Susana caminaba esa mañana en la playa en la cual apenas apuntaba el alba, pero una silueta tirada le llamo la atención, al parecer era una mujer con largos cabellos negros, pero al acercarse, se dio cuenta que era una sirena con diversas heridas en el cuerpo, que apenas lograba respirar.
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Frente a ti
Sra.Gali...
Espere por favor.- dijo una de las profesoras en el colegio Cambridge.
-Si, profesora.
¿Que desea?- pregunto Susana Gali, mientras veía a Darío, este se despedía de ella con un movimiento de mano, mientras caminaba rodeado de algunos de sus compañeros.
Darío solía amigos atraer por su carácter alegre y optimista.
-Nos gustaría saber, si Darío irá al picnic en la playa que el colegio a organizado.- dijo la profesora.
-Lo lamento pero no asistirá a éste, por motivos de salud, es delicado al contacto de la arena de la playa y al agua salina, sufre de alergia a éstos.- dijo Susana haciendo ademanes como si quisiera decirles que este sufría de la piel al contacto con el Mar.
-Oh, no lo sabíamos..
Lo lamento.
Comprendo...
Esperamos que en el siguiente viaje que organicemos pueda asistir - dijo la profesora, después de esto se retiró Susana del colegio.
-Vámonos, sino llegaré tarde a la reunión -dijo al chófer Susana.
Con eso el auto avanzo rápidamente.
Nadie sabía cómo era el CEO, así que no sabía a qué se enfrentaba.
-A lo mejor es un hombre mayor, sin cabellos, de baja estatura- pensaba Susana que quizás por eso no se dejaba ver.- Y si es un extranjero, no importa ganaré esté acuerdo
Susana sonreía, le encantaba los retos.
Y el CEO de Posseidón, tendría que aceptar su acuerdo.
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Estaba ya en la empresa Posseidón.
En una sala de juntas que una de las secretarias le había hecho ingresar para esperar al CEO.
-¿No sé por qué estoy tan nerviosa? No es mi primera vez que hago negociaciones, pero tengo una sensación extraña.- se decia internamente Susana.
Cuando de repente se escuchó en el pasillo las pisadas de varías personas.
Se abrió la puerta, y vio una secretaria de cabellos largos de color negro azulado,que le tiró una mirada fulminante.
Si las miradas matarán está ya lo hubiera hecho.
Susana se sintió algo incómoda al ver a la secretaria, sin embargo después de esta , ingresaron varios hombres, uno de estos era Río, que Susana ya conocía ya que era popular, no solamente por ser el vicepresidente de Posseidón, sino que también por su gran belleza, muchas mujeres lo perseguían, actrices, modelos, influencers, siempre estaba en el ojo del huracán.
Seguido también por dos hombres más que no conocía y uno de estos debía ser el Sr. Lars el CEO de Posseidón.
-Señora Gali, bienvenida.
Por favor tome asiento- dijo Río al ver a Susana.
Justamente enfrente de ella se sentó uno de los hombres, y que la miraba fijamente, que sintió un escalofrío que le recorría toda la espalda.
-Señora Susana Gali, es un gusto conocerla, mi nombre es Lars Marés, soy el CEO de Posseidón- dijo este , sin embargo su voz era enigmática, Susana se había concentrado en los labios de este, por alguna extraña razón cuando hablaba le recordaba al sonido de las olas del Mar.
Realmente era un hombre diferente a lo que había imaginado, su elegancia imponía, era como si estuviera frente a alguien de la realeza, de cabellos negros, con pestañas largas que sería la envidia de cualquier mujer.
-¿Señora Gali? ¿Está usted bien?- pregunto Lars Marés al ver que está se había perdido en sus pensamientos.
-Si disculpe, Señor Lars Marés, no sé qué me pasó, este...
Es un gusto conocerlo, realmente espero que nuestra reunión tenga frutos - dijo Susana tratando de mantener la compostura, sin embargo era la primera vez en años que un hombre le causaba tanta impresión.
-Espero que sí, tengo una agenda algo ocupada, dígame a qué se debe está reunión que ha solicitado - dijo nuevamente Lars.
Susana entonces sonrió, y volvió su optimismo, inmediatamente se empezó a desplegar sobre su negociación, Lars realmente vio que era una mujer inteligente, sabía negociar, tenía esa habilidad pero cada vez, que ella decía algo le parecía que sentía la frescura de la brisa del Mar
-Señora Gali, realmente me agradaría bajar los costos pero que beneficio sería eso para nosotros, sería pérdidas ¿No cree señor Río?- dijo Lars mirando a Río.
Río suspiro y sonrió, había estado escuchando a Susana Gali , viendo cómo está se desplegaba en su negociación.
-Señora Gali, quizás podría sugerir hacer otro plan, que nos beneficie a ambos, permítame revisar sus documentos, para hacer una cotización nuevamente.- dijo Río tratando que se abriera un puente entre Susana y Lars.
-Si claro, comprendo... -Dijo Susana no muy a gusto ya que no había logrado su objetivo inicial, sin embargo una nueva cotización era un signo de esperanza que la batalla no estaba perdida.
De repente Lars miro más de cerca a Susana, ella tenía una marca justamente en el costado del cuello, un poco más abajo de la oreja en el lado derecho, parecía un tridente 🔱.
¿Quién realmente era esa mujer?- se preguntó Lars.
-Señora Gali, usted es de ésta ciudad, que colegio podría recomendarme tengo un hijo de diez años y estoy buscando una excelente educación para mí hijo - dijo de repente Lars.
Susana giro la cabeza, el hombre realmente era alto, su presencia y voz la hacía sentir un sentimiento raro.
-Señor Marés, que casualidad yo también tengo un hijo de esa edad, pero creo que le puedo sugerir el colegio Cambridge.
Es una de las mejores de esta ciudad, mi hijo a sobresalido en está , realmente lo recomiendo - dijo algo nerviosa Susana teniéndolo tan cerca.
Lars sonrió al escucharla, lo que hizo que Susana, sintiera que sus mejillas se habían puesto rojas al verlo con esa sonrisa.
-Bueno, como está reunión se ha prolongado mucho más de lo que pensé, señora Gali le gustaría almorzar conmigo, necesito saber más del colegio y creo que su punto de vista me ayudara a tomar una mejor decisión, ya que usted conoce mejor está ciudad, también quisiera que me recomendará el mejor lugar para residir- decía esto de una manera que hacía que Susana se sintiera algo tensa.
Susana siempre solía rechazar ésas invitaciones, pero está vez no lo hizo, quizás sí lo conocía más, lograría convencer al Señor Marés, que aceptará su planeación.
Susana acepto el ir con Él.
Sin embargo sintió nuevamente esa mirada fulminante de aquella secretaria.
-¿Sería posible que el Señor Lars tenía una relación con su secretaria ?- pensó Susana, pero de repente la saco de sus pensamientos, la voz del señor Marés.
-¿Nos vamos?- dijo eso Lars, ofreciendo su brazo.
Susana tenía tiempo que no había visto un hombre que en la actualidad ofreciera el brazo a su acompañante, esa acción le hizo recordar que su padre solía hacerlo hacia ella.
Susana sonrió, y puso su mano en el brazo de Lars.
La sonrisa de está, fue para Lars como una ola refrescante.
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Me tenías triste pensé que nos habías abandonado