Laura renace como personaje de una novela que leyó.. y decide a cambiar su destino.
El mundo mágico también incluye las novelas
1) Cambiaré tu historia
2) Una nueva vida para Lilith
3) La identidad secreta del duque
4) Revancha de época
5) Una asistente de otra vida
6) Ariadne una reencarnada diferente
7) Ahora soy una maga sanadora
8) La duquesa odia los clichés
9) Freya, renacida para luchar
10) Volver a vivir
11) Reviví para salvarte
12) Mi Héroe Malvado
13) Hazel elige ser feliz
14) Negocios con el destino
15) Las memorias de Arely
16) La Legión de las sombras y el Reesplandor del Chi
17) Quiero el divorcio
18) Una princesa sin fronteras
19) La noche inolvidable de la marquesa
20) Ni villana, ni santa
21) Salvando a mi Ernesto
22) Cartas para una princesa
23) Ya te olvidé
24) Dulce Prisión
25)Secretos de una poción
26) La venganza de Leia
27) Recuerdos de mi futuro
** Todas novelas independientes **
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Retrato
Antes de partir, el príncipe Jahir se acercó al duque Aldridge con una expresión serena.. demasiado serena para lo que tramaba..
Principe: me gustaría despedirme de mi prometida..
el duque, encantado con la formalidad del príncipe, asintió sin sospechar nada.
Duque: por supuesto, alteza. mandaré a alguien para que la llame.
Principe: no es necesario.. puedo ir yo mismo.
dicho eso, caminó por los pasillos del ducado hasta llegar al jardín lateral, guiado por un leve zumbido mágico. al doblar la esquina, se detuvo.
allí estaba Nora.
la joven agitaba una mano, lanzando pequeñas piedras movidas con energía que golpeaban con precisión el retrato oficial del príncipe.. uno que decoraba la galería exterior.. cada impacto hacía temblar el marco..
Nora: ¡presuntuoso! ¡engreído, malcriado, mago sin modales! ¡ojalá se le caiga la corona en plena fiesta!
una piedra mágica más golpeó justo en el rostro pintado del príncipe, borrando parcialmente su sonrisa.
Jahir, apoyado en el marco de la puerta, observaba divertido.
Principe: vaya… no sabía que mi prometida era tan artística.. aunque debo admitir que prefiero mis retratos intactos..
ella dio un salto, sorprendida.
Nora: ¡usted! ¿qué hace aquí?
Principe: vine a despedirme.. pero parece que llegué justo a tiempo para la ejecución pública de mi retrato..
ella lo fulminó con la mirada.
Nora: no se preocupe, alteza, no es personal. solo estaba… practicando puntería.
Principe: ¿usando mi cara como objetivo? qué honor.
ella cruzó los brazos.
Nora: si la cara refleja la personalidad, entonces acerté en el blanco.
Jahir soltó una carcajada baja, provocadora.
Principe: me encanta cuando intentas insultarme. casi parece que me piensas demasiado.
Nora: ¡no me interesa en lo más mínimo!
Principe: claro, claro.. por eso me lanzas hechizos y me dedicas discursos enteros.
ella respiró hondo, conteniendo la furia.
Nora: váyase antes de que olvide que es un príncipe.
Jahir la miró un segundo más, con ese brillo juguetón que solo él tenía.
Principe: siempre es un placer verte, prometida. intentaré no soñar con tus maldiciones.
[maldito sea el día en que acepté ese compromiso.]
el viento sopló, y casi pareció que la pintura le devolvía la sonrisa..
el príncipe Jahir se cruzó de brazos, observando a Nora con esa sonrisa ladeada que ella ya detestaba profundamente.
Principe: antes de irme.. quiero darte un consejo.
Nora: ¿un consejo suyo? temo que mi cerebro no soporte tanta sabiduría.
él ignoró la burla y se acercó unos pasos, lo suficiente para que su sombra la cubriera.
Principe: deja de pensar en mí.. tu obsesión conmigo está empezando a ser preocupante.
ella lo miró, incrédula..
Nora: ¿¡qué!?
Principe: entiendo que no sea fácil.. pero deberías aprender a controlar tus emociones, prometida. no querrás que el reino piense que estás… desesperada.
ella sintió cómo la sangre le hervía.
Nora: ¡usted es un arrogante insoportable! ¡un príncipe engreído y!
pero antes de que pudiera soltar el resto, Jahir escuchó pasos acercándose.. venia el duque y una chispa de diversión cruzó su mirada..
entonces adoptó, con maestría, una expresión de pena y paciencia.
Principe: no quise ofenderte, Nora..
dijo con voz dolida justo cuando el duque Aldridge apareció..
Principe: solo intentaba hablar contigo con calma…
el duque se detuvo al ver a su hija con el rostro rojo de furia y la respiración agitada.
Duque: ¡Nora! ¿qué son esos gritos? ¿cómo te atreves a alzar la voz frente al príncipe?
ella se quedó sin palabras, apretando los puños mientras el príncipe bajaba la mirada, un auténtico mártir.
Principe: no es culpa suya, duque —dijo Jahir con humildad fingida—. solo me preocupa que en palacio alguien malinterprete su temperamento. quizá… necesite algo de orientación antes de presentarse ante la corte.
el duque, avergonzado, asintió.
Duque: tienes toda la razón, alteza. hablaré con ella.
Nora lo miraba con odio puro, y Jahir, mientras el duque le daba la espalda, le sonrió con descaro, levantando apenas una ceja en gesto de triunfo.
ella apretó tanto los puños que las chispas mágicas comenzaron a crepitar entre sus dedos.
Principe: me alegra que hayamos aclarado las cosas..
antes de hacer una leve reverencia..
Principe: hasta pronto, prometida.
y, sin esperar respuesta, se marchó con la satisfacción de quien acaba de ganar una guerra silenciosa.
ella, temblando de rabia, apenas pudo contener las lágrimas de frustración.
Nora: ¡ese maldito príncipe arrogante!
mientras su padre comenzaba a reprenderla.
Nora respiró hondo y, todavía temblando de rabia, miró a su padre.
Nora: entiendo, padre… cometí un error.. iré a pedirle disculpas al príncipe ahora mismo.
el duque, sorprendido por su repentina docilidad, asintió satisfecho.
Duque: eso demuestra madurez, hija. ve, antes de que parta.
Nora salió casi corriendo hacia el patio, donde el príncipe Jahir ya subía al carruaje. él, al verla acercarse, sonrió de lado, con esa expresión victoriosa que tanto la irritaba.
Principe: vaya, ¿vienes a despedirte o a gritarme una última vez?
ella respiró profundo, fingiendo serenidad.
Nora: no, alteza. vengo a disculparme por mi comportamiento. fue inapropiado. lamento haberle faltado el respeto.
el príncipe la miró con desconfianza. algo en la calma de Nora le resultaba sospechoso, pero su ego ganó. asintió lentamente.
Principe: acepto tus disculpas, prometida. me alegra que finalmente hayas comprendido..
no alcanzó a terminar la frase.. y se subio al carruaje..
el cual comenzó a avanzar unos metros y, de pronto, una enorme cubeta de agua helada se movio rápidamente por la venta y cayó dentro, empapándolo de pies a cabeza. el conductor frenó sobresaltado mientras el grito de furia del príncipe Jahir resonó por todo el patio.
Principe: ¡¡¡NORA!!!
ella ya corría, alzándose la falda para no tropezar, riendo con una mezcla de alivio y venganza..
Nora: ¡considérelo parte de mis disculpas, alteza!
gritó sin mirar atrás.
desde el carruaje, empapado, con el cabello chorreando y la expresión desencajada, el príncipe solo alcanzó a gritar:
Principe: ¡me las pagarás todas, Nora Aldridge! ¡todas!
pero ella ya había desaparecido entre los jardines, sonriendo satisfecha.
ese día el príncipe Jahir abandonó el ducado furioso, jurando que la próxima vez ella no se saldría con la suya.
y Nora, empapada de orgullo y diversión, pensó que esa había sido la mejor disculpa de su vida.