Alicia reencarno en uno de los tres ducados en el imperio de Imix, a pesar de ser de una buena familia jamás salió de la mansión del ducado por culpa de su padre.
En su momento más crítico Alicia decide aprender a pelear y poder ser fuerte para sobrevivir.
¿Por qué reencarne?.
¿Al final tendré una vida tranquila?.
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Invitación
Pero los jueces podían decidir si pasan o no aún si pierden el combate, lo primordial es ver el avance y si cumple con los requisitos para ser de nivel intermedio.
"Sergio contra Alicia".
"..."
Mire a Sergio y el me miró a mi y dijo tranquilamente.
"No me contendre".
"No lo hagas".
Respondí a Sergio, él sonrió como si esperara mi respuesta.
""Bien empecien".
El combate se dio por mucho tiempo, como solíamos pelear en los entrenamientos era natural que los dos conociéramos nuestros movimientos, es por eso que nos hicieron pelear, quién puede vencer a quien.
Sergio también lo sabía, sus movimientos fueron cambiando poco a poco, no se notaba a simple vista pero yo lo sentí.
'Ahi'.
Fue cuando vi una pequeña abertura en su nuevo movimiento y contraataque.
"..."
La pelea terminó.
"Vaya, creí que lograría atacar antes que tú".
Sergio suspiro de resignaciónncomo si no hubiera otra oportunidad.
"Solo fue casualidad".
"Jaja".
El se rió como si supiera que era irónica la situación, mi comportamiento en sí es lo que le daba gracia.
"Los dos pasan a intermedio".
Los jueces juzgaron y asintieron, los dos cumplíamos con lo necesario para avanzar.
No pude evitar sonreír era la primera vez que lograba algo en este mundo, así que me sentí reconfortante.
El torneo siguió para sacar un ganador, el premio es una espada de calidad.
"Alicia, ¿te interesa la espada?".
"¿He?, ¿la quieres?".
"Si".
Asentí a Sergio y el fue a ver al instructor para que lo colocarán aún en el mini torneo.
Solo seis meses me tomó para ingresar a nivel medio, el nivel donde están mis dos hermanos mayores, aunque Cris va a presentar el examen para el nivel avanzado con su tutor pero no sabía si lo iba a lograr.
Ni siquiera habían descubierto que yo vivía aquí.
'Para sobrevivir tengo que ser fuerte'.
Eso es lo único que pensé por el momento, con eso en mente empecé a caminar.
Me retiré hacia las gradas donde estaban mis compañeros.
"Felicidades a los dos".
"Gracias".
Agradecí la felicitación, ellos me miraron con ojos de realmente es raro que una noble nos agradezca y más siendo la joven maestra.
Sergio fue el que ganó la competencia que hicieron.
En algún momento debo de conseguirme una espada propia.
Fue cuando llegó una carta del palacio.
El chef al escucharlo vino corriendo a avisar, yo estaba entrenando como ahora se me había hecho cotidiano.
"Le ayudaré a ir a su habitación".
"¿Es importante?".
Mauro se acercó y asenti.
"El duque me quiere comprometer con el primer príncipe".
"..."
Los demás me miraron algo sorprendidos pero mi rostro no lo era, por esa razón tal vez la nana ya no estaba conmigo.
"Vamos".
"Si, chef".
Tome mi camino de regreso como si no hubiera opcio, por suerte pude regresar a mi habitación a salvo.
Tampoco podía poner en peligro al chef o a alguien más, ellos solo hacen su trabajo.
Al llegar supe que pronto se hará una celebración en el palacio.
El fin de año se acerca y el banquete de año nuevo se iba a celebrar, ahí iban a anunciar el compromiso con el primer príncipe.
'No quiero ir'.
Estaba en mi habitación descansando cuando una sirvienta que no conocía apareció.
"Saludo a la señorita, yo me haré cargo de usted".
La sirvienta me miraba con duda de que yo existiera, es como si viera un fantasma fue cuando me di cuenta nadie había venido hasta ahora.
'Me hubiera muerto de hambre si no hubiera seguido al chef al campo de entrenamiento de principiantes'.
Mire con el ceño fruncido a la criada y le dije.
"Los vestidos que tengo no me quedan, dile al mayordomo que pida un vestido nuevo para la fiesta de año nuevo".
Ella observó las ropas que tenía y negó con la cabeza, gracias al entrenamiento que he tenido en estos seis meses mi complexión mejoro.
"Sí señorita".
Ella se retiró corriendo para contar el chisme de que seguía viva, realmente no me importaba.
Tiempo después una sastre llegó al ducado.
"La familia Cid debe vestirse bien".
Esas fueron las palabras de la duquesa.
El duque no tuvo más remedio que llamarme después de escuchar la voz de la duquesa, fue cuando por primera vez en mi vida vi a todos los miembros de mi familia.
"Alicia, ¿Cómo estás?".
La duquesa me examinaba de arriba y abajo y solo observó que estaba saludable.
"Gracias por su preocupación, duquesa".
"¿Quién pasa primero?".
El duque me miró como diciendo apúrate para que te vayas.
"Yo empiezo".
Mitzi fue la más emocionada de esto.
Me senté en el rincón esperando ser llamada y después de que Mitzi saliera del vestidor observó el catálogo que había traído la madam.
"Señorita".
La madam me llamó y comencé a ir al vestidor.
Tomaron mis medidas, la madam media de hombro a hombro y miró el lunar que tenía en el hombro derecho.
"Su lunar es hermoso señorita".
La madam no pudo evitar decir fue cuando se hizo un silencio total.
"¿Lunar?".
El duque se levantó a dónde estaban midiendo y jalo mi brazo.
"..."
No dijo nada y solo lo observó.
"¿Duque?".
El soltó mi brazo aún sin decir alguna palabra y se retiró al sofá.
'¿Qué rayos?'.
La madam término de medir mis medidas y me dio otro catálogo.
"..."
"Alicia, querida ¿Que tal si me dejas escoger tu vestido?".
En el catálogo vi demasiados vestidos que me marearon solo de pensar que tenía que usar uno así, los vestidos todos grandes y pomposos.
Al escuchar a la duquesa pensé que ella no haría nada que podria avergonzar a la familia, y si lo hace fácilmente podría decirle que fue ella.
"...Claro, confío en su juicio madre".
La mire con ojos fríos y ella solo asintió con un poco de vacilación.
También mire a mis hermanos solo de reojo, al único que no había visto fue a Mark pero el solo hizo que no me miraban, de hecho lo noté ellos me ignoraron abiertamente en este salón, sabía que no era bienvenida pero el compromiso y la fiesta de año nuevo se acercaba, se tenía que fingir ser una familia feliz.
Subí de nuevo a mi habitación después de ir a la cocina a comer bocadillos por parte del chef.
Tomé el libro que tenía en la mesita y seguí leyendo.
”¿Señorita?".
La sirvienta entró con una bandeja de té y bocadillos.
"¿Quién pidió esto?".
"... Es para usted".
La sirvienta se veía nerviosa y la mire con ojos sigilosos, no confiaba en nadie.
"No lo quiero, llévatelo de regreso".
"Por favor una taza sería bueno para este día".
"Pero no quiero".
La sirvienta se quedó parada con la bandeja.
"Vete, no necesito nada por el momento y no me molestes".
Me acosté en mi cama mientras la sirvienta se iba con la bandeja algo tambaleante.
Se veía pálida, como si le hubiera arruinado algo, pero la sirvienta no podía obligarme a tomar algo.
"Tengo sueño".
Cuando vi que salió la sirvienta pulse el botón a mi puerta para cerrarla y me quedé dormida.
Hasta ahora he vivido bien, comido bien y entrenado bien, hasta ahora me sentí feliz en el campo de entrenamiento.
'Solo espero no hacer el ridículo en la fiesta'.
Ahora que lo pensaba no sé bailar.
'...'
La niñera me enseñó pasos básicos pero lo demás no me enseñó nada.
"¿Qué hago ante eso?".
Mire la puerta cerrada y salí por la ventana como siempre y me dirigí hacia el campo de entrenamiento.
"Señor Mauro".
"Joven maestra".
"Necesito ayuda".
"Dígame".
Mauro me miró con curiosidad después de que me ayudara a entrar en el campo de entrenamiento, el me apoyaba de vez en cuando, el se había hecho una persona en quien confiar.
"El baile de año nuevo, no se bailar".
"..."
El se quedó mudo por un momento y se quedó pensando.
"Venga conmigo".
"Si".
