Bruna, una joven de 18 años, vive con sus padres en la ciudad de Río de Janeiro. Son una familia humilde y sencilla, pero de corazón generoso. Bruna y sus padres deciden mudarse a Betim, en Minas Gerais, en busca de mejores condiciones de vida. Con lo poco que lograron ahorrar de sus trabajos, alquilan una casa y se preparan para esta nueva etapa.
Víctor, un viudo de 32 años y empresario exitoso, pierde a su esposa en un trágico accidente automovilístico. Se siente culpable por lo ocurrido, sin darse cuenta de que su esposa nunca fue la persona virtuosa que él imaginaba. Es dueño de la mayor productora de aviones del país, Embraer, empresa en la que también ejerce como CEO.
Víctor busca una asistente personal. Bruna, por su parte, busca un trabajo en una gran ciudad, mientras él necesita una empleada. Bruna es muy inteligente, dulce, tierna y pura, mientras que Víctor, viudo despiadado, no muestra una sonrisa a nadie.
¿Pero será que seguirá siendo así?
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Capítulo 4
— Victor, sube al cuarto y quédate allí pensando en el guion de la conversación que tendrás con Alane. Ella había salido y, alrededor de las 17 horas de la tarde, ella llega.
Luzilene: sales tanto, ¿verdad, Alane? ¡Tu marido todo el día en casa y tú no te quedas para darle atención!
Alane: quiero que Victor se fastidie.
Matteo: ¿qué manera es esa de hablar con mi hijo? ¿Perdiste la noción del peligro, o mejor dicho, perdiste el resto del respeto? Mira bien cómo tratas a mi hijo, aún más dentro de mi propia casa.
— Alana pasó la tarde en un bar, bailando y bebiendo con su amante.
Alane: ¿dónde está ese idiota? ¡Obviamente está en el cuarto esperando que la mujercita llegue para tener sexo! Está igual a un animal feroz, porque no siento deseo de estar con él.
Luzilene: solo puedes haberte vuelto loca de una vez. ¿De verdad crees que voy a dejar que trates a mi hijo de esa forma delante de mí? Para mí, no eres más que una zorra, nunca confié en tu moralidad, mucho menos en tu fidelidad. El único defecto de mi hijo es ser ciego para no ver la serpiente inmunda que tiene al lado y llama esposa y aún idolatra tanto. — Luzilene no aguanta la rabia que sintió y le da una bofetada en la cara a Alane.
Alane: ay, qué dolor, tu vieja idiota.
Luzilene: ¿vieja? Jajajajaja ¿fue una broma? ¡No tuvo gracia!
Aracy: ¿qué alboroto es todo este aquí? — dice, llegando!
Alane: listo, abrieron las puertas del asilo y salió de allí otra vieja gagá.
Aracy: Mira el respeto conmigo, muchacha, tengo edad de ser tu abuela y estás bajo el techo de la casa de mi hija, ya basta con no respetar a mi nieto.
— Alane finge que ni siquiera escucha y va subiendo las escaleras para ir al cuarto. Al llegar allí, Victor está acostado, leyendo un libro, y ella llega diciendo.
Alane: vida buena, ¿verdad, marido? Solo acostarse y dormir.
Victor: ¿acostarse y dormir? ¿Sabes cuántos días hace que no me tomo ningún día libre? Mientras que tú, todos los días, sales, no sé qué compromiso tan serio es ese que tienes, Alane, que todos los días tienes que salir. Hasta hoy, en mi día libre, no pasas el día en casa conmigo, no me das explicaciones de nada. Esta mierda de matrimonio ya pasó la hora de tener un fin.
— Alane siente que él dijo con firmeza la palabra FIN y hace un juego para intentar controlar la situación, pues, aunque ella esté bajo un efecto considerado de alcohol, ella está sana de su memoria y consigue responder y recordar lo que está diciendo.
Alane: "No, mi amor, no hagas eso, no podemos acabar nuestro matrimonio, solo he andado mucho con mis amigas, te lo juro, pero, por favor, no destruyas nuestra relación, voy a mejorar, te lo prometo, pero, por favor, no me dejes, no sabré vivir sin ti, te necesito en todos los ángulos y sentidos para vivir."
Victor: ¿estás segura de que me necesitas en todos los ángulos y sentidos, Alane? ¿O será que es apenas en el ángulo benéfico relacionado con cuentas bancarias? Porque, por lo que viene sucediendo últimamente, estoy siendo apenas tu mina de oro, estoy bancando apenas tus comodidades, costeando tus gastos, porque ni siquiera tocándote estoy.
Alane: por favor, Victor, olvida eso, no vamos a destruir nuestro matrimonio. Estoy muy enamorada de ti, no puedo perderte. — va a abrazarlo y besarlo, cuando entonces él siente el olor a alcohol.
Victor: ¿estabas bebiendo, Alane? — grita.
Alane: "Solo fue una cerveza con las amigas, te lo juro, Victor."
Victor: Joder, Alane, justo en mi día libre me dejas en casa como un idiota, un marido despreciado, ¿y sales a beber con la mierda de amigas? ¿Será que fue con una amiga mismo o será que fue con amigos? No da más para continuar con esta situación, Alane. Nuestro matrimonio ya está fracasado hace tiempo. En realidad, fue un error que este matrimonio haya sucedido. No existe amor entre nosotros dos. Si existe alguna pasión o algún sentimiento, ese es de mi parte, pero el tuyo no tiene ninguno. Ya estoy harto de esta situación. — él GRITA.
Alane: "Si me dejas, me mato, no puedo vivir sin ti, Victor" — dice gritando y llorando. Los padres y la abuela de Victor escuchan todo, pues la puerta quedó abierta.
Victor: ¿chantaje, Alane se convirtió en niña ahora? ¿Cómo puedo continuar con este matrimonio, Alane? Donde mi propia mujer no me presta atención, no me da cariño, no se queda conmigo, prefiere salir con amigas para beber antes que pasar un día entero conmigo. Ni siquiera mi mujer quieres ser, pero ¿qué estoy haciendo en esta relación? Estoy apenas privando mi vida, estoy aplazando el sueño de ser padre, tú dijiste que nunca quieres ser madre, estoy aplazando mi vida de encontrar realmente a alguien que guste de mí.
— En ese momento, Alane se manifiesta y se transforma; ella grita, vocifera muy alto.
Alane: no vas a dejarme. Si me dejas, me mato, pero no vivo sin ti y te culparás por eso por el resto de tu vida, porque si yo muero, la culpa es tuya. No quiero dejarte, no quiero vivir sin ti — dice, gritando y llorando.
— Victor está muy nervioso y evita hablar para no decir tonterías y, al mismo tiempo, tiene miedo de las amenazas de ella.
Alane: no vas a dejarme, Victor, no puedo vivir sin ti, mi vida depende de ti.
— Victor no aguanta más la presión y lo pone todo para afuera de una vez.
Victor: no puedo continuar en el matrimonio de este modo, Alane, no puedo seguir privando mi vida en esta situación. Vivo trabajando todo el día y, a veces, por la noche, sin descanso. Llego a casa, mi mujer me recibe con siete piedras en la mano, no se acuesta conmigo en la cama. Duermo con una mujer como si fuera mi hermana. ¿Qué vida es esta? ¿Qué matrimonio es este? No da más para continuar de esta manera. Deja de amenazar, que eso es cosa de niños.
Alane: — Ella toma la llave del coche y el abrigo y dice — Ok, Victor, si es eso lo que quieres, es eso lo que tendrás. Ya has decidido, pero recuerda, el culpable eres tú.
— Ella dice y sale corriendo, toma el coche y sale disparada, yendo al encuentro de su amante.
Victor: ¡vuelve aquí, Alaneeeee! —grita con miedo de lo que ella hará.
Luzilene: calma, hijo, ella no va a hacer nada de eso, ella no está loca.
Victor: ella está borracha, mamá, ella pasó toda la tarde bebiendo, sentí el olor fuerte a alcohol y no era de cerveza, era de bebida fuerte. No debí haber hecho esto ahora, debí haber esperado hasta mañana. Si ella hace alguna tontería, el culpable seré yo, mamá.
Matteo: nada de culpable, si existe alguna culpable aquí, esa culpable es ella. Nunca vi a una mujer tratar a un marido del modo en que ella lo trata. No tienes la culpa de nada, simplemente quisiste resolver una situación. Si ella está lo suficientemente loca para lanzarse debajo de un coche, ahí el problema es de ella, pero no tuyo.
Victor: no digas eso ni bromeando, papá. — Él está muriendo de miedo.
Alane sale apresurada en dirección a su amante, tranquila, pero angustiada al saber que Victor realmente quiere el divorcio. Ella teme perder la "bola de oro" que tanto le sustenta y decide intentar embarazarse del amante, alegando que el hijo es de Victor. No obstante, al llegar a una curva, ella pierde el control del coche al acelerar a alta velocidad. El vehículo vuelca varias veces y queda completamente destruido. La carretera, muy transitada, acaba provocando otro accidente, involucrando a un camión. El accidente es trágico y horrible. Los auxilios son activados, y uno de los conductores del SAMU conoce a Victor. Alrededor de las 18:00, el conductor del Samu llama a Victor para informar sobre el accidente. Tan pronto como es identificado el cuerpo, se confirma que Alane falleció en el lugar, aún presa en el armazón del coche completamente destruido.
— Victor, al recibir la noticia, él entra en completo desespero. A pesar de todo lo que estaba diciendo y de realmente querer acabar con el matrimonio, él aún gustaba de ella y no quería que el fin fuera de aquel modo, no con uno de los dos perdiendo la vida. Él llora inconsolable, culpándose por lo que sucedió. Sus padres y abuela intentan confortarlo y convencerlo de que él no es culpable, pero él se rehúsa a oír. Él va al lugar del ocurrido y llora desesperadamente. La familia de Alane es informada, y todos se dirigen al lugar. El IML recoge los vestigios del cuerpo, y el conductor del camión sufre apenas heridas leves y se encuentra bien. Tras la conclusión del proceso y la confirmación del óbito de Alane, su familia confronta a Victor para entender por qué su hija salió de aquel modo, borracha y a alta velocidad. ¡Las pruebas mostraron que ella tenía una cantidad exorbitante de alcohol en la sangre! Victor no consigue ni hablar; él se siente profundamente culpable por el accidente de su esposa y promete en su corazón que nunca más se interesará por otra mujer.
