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El Imperio De La Mafia

El Imperio De La Mafia

Status: En proceso
Genre:Mafia / Traiciones y engaños / Amor en la guerra / Familias enemistadas
Popularitas:6.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Giise Flor

Pia es vendida por sus padres al clan enemigo para salvar sus vidas. Podrá ser felíz en su nuevo hogar?

NovelToon tiene autorización de Giise Flor para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capítulo 5

El quinto día amaneció con un aire denso, como si la casa entera supiera que algo estaba por cambiar. La tormenta había limpiado el cielo, pero no el ambiente. Pia lo sintió apenas se levantó. Una sensación en el pecho, como si algo invisible la presionara. La paz de los últimos días se desvanecía, y la realidad volvía a posarse sobre sus hombros.

Elena se lo confirmó mientras le alcanzaba el desayuno.

—Leonardo regresa hoy —dijo con tono neutro, dejando la bandeja sobre la mesa del comedor.

Pia no contestó. Solo bajó la mirada y jugó con la taza de té, mientras en su interior se desataba un vendaval de emociones. No había olvidado la cachetada, ni el modo en que él la había tratado como si fuera una propiedad. Tampoco había olvidado a su padre y la traición con la que había sellado su destino. Y sin embargo, una parte de ella también sentía miedo. Porque Leonardo De Santi no era un hombre predecible. Ni justo. Ni cuerdo.

El día pasó con lentitud. Los guardaespaldas retomaron su rutina estricta. Vittorio evitó acercarse demasiado, tal vez sabiendo que la presencia del jefe traería consigo tensión. Pia se quedó en su habitación, leyendo sin prestar atención, caminando de un lado a otro, respirando hondo.

Cerca de las siete de la tarde, escuchó el rugido del auto entrando por el portón. Luego, pasos. Voces. Órdenes secas. El eco de la presencia de Leonardo, tangible aunque todavía no lo viera.

Se encerró en el baño un rato. Se lavó la cara con agua fría. Se miró al espejo. “No tengas miedo”, se dijo en voz baja. “No llores.”

Cuando salió del baño, ya era de noche. Cerró la puerta de su habitación con suavidad. No tardó mucho en escucharlo.

Tres golpes secos. Luego, la puerta se abrió sin que ella diera permiso.

Leonardo entró con su porte habitual, impecable incluso después del viaje. Camisa blanca abierta en el cuello, pantalón de vestir, el saco colgado de un dedo sobre el hombro. Su mirada azul recorrió la habitación hasta dar con ella.

Pia estaba de pie junto a la ventana, con los brazos cruzados sobre el pecho.

—¿No pensás saludarme? —preguntó él, con tono burlón.

—Preferiría no verte nunca más —respondió sin mirarlo.

Leonardo soltó una risa baja y caminó hacia ella.

—Cinco días fuera, y ni una sonrisa. Qué ingrata sos.

Ella se giró, con los ojos encendidos.

—¿Esperás que sonría después de lo que hiciste?

Él se detuvo a un paso de ella.

—Lo que hice te salvó la vida.

—Lo que hiciste fue apropiarte de mí como si fuera un objeto —escupió ella—. Igual que mi padre.

Leonardo apretó la mandíbula. Por un segundo, sus ojos se oscurecieron.

—Cuidá cómo me hablás, Pia.

—¿Por qué? ¿Vas a pegarme otra vez?

El silencio se volvió una amenaza. Leonardo dio un paso más y quedó frente a ella. La miró fijo, como si intentara leerle la mente. Luego, con lentitud, alzó una mano y le rozó la mejilla. Pia retrocedió, pero él la sujetó de la nuca y la atrajo hacia él.

—No te hagas la valiente —murmuró—. Sé que en el fondo, te morís por esto.

Y sin darle tiempo a responder, la besó.

El beso fue una imposición, una invasión. Pia intentó apartarse, empujándolo con ambas manos, pero él la sujetaba con fuerza. Sintió su aliento, el calor de su cuerpo, y el sabor amargo del desprecio. En un acto de impulso, de furia, de defensa, Pia le mordió el labio inferior con fuerza.

Leonardo se apartó de golpe, soltándola. Llevó una mano a la boca. Un hilo de sangre bajaba por su mentón. La miró con furia contenida.

—Hija de puta —dijo entre dientes.

Y entonces la golpeó.

El golpe fue seco, brutal, directo a la mejilla. Pia cayó al suelo, el cuerpo temblando. El silencio que siguió fue más fuerte que cualquier grito. Leonardo respiraba agitado. Se pasó el dorso de la mano por la boca, limpiando la sangre. Luego la miró, todavía en el suelo, con los ojos llenos de rabia.

—No vuelvas a desafiarme así —dijo, con voz ronca.

Pia no lloró. No le dio ese gusto. Se incorporó con dificultad, la mejilla ardiendo, el orgullo herido, pero la mirada firme.

—Algún día vas a pagar todo esto, Leonardo. No soy tu esclava.

Él dio media vuelta sin responder y salió de la habitación, cerrando la puerta con un portazo que hizo vibrar los cristales.

Pia quedó sola, respirando entrecortadamente. Se llevó una mano al rostro. Sabía que al día siguiente tendría un moretón. Otro más. Otro recuerdo de lo que estaba viviendo.

Pero también sabía algo más: ya no le temía como antes. La rabia estaba creciendo. La rebeldía también. Y ahora, con la cercanía de Vittorio, algo dentro suyo empezaba a cambiar.

Y eso —lo supiera o no— podía ser más peligroso que cualquier golpe.

1
Angy Macías
está bien esperaré ojalá no sea una historia olvidada con muchas apesar de que son geniales ya no las actualizan espero no sea el caso
Nancy Parraga
Es un amor verdadero, un amor sin prisa solo de ellos dos.
Autora te felicito eres una persona elocuente en tus escritos cada frase bien formulada y sutil al narrar estos capitulos
Nancy Parraga
Así es como se construyen las grandes parejas sin opresión sin rencores por ser puesto en el lugar equivocado, sin ser forzado a nada así es como se construye un amor bonito
Nancy Parraga
Que emotivo capitulo que bonito esa dulzura con la que has relatado es cap me llegó alma, esperemos que ellos ya puedan dar otro paso más y construyan algo que nadie pueda dañar
Nancy Parraga
Ya debe haber un comienzo para ellos Pero que no haya mentiras ni más enredo con lo de los padres de Pia el debe ser honesto con ella para que así puedan avanzar
Nancy Parraga
Ella está preocupada por el pero si orgullo no la deja ver qué es lo que siente por el
Nancy Parraga
Que madre más despreciable con una madre así para que enemigos
Nancy Parraga
ya está sintiendo or por Leonardo 🤭
Nancy Parraga
creo que el padre de pia tiene que ver en eso son demasiados ambiciosos y la madre no la quiere
Nancy Parraga
Más vale una verdad por dura que sea a una mentira piadosa, si el le hablara a ella por lo menos ella tuviera una forma diferente de pensar Pero el la ha maltratado y en Vittorio encontró paz esa persona que no le gritó que no la golpeó y el hizo las cosas mal Pero está arrepentido Pero tiene qie mostrar con hechos no solo con palabras
Nancy Parraga
Malditos infelices deberían estar 10 metro bajo tierra así no podrán hacer daño
Nancy Parraga
Ella ya está aceptando que se está enamorando de él, y el también debe de aceptar que cometió muchos errores
Martha Teresa Torres Castañeda
Excelente
Ismerai Montes Chavez
se justifica lo hace , la protegió de la porquería de padres que tiene. que se prenda la llamita /Heart/
Martha Teresa Torres Castañeda
guauuu me encanta soy cursi y me encantan los hombres recios enérgicos pero querendones vamos pía es tuyo
Omis Mendoza
por qué no le dices La verdad lo que son esos infelices que sé hacen llamar padres que no sé quieren ni ellos mismo
Martha Teresa Torres Castañeda
no puede ser yo quería que pía se enamorara de Leonardo
Omis Mendoza
que padres tan desgraciado pero más La maldita Vieja infeliz
Angy Macías
ojalá no tardes un año en publicar un capítulo 😊
Florcita: 2 años quizás 😆
total 1 replies
Angy Macías
Excelente ojalá no tardes un año en publicar un capítulo 😊
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