NO PUEDES SER TÚ

"¿Acostumbras a besar a todos?" William se arrepintió de hacer esa pregunta, no quería parecer celoso y tampoco acostumbraba a celar a las mujeres.

"¿Ah? ¿Lo dices por Camilo? Es solo un amigo, nunca he tenido sexo con él, él quiere, pero yo no" Se sinceró la pelirroja.

Luisa no quiso molestarlo preguntándole si estaba celoso, no quería espantarlo.

William nunca imaginó que fuera tan sincera, supo inmediatamente que no mentía.

"Señorita Lane, quiero de vuelta mi celular" Dijo William volviendo a la normalidad.

Luisa no prestó atención y preguntó:¿Por qué te enojaste cuando bailaba?

"No me enoje, solo que este lugar no es de mi agrado" Dijo el empresario.

"Mientes" Frunció la boca Luisa.

¿Esos gestos? ¿Son intencionales o naturales? Se preguntó William a sí mismo, le parecían encantadores.

"Si, tal vez tengas razón, pero no estoy interesado en hablar del tema" Dijo El castaño francamente.

"Esa respuesta me gusta más" Sonrió la pequeña Luisa.

"Sabes quise comprar un aparato como el tuyo, me encantó cuando lo investigue a profundidad, pero es demasiado costoso, ni vendiendo mi apartamento podría acceder a uno, llegue a la conclusión que es solo para ricos" Dijo Luisa

"Sí, son exclusivos y, por lo tanto, costosos" Dijo William

"Pues eres considerado el mejor en tecnología deberías tener una gama baja o por lo menos con precios más asequibles, vamos se nota que eres muy inteligente no te quedes solo con el público rico de alta sociedad, deja algo para los pobres" Se quejó la niña, haciendo pucheros.

William realmente quería reír ¿Lo estaba regañando? Nadie se atrevía ni siquiera Fernando a cuestionar sus decisiones o a opinar sobre el mercado.

"¿Cómo lo desbloqueaste? Y ¿Cómo tomaste mi número, si es privado?" Preguntó curioso William.

"Esas preguntas te las puedo responder mientras estemos desnudos después de una faena de sexo ¿Te parece?" Se lanzó la pelirroja.

"No tendré sexo con usted señorita" Dijo seriamente el empresario.

Luisa quiso llorar ¿Llorar? Pero si no es normal llorar, todo lo que ha esperado por ese hombre, todo lo que hizo fue en vano, él no quiere nada con ella.

"Toma tu celular, si lo hubieses bloqueado de nada hubiera servido, sé cómo desbloquearlo, pero no quieres hablar de eso" Dijo con una sonrisa fingida la niña.

William tomó su celular y dijo "Si algo de lo que viste aquí se filtra, te acabaré y no me importa si se enteran que estuve aquí"

"No te preocupes Will no sería capaz y ahora me voy, quiero algo que no me quieres dar" Dijo Luisa dándole a entender que era sexo.

William le enojó su comentario, eso le recordó que hablaba con una prostituta, si no era él, seguro tenía más clientes.

"Adiós señorita Lane" Dijo el guapo hombre.

La mujer quería irse inmediatamente del sitio, llamó a Mike y le dijo que se iría, que le descontará de su paga pero no podía terminar el turno.

Mike estaba en un corto viaje regresaría en una semana, pero la niña lo había dejado preocupado, estaba casi a punto de llorar y se iría sin cumplir horarios, eso no pasaba nunca.

Luisa fue a un bar, en la barra bebió varias copas y luego bailó en la pista, muchos hombres se acercaban y ella los ahuyentaba, un tipo que la observaba desde hacía un rato le hablo, Luisa vio que era Steve, uno de los tipos que habían abusado de ella, la chica siguió bailando y poco a poco con el roce del hombre su cuerpo se fue calentando.

"Por favor Fuego déjame estar contigo, dame otra oportunidad" Dijo Steve.

"No iré a ningún lugar" Advirtió la chica

"No será necesario, ven aquí" Dijo Steve y la guio a un cubículo y ahí sintió su humedad, el desespero de estar con ella le ganó e inmediatamente se colocó el preservativo, entró en ella en una sola estocada y disfruto de la buena vista de hermoso rostro, quiso besarla, pero ella no lo permitió, no todos tenían ese privilegio.

Con las respiraciones agitadas Steve preguntó cuanto le debía a lo que ella respondió "No me estoy vendiendo idiota, lo hice porque quise y que te quede claro que puede que no se repita" Lo fulmino con la mirada la pelirroja.

Steve río, se veía hermosa enojada nunca la había visto de tal manera ni siquiera el día que la lastimó.

"¿Te llevo a tu casa?" Preguntó Steve.

"¡No Steve! Estoy bien me iré después"

La chica arrepentida de lo que hizo, no entendía por qué, siempre quedaba algo insatisfecha, pero arrepentimiento jamás y quería llorar y llorar.

En el bar la conocían y Mike siempre enviaba a alguien que le vigilara, esta vez bebió de más y decidió hacer una llamada.

Luisa marcó el número del culpable de sus males, William leía un libro cuando la pantalla de su celular se iluminó, se reflejó el contacto con una fotografía de la pelirroja, donde se veía muy bella "Llamando Señorita" William no sabía si reír o llorar esta mujer sacaba a flote todos sus sentimientos.

Eran las tres de la mañana y el hombre pensado en el baile de la chica no había podido pegar el ojo y ahora la deslumbrante mujer aparecía en la pantalla de su móvil.

"Hola" Respondió el hombre, escuchando música, risas y habladurías.

"Hola Will ¿Sabes? Acabo de tener sexo con un tipo y no..." Luisa fue interrumpida.

"Ya dormía señorita Lane y no me interesa su vida personal, colgaré" Dijo William molesto.

"¡Will! Aguarda, ven por mí, estoy muy mareada, si tomo un taxi el conductor se obsesionara conmigo, siempre llamo a Mike, pero está de viaje" Dijo suplicante y con la lengua enredada.

"No tengo ese tipo de compromisos con usted" Dijo William, la confesión de la mujer lo había alterado.

Luisa tan astuta como siempre fingió no escuchar y dijo: "Estoy celosa por tu culpa"

Con la siguiente confesión, William se olvidó de lo primero que había dicho la niña y despertó su curiosidad, él no se había acercado a nadie ¿Qué celos provocó?

"No entiendo Srta. Lane" William quería saber con qué iba a salir el pequeño demonio.

"Mis compañeras estaban embobadas contigo y decían que te iban a ser cosas, cosas que yo quiero hacerte y me da rabia que otras piensen en ti" Dijo Luisa con hipo, por el alcohol.

La sonrisa de William de otro lado de la línea se ensanchó, por un poquito y casi soltó una carcajada, había reído este día como hacía mucho no lo hacía.

"No me puede culpar de algo de lo que no estoy al tanto, es exagerado" Dijo William tratando de sonar serio.

"¿Y la Sara esa que?"Dijo enojada la pelirroja.

William frunció el ceño "¿Qué pasó con Sara?

La pelirroja sintió más rabia, él está preocupado creyó.

"Llamó, y antes de que me digas algo déjame decirte que habla horrible, es loca, me dijo de cuanta cosa se le ocurrió" Dijo Luisa como una pequeña cuando pone quejas a su padre.

William sonrió, le pareció aún más divertida cuando estaba borracha. "¿Qué le dijiste?"

"Que estabas en el baño" La mujer no aguantó y soltó una risa "Lo siento, ¡Mentiras! No lo siento, lo volvería hacer, esa novia tuya es tonta"

William tenía los labios marcados y rojos de tanto morderlos para no reír "No es mi novia, pero lo que le dijiste me traerá problemas"

Luisa rio fuerte, que no tenga novia le encantó "No importa, si no es tu novia no importa, no tienes que darle explicaciones"

"Enviaré a mi chófer a que te recoja mándame tu ubicación" Dijo William

"¿Es guapo tu chófer? Porque si lo es quede insatisfecha y no tendré fuerzas para resistirme" Dijo sincera Luisa

William no entendía como una culicagada podía hacerlo reír y al mismo tiempo enojar "Sí, creo que es guapo"

"¿Lo aprecias? Él no se va a contener y querrá sexo conmigo" Dijo la verdad la pelirroja, pero también quería persuadir a su castaño para que fuera él en persona.

"Le ordenaré que no te toque" Dijo firmemente William, nadie se atrevería a desobedecer.

"No será suficiente, si lo aprecias no lo envíes, envía a alguien que no te importe" Dijo casi durmiendo la pelirroja.

William creyó que la mujer se creía irresistible, lo que él no sabía es que la niña era irresistible y nadie podría aunque quisiera negarse a tocarla a excepción de Mike y ahora él.

La niña lo había llamado, porque en su estado no podía evitar tener sexo con cualquiera, normalmente llamaba a Mike, pero como el hombre estaba de viaje, el único aparte Mike que se resistía a sus encantos era William, de alguna manera confiaba en él.

Sean un joven de 24 años fue en busca de la pelirroja, que no sabía quién era Luisa solo que era pelirroja.

MINUTOS ANTES

"Sr. Lombardi ¿Cómo la reconoceré?" Dijo Sean

"Está en "La semana de la cerveza" es pelirroja y hermosa" Dijo William

"Sr. disculpé, pero son pocas descripciones, no creo reconocerla" Dijo Sean nervioso.

"La reconocerás, ya verás, Ah y una última cosa no te atrevas a tocarla" Dijo William sabiendo que cuando Sean la viera se iba a acordar de él.

Sean emprendió el viaje, cuando vio a Luisa le pareció que su jefe se había quedado corto con la descripción, aunque con lo poco que habla creo que fue mucho.

El hombre la tomó entre sus brazos y cuando la fue a meter al asiento trasero la vio más de cerca, Luisa abrió los ojos y exaltó lo guapo que era, él no pudo evitar besarla ignorándo la advertencia de su jefe, tuvo sexo con ella en el carro y para cuando sus respiraciones se tornaron normales, Luisa se bajó del auto y tomó un taxi dejando a Sean embobado y semidesnudo.