La Espía Del Rey

El palacio de Mercia surgía como una fortaleza de mármol oscuro, con torres que parecían tocar la luna. Liora caminaba por los pasillos con una mezcla de nervios y emoción.

No sabía qué esperar.

Pero cuando las puertas del salón real se abrieron… todo dentro de ella se detuvo.

El Rey Adrian Valerius estaba de pie junto a una mesa llena de mapas, con la luz azulada de la luna bañando su figura. Era alto, de hombros amplios, piel morena y mandíbula marcada. Su cabello negro caía en mechones algo desordenados, como si hubiese pasado horas trabajando sin descanso. Y esos ojos oscuros, intensos, fríos y cálidos a la vez.

Una mirada que parecía capaz de leer la verdad de cualquier corazón.

Liora se aturdió. Literalmente.

[Dioses santos… ahora entiendo por qué la antigua yo estaba enamorada. ¡Es un maldito protagonista de película! ¿Y por qué siento un terremoto en la ropa interior? ¡Contrólate, mujer!]

Eamon, a su lado, notó cómo ella se quedaba completamente congelada.

Eamon (susurrando): ¿Estás bien?

Liora: ¿Bien? Estoy mejor que bien. Estoy viendo una obra de arte en 3D. No sabía que Mercia producía este tipo de… monarquía.

Eamon: …Verlaine, por favor.

Pero el Rey ya los había visto.

Rey Adrian: Verlaine.

Su voz era grave.

Profunda.

Como un trueno contenido.

Liora casi se desmaya otra vez, pero decidió sonreír.

Una sonrisa natural, radiante, diferente.

Liora: Rey Adrian. Qué gusto volver a verlo. Y qué gusto que siga… tan imponente.

Eamon la pisó discretamente para que se callara, pero ella solo sonrió más.

El Rey frunció ligeramente el ceño.

No molesto.

No confundido.

Más bien… impresionado.

Rey Adrian: Me alegra verte de regreso. Cuando creímos que habías muerto, Mercia sufrió una pérdida significativa.

Liora abrió la boca, pero Eamon se adelantó rápidamente, casi saltando frente a ella.

Eamon: Su Majestad… es importante que sepa que esta es… la nueva Liora.

Rey: La que…

Eamor: ella.. ha decidido vivir la vida diferente porque casi muere.

El Rey observó a Eamon, luego a Liora.

Sus ojos se suavizaron apenas un poco.

Rey Adrian: ¿Nueva Liora?

Ella dio un paso adelante, con una confianza descarada.

Liora: Así es. Volví… distinta. Más feliz. Más auténtica. Más… yo.

El Rey ladeó la cabeza, intrigado.

Rey Adrian: La Verlaine que yo conocía era disciplinada, silenciosa y formal.

Liora se encogió de hombros.

Liora: Pues ahora soy disciplinada y divertida. Silenciosa cuando hace falta. Formal… cuando me conviene.

Eamon respiró hondo, claramente preparado para una catástrofe.

Pero el Rey… sonrió.

Apenas un poco.

Una leve curva en los labios que habría sido imperceptible para cualquiera que no lo conociera bien.

Rey Adrian: Parece que tu caída desde la torre te dio más que cicatrices.

Liora: Sí. Me dio ganas de vivir. De reír. De ser feliz.

El Rey la observó con unos largos segundos de silencio.

El tipo de silencio que pesaba.

Que estudiaba.

Que desnudaba el alma.

Finalmente habló.

Rey Adrian: Entonces muéstrame quién es esta nueva Liora Verlaine.

Liora sintió que su corazón daba un salto peligroso.

[Santo cielo, si sigue hablando así voy a necesitar una cubeta de agua fría.]

Eamon, viendo la cara de Liora, la tomó del brazo para sacarla del salón.

Eamon: Su Majestad, le informaremos más tarde. Ella… necesita adaptarse.

Liora: ¡Hey! ¡Yo estoy perfectamente adaptada!

Pero Eamon la arrastró mientras el Rey los observaba con esa media sonrisa que no había mostrado jamás.

Rey Adrian: Bienvenida de vuelta, Verlaine.

Liora sintió que su alma vibraba como un instrumento afinado.

[Estoy perdida… perdidísima.]

A la mañana siguiente, cuando Liora apenas estaba terminando de atarse las botas, un mensajero del palacio golpeó la puerta de su habitación.

Mensajero: El Rey Adrian solicita su presencia inmediata en la sala estratégica. Usted y el capitán Drakemore.

Liora: ¿A esta hora? ¡Pero si todavía no he desayunado!

En la puerta estaba Eamon.. ya listo

Liora: ¿También te llamó?

Eamon: Sí. Y si el Rey nos convoca tan temprano, no es por algo trivial.

Liora: ¿No puede ser que solo quiera admirar mi belleza recién despertada?

Eamon: No, definitivamente no.

Liora frunció el ceño de broma y caminaron juntos hacia la sala estratégica.

La sala estaba iluminada por globos mágicos suspendidos en el aire, y sobre la mesa central había mapas extendidos, símbolos antiguos y documentos con sellos rojos.

El Rey Adrian estaba de espaldas a ellos, revisando un manuscrito con concentración absoluta.

Rey Adrian: Llegan justo a tiempo.

Eamon: Su Majestad.

Liora: ¿Me extrañó?

Eamon la pisó discretamente. Liora sonrió sin remordimiento.

El Rey no respondió a su broma, pero sus labios se curvaron apenas, como si internamente le resultara gracioso.

Rey Adrian: Tenemos un asunto delicado. Necesito que investiguen el Templo que esta en el condado Faerhelm

Eamon frunció el ceño de inmediato.

Eamon: ¿El templo abandonado?

Rey Adrian: Ya no está tan abandonado. Informes recientes sugieren actividad… peligrosa.

Liora se inclinó sobre el mapa, interesada. Los templos siempre eran lugares donde la antigua Liora tenía misiones, pero esta vez su intención era diferente.

Liora: ¿Qué tipo de actividad?

Rey Adrian: Magia antigua. Ritos prohibidos. Y rumores sobre que alguien dentro del reino financia estas operaciones.

Eamon: ¿Sospecha de la nobleza?

Rey Adrian: Sospecho de todos.

El ambiente se volvió más denso, como si el aire se hubiera congelado alrededor de ellos.

Liora: ¿Qué quiere que hagamos?

Rey Adrian: Viajaremos a Faerhelm. Hablarán con el gobernador local, inspeccionarán el templo y buscarán quién está manipulando su actividad.

Eamon asintió, listo para asumir la misión.

Pero entonces se dio cuenta de algo.

Eamon: ¿Viajaremos?

Rey Adrian levantó la mirada.

Rey Adrian: Sí. Yo iré con ustedes.

El silencio explotó en la sala.

Eamon: ¿Usted… va a ir?

Su Majestad, es extremadamente riesgoso. No podemos exponerlo así.

Liora: ¿Qué pasa, Eamon? dejanos ver a su majestad… trabajando..

Eamon: ¡Verlaine!

El Rey ignoró el comentario con la serenidad de quien está acostumbrado a mucho peor.

Rey Adrian: Ya tomé mi decisión.

Eamon respiró hondo.

Eamon: Con todo respeto, Su Majestad, lo reconocerán en el segundo en que pise cualquier aldea.

Rey Adrian: No lo harán. Usaré magia de alteración de apariencia.

apareció una luz y se desvaneció y ante ellos ya no estaba el Rey Adrian… sino un hombre de cabello cobrizo, ojos verdes y rasgos totalmente distintos.

Liora se quedó con la boca abierta.

Liora: ¡Santo cielo! ¡Esto es mejor que el maquillaje profesional que teníamos en mi otra vi—! Quiero decir… que tenía en… en la vida pasada. Ya sabe. En… misiones. Sí. Misiones.

Eamon le lanzó una mirada de “cierra la boca YA”.

Rey Adrian: Lo usaremos para recorrer el condado sin levantar sospechas.

Liora lo rodeó como si evaluara una obra de arte viviente.

Liora: Tiene barba. ¿Usted… sabe cómo usar barba?

Eamon: ¡Liora!

Rey Adrian: Estoy bastante seguro de que sí.

Ella sonrió.

Liora: Bueno, esto se vuelve más interesante cada minuto.

Eamon: Su Majestad, entonces… ¿cuáles son los detalles operativos?

El Rey volvió a su forma original con un parpadeo mágico.

Rey Adrian: Partimos al amanecer. Necesito que ambos actúen con sigilo absoluto. Y Liora… necesito que seas profesional.

Liora levantó la mano como si hiciera un juramento dramático.

Liora: Haré mi mejor esfuerzo

El Rey soltó una exhalación que parecía una mezcla entre resignación y ligera diversión.

Rey Adrian: Con eso tendré que conformarme.

Eamon murmuró con pesar..

Eamon: Estamos perdidos.

Pero Liora sonrió con emoción.

Liora: ¡A una aventura con un rey que cambia de rostro y magia antigua peligrosa! ¡Qué maravilla!

Y por primera vez desde que regresó… sentía que estaba exactamente donde queria estar.