de malo.

Me ducho y me acuesto en la cama. Doy vueltas pensando en mi padre, pensando en qué haré con mi vida aquí sola. Teniendo que acostarme con quien no deseo, entregando mi pureza a la fuerza, casándome a la fuerza y siendo esposa a los 18 años. "¿No tendré vida?" ¡Es injusto!

A veces, recuerdo lo que Argo dijo en la fiesta sobre ser follada por un hombre de verdad. Él parece un hombre de verdad para mí. Quisiera entender entre líneas lo que quiso decir con eso.

Tengo hambre porque entré enfadada a la habitación y olvidé ver qué había para comer en la nevera. Me levanto y pego mi oído a la puerta; está silencioso del otro lado, quizás Argo esté dormido. Aunque un hombre de ese tamaño debería roncar como un dinosaurio.

Él me pidió que no saliera, pero, ¿por qué? ¿Será que esconde algo en la sala con puerta de hierro? Con recelo abro la puerta lentamente, está muy oscuro. Me pongo mi vestido de cualquier manera para salir. Lo peor que podría pasar es que él me viera desnuda, apenas conozco a este hombre, ¿quién sabe qué podría hacerme? ¡Dios me libre!

Abro la puerta y hace ruido, necesita aceite urgentemente. Aún así, no escucho a Argo. La luz de la luna entra por la ventana, lo veo acostado en el sofá boca arriba, con pantalón de traje, calcetines y sin camisa. Su pecho es grande y con pelo. Tiene un tatuaje en la costilla, en la oscuridad no logro ver el diseño con claridad. También tiene un tatuaje en el antebrazo izquierdo.

No me acerco mucho y voy hasta la nevera. Al abrirla, una sorpresa: solo hay agua. Comienzo a sonreír, frustrada, lo peor que hay es dormir con hambre. Creo que ni dormir podré.

¡Bien! Miro otra vez hacia Argo para asegurarme de que está dormido, y voy hacia la puerta de hierro. Espero no encontrarme con cosas eróticas. Ayer mismo ni siquiera pensaba así, y hoy, me he excitado dos veces sin haber visto siquiera una película caliente.

Pongo la mano en la manija e intento abrir, está cerrada con llave.

— ¿Puedo saber qué estás haciendo aquí? Te dije que no salieras de esa habitación, niña.

Mi columna vertebral se heló al sentir su cuerpo detrás del mío, su voz en mi espalda.