POLE DANCE

Hola queridos lectores (as)

Esta historia tiene contenido sensible, explícito para adultos, por favor leer bajo su responsabilidad.

Nuestra protagonista no es la que a muchos les gustaría, si no te agrada no hay problema, puedes abandonar la lectura, entre gustos no hay disgustos. Gracias🙂

Fernando Alcázares miró a su amigo enojado, estaba en un club exclusivo donde bailaban hermosas mujeres y al parecer ese tenía cosas más atractivas en la pantalla de su celular, donde únicamente se alcanzaba a ver números, segun su amigo era adicto al trabajo.

"William, mira a esas chicas son bellas" Dijo Fernando intentó persuadir a su amigo.

"Fer te dije que no quería venir, este tipo de lugares y mujeres no son mi tipo y lo sabes, aun así insististe, entonces te aguantas" Dijo William Lombardi.

"Creo que te hace falta un buen sexo, como el que solías buscar hace un tiempo, quiero de vuelta a ese amigo" Dijo Fernando.

"Las mujeres de nuestro entorno tienden a ser muy respetuosas, no acceden a nada, todo es muy alarmante para ellas, mira a Sara pretende que esté con ella en todos los eventos habidos y por haber, que la acompañe a sus fiestas que a mi parecer son infantiles y a la hora de tener sexo quiere delicadeza y amor, pero eso me pasa por meterme con veinteañeras, gracias a Dios esto llegó a su fin, no tengo tiempo para relaciones amorosas serias, algo sin compromiso y pasajero que ayude a calmar mis necesidades tal vez" Dijo un molesto William.

Fernando miró a su amigo con una sonrisa:"Que bueno amigo te felicito, dejaste a esa insípida, no sé que le viste ella es tan flaca, nada por aquí y nada por allá, en cambio, mira estas voluptuosas mujeres aquí si tienes por donde agarrar" Dijo Fernando

"No son mi tipo y prostitutas menos, nunca me metería con una de estas mujeres ni por una noche" Dijo William asqueado.

"Amigo mío no digas de esta agua no beberé, sé que fue un error traerte, pero quería que dejaras aún lado el trabajo y te tomarás un tiempo para ti, desde que murieron tus padres..." Fernando fue interrumpido.

"Está bien, miraré el show" Dijo William cambiando el tema y mirando a la tarima.

El espectáculo de chicas había empezado a las diez de la noche, William se había perdido todo el baile por estar concentrado en su celular, pero había alguien que lo había estado observando todo ese tiempo.

"Fuego es tu turno" Gritó su compañera de baile mientras la pelirroja miraba por el telón al castaño que la había cautivado.

"¡Fuego! Muévete el solo de baile es tu turno" Volvió a gritar Susana su compañera.

"Oh si, ya voy enseguida" Dijo Luisa

Luisa era una pelirroja, blanca, ojos verdes, labios carnosos como todo su cuerpo, era envidiada por sus compañeras por tener una buena figura.

Ella había iniciado su baile grupal a las diez de la noche como todos los días, pero a diferencia de los días anteriores, el día de hoy alguien había cautivado su mirada.

El hombre estaba acompañado por un cliente que frecuentaba el club, también guapo pero a ese castaño nunca lo había visto.

Era alto, musculoso, piel trigueña, ojos cambiantes color miel y aveces azules, labios carnosos, una barba bien cuidada y aunque no lo había visto sonreír ella sabía que su sonrisa era hermosa.

Lo que a Luisa le extrañó fue que el hombre no había volteado a verla en ningún momento, ningún hombre se resistía a sus encantos y tampoco había mirado a sus compañeras, a diferencia de su amigo que ese sí estaba bastante emocionado.

Estaba tan distraída la mujer, pensando en aquel grande y guapo hombre, que no escuchó cuando Susana una de las bailarinas le recordaba que era el turno de el "Solo de pole dance"

Ese era el mejor número de la noche ella era deseada por todos, en el grupo de baile dejaba ver su rostro, pero en el turno de baile individual ella usaba un antifaz que la hacía ver misteriosa.

Antes de salir y bailar pensó: "Ahora veremos ricura si te abstienes a mirarme, sería una lástima comprobar que eres gay, que desperdicio"

Para su fortuna cuando salió el hombre estaba mirando al escenario y entonces fue ahí donde la mirada verde y miel se unificaron.

Luisa empezó a bailar de una manera sensual, provocativa y excitante, era una experta con ese tubo entre sus piernas, la mujer en ningún momento dejó de mirar al sexi castaño, de vez en cuando le dedicaba una tierna sonrisa, pero el guapo hombre se mantenía serio sin apartar su mirada.

A Fernando le pareció divertido hacía unos minutos estaba diciendo que esas mujeres no eran su tipo y ahí estaba él botando baba por la sexi pelirroja. Fernando se sintió decepcionado era cliente fiel y esa linda chica nunca le había dedicado ni la mitad de las miradas que a su amigo le había soltado en primera instancia.

William no supo que le pasó, cuando conecto la mirada con la pequeña mujer quedó hipnotizado, sabía como provocarlo, la manera como se balanceó y levantó las piernas mostrando la pequeña tela que cubría lo que él deseaba ver lo pusieron nervioso y hasta excitado, por un momento se le antojó bajarla del escenario, llevárla y castigarla por alterar el orden de su miembro reproductor.

Luego recordó que era una simple prostituta, se la imaginó con todos esos hombres y de repente miró a su amigo y preguntó:"¿Te quedas? Me voy" William se levantó inmediatamente y se marchó.

Luisa ensanchó más su sonrisa pues comprobó que al hombre efectivamente le gustaban las mujeres y estaba segura que volvería.

William subió a su auto y Fernando lo acompañó.

"Amigo pensé que estabas entretenido" Dijo Fernando.

"Normal... Solo me preguntaba como hacen esas mujeres para estar con cualquiera por dinero" Comentó William con asco.

"Amigo pues no todas, por ejemplo la pelirroja que bailaba ahora de último no sé si la viste (rio y William lo fulmino con la mirada) tengo seis meses pidiendo un privado con ella, pero se niega, entonces supongo que solo lo hace con el que le gusta, o no acostumbra a hacerlo, en cambio, he tenido oportunidades con sus amigas"

"A esas bellezas les pagan muy poco, entonces los bailes individuales y los privados aumentan sus ingresos, pero la acostada con el cliente es algo que solo ellas deciden, el club solo te promete discreción, nadie sabrá que estuviste ahí y lo que pasó"

"No me interesa, si necesito un acoston buscaré a Paola, Lucía etc. Una de las tantas que conozco" Dijo William

William hacía dos años había perdido a su familia en un accidente aéreo y tenía únicamente 25 años cuando quedó a cargo de todo. Desde ese entonces se había esclavizado en el ámbito laboral sin tener tiempo para él, su novia Sara con quien llevaba tres años de relación, acostumbrada al extrovertido William le reclamó muchas veces su falta de interés. La muerte de sus padres y hermano lo habían convertido en un hombre frío, cruel, temible y poco social.

Él estaba harto de ella, una vez creyó amarla, pero en el dolor de su perdida y en el proceso de rehabilitación, conoció a la Sara insensible que nunca se preocupó por su estado de depresión, entonces el castaño se cansó y finalmente terminó su relación.

William era dueño de las empresas de tecnología más importantes del mundo.

Según reveló la revista Inside, William Lombardi el actual CEO de Lombartec era un adicto al trabajo: es el primero en llegar a las oficinas y el último en marcharse. Fernando Alcázares vicepresidente comercial suele hablar de la importancia de la intuición para poder tomar decisiones correctas, porque en su opinión, siempre hay algo irracional en cada camino arriesgado. Defiende, además, que dichas decisiones deben ser en clave de futuro, motivo por el cual el tipo de inversiones que busca la compañía siempre es a largo plazo.

Una frase célebre: “Nuestro papel en la vida es darte algo que no sabías que querías y que, una vez lo tienes, no puedes imaginar tu vida sin eso. Confía que Lombartec lo consiga.”

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