Fiera Herida

Ante su comentario hago oídos sordos, me indica la habitación, cuando veo lo gigante, lujoso de esa habitación quedó con la boca abierta.

Recorrí cada rincón de él, observo pétalos de rosas que forman un corazón encima de la cama.

Ohhhh por favor!! miro un carrito de esos que ves en las películas que te traen la comida con bombones y 2 champagne.

Pienso lo que saldrá estar una noche en esta habitación! cálculo que con mis ahorros no pago ni la hora aquí.

Mientras me tenía ocupada pensar en lo que salía todo esto escucho a William

Señora,.Señora!!!

Qué!!! dije

Dice el señor que no se mueva de aquí, en la puerta queda un guardia de seguridad, ante cualquiera inconveniente debe comunicarse con él.

El señor se ausentará unas horas.

Encontró a Claudia y su amante? Pregunté angustiada.

No aún señora.

Ok, William gracias.

Ya que está aquí, me baja solo un poquito el cierre del vestido hasta la altura que yo lo pueda bajar sola.

Señora no sé si sea apropiado eso.

Dale hombre, por favor este vestido es de lo más incómodo.

Está bien, no muy convencido pero lo hace.

Aproveché a bañarme, encuentro una toalla colgada pero solo una.

¡Batas no hay! me decía mientras buscaba pero no lo encontré.

No tenía ropa, algo decente, solo lo que encontré en una hermosa caja, supongo que mi prima pensaba pasarla bien con alguien.

Un camisolin y dos tangas chiquitas. Las miré por minutos, decidí usar eso antes de ese vestido.

Probé la cama gigante, suave, muy cómoda y comencé a beber;entre pétalos de rosas.

Pensaba en todo lo que pasó en pocas horas. Tengo alianza, estoy casada con un hombre que ví dos veces.

Me superan las deudas, tengo dos años para pagar, aún tengo esperanza que mi tío tenga razón.

Me bebí toda la primera botella, coloqué música y seguí brindando por mi suerte, hasta que veo entrar a Alejandro primero y seguido a William, salto de la cama que se encuentra desordenada, asustada.

Me mira con total desprecio.

¿Qué hacés así vestida? dice con tono de furia, mira a William no le explicaste que esto sería solo una farsa! ¿Qué no estoy para estos jueguitos?

Señor Altamirano había habla.... entonces interrumpí y dije

Señor Altamirano, en ningún momento se me ocurrió tener algo con usted, como verá no tengo otra cosa que ponerme, solo encontré ésto que mi querida prima preparó supongo!

¿Usa una bata encima?

No hay señor

jajaja con tono de burla, gira me da la espalda y dice , anda a el vestidor, abre y encontrarás mínimo 5 batas, nunca visitaste algo así señorita?

Me sentí burlada, entonces fui a buscar las dichosas batas, ahí estaban. Salgo con una, y escuché decir:

William dile a esa mujer que no sea tan desvergonzada!

¿Cómo? ¿qué dices? levantando la voz, mi nombre es Sofía, y soy la desvergonzada que salvó que fueras a esta hora el payaso de esta ciudad. Me escuchó!

¿ Qué dices?conservando su tono intimidante

¿Y debería agradecerle yo a usted?

Solo con está habitación queda saldada la cuenta señorita Miranda, quédese por satisfecha! pega un grito que me hace saltar de susto.

William, sígueme nos vamos.

Vi que abre la puerta, quedé en ese lugar sola, asustada, y también mareada por el champagne.

Me tiré a la cama y grito de enojo y frustración.

A mí nadie me hace sentir poca cosa! señor Altamirano.

Me bebí la otra champagne! y quedé dormida.

Por la mañana, golpean la puerta. Desperté asustada no reconocía el lugar, hasta que se acomodan los últimos sucesos.

¿Quién? dije

Señora, prepare sus cosas la llevaremos a la casa.

Ok, a mi casa. Genial.

No tengo que preparar nada, solo bañarme y saldré con una bata!

Sali de la habitación, el guardia mirá asombrado, me acompaña hasta el auto y me llevan

Pero no dónde yo creía, sino a la casa de su jefe.