Oliver Harris, tuvo una infancia complicada, su familia fue atacada cuando el apenas tenía cuatro años en su casa, pero su padre y hermano menor sobrevivieron, pero con el tiempo Oliver juró venganza, en una noche de celebración en un club tiene intimidad con una desconocida, pasados los años se vuelven a encontrar, pero ella guarda un secreto qué a él lo lleva a tomar una improvisada decisión.
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¿Ese niño es mío?
Katia le anunció a Oliver que tenía que acompañar a Mirna hacer unas compras, Oliver puso como condición que irían tres de sus guardaespaldas, para Katia era una exageración, pero no quería pelear, está bien lo acepto pero que vallan de incógnitos, no estoy acostumbrada a traer pilmama conmigo, Oliver no entendió a lo que se refería pero se dió una idea.
Oliver fue primero a su empresa de ahí tenía que presentarse con el concejo, los integrantes le estaban exigiendo presentar a su heredero, están equivocados si creen poder obligarlo a hacer lo que ellos quieren, si era preciso los podría destituir, ya estaba cansado de sus exigencias, y de creer que podían mandar al líder.
CENTRO COMERCIAL
Mirna llegó a la tienda de su preferencia, se aprovecharía de la buena voluntad de su amigo, le había dado todo el dinero que Oliver le dió cuando necesitaba pañales, y eran cerca de 2000 dólares, solo necesitaba nueva ropa interior y algunas cositas más, Katia se fue a una tienda de bebés, como siempre nada le parecía suficiente para su hijo, —¿Katia?— Se quedó congelada al reconocer la voz de Mauricio, — ¿Eres tú? ¡cuánto tiempo sin saber nada de ti! pero sus ojos se clavaron en el pequeño que llevaba en brazos.
—¿Tienes un hijo?— se quedó pensando, Espera! —¿Ese niño es mío?— preguntó calculando su edad, Katia soltó una carcajada, ¡Sigues siendo el mismo idiota de siempre Mauricio! Le dijo moviendo la cabeza negando, Estoy casi seguro que sí es mío!— se acercó intentando tocar al niño, pero este empezó a llorar, por si fuera poco, su prima Jennifer se acercó a ellos, mientras que Katia intentaba calmar a su hijo.
—¡Si es tu hijo Maury!— soltó con su voz chillona de siempre, —¡Creo que se parece a ti!— soltó la loca de su prima, Katia blanqueó los ojos por la absurda comparación, Mirna tomó la decisión de grabar con su teléfono y mandarle a Oliver lo que estaba pasando, el cual se enojó, contactando a uno de sus guardaespaldas y decirle que no hicieran nada hasta que el llegara.
La idea de Mirna de grabar era porque ya era demasiado lo que esa gente habían hecho contra su amiga, y esperaba que recibieran su merecido.
El niño se escondió detrás del cuello de su madre mientras que Mauricio seguía insistiendo qué era suyo, Katia estuvimos juntos hace un poco más de tres años Y el niño se ve que no tiene más, Hay Mauricio tú con esa cosa tipo perinola no alcanzas a cuajar un bebé, pero Jennifer quiso abofetearla fue un guardaespaldas quien se lo impidió,—¿En qué andas Katia acaso este gorila es tu amante?— le dijo su prima mirando al enorme hombre, —¡Si así fuera, sería mucho mejor que él, y no sería tan patético! ¿O no, prima?
Mauricio se ofendió quiso irse contra ella pero un gigantesco hombre lo detuvo mirándolo con los ojos más fríos que el Everest, Mauricio quedó suspendido en el aire cuándo Oliver lo tomó de la solapa, jamás intentes hacer algo contra mí esposa, a Mauricio se le heló la sangre, ese hombre tenía una aura de ser un matón.
El niño al verlo se arrojó en sus brazos papá, pero Jennifer al ver semejante espécimen tuvo envidia de Katia, eso siempre fue así, envidiando todo lo que su prima tenía, queriendolo conseguir ella, quiso acercarse a él con una voz diferente más dulce, sin embargo fue ignorada completamente, Katia al ver la intención de la chica negó con una sonrisa sarcástica.
Señor ese niño podría ser mío, Mauricio se atrevió a decir pero esta vez con voz lastimosa, No, Aiden es mi hijo, y no se te ocurra volverlo a decir porque te va a pesar, le dijo atrayendo a Katia de la cintura hacia el, con el niño en el otro brazo mirándolo despectivamente.
Sus hombros de Oliver los rodearon, por lo que Mauricio tomó la decisión de irse.
Oliver se fue hasta la Mansión con ellos, —¿Quien era?— preguntó incomodo,—Mi ex prometido!— Contestó sin interés, —¿y porque rompiste con él?— Katia lo miró con el ceño fruncido, —¿En serio quieres seguir con ese tema?— Le contestó molesta,—¿Oh es que acaso estás desconfiando?— ¡De ti no, es por ese tipo! Al parecer aún tiene esperanza contigo.
Katia suspiró, no tenía porque darle explicaciones pero le iba a contar, — ¡Fue una estupidez mía!— ¡Lo encontré con mi prima en la cama follando! Le dijo pensando que de verdad como pudo fijarse en un hombre como Mauricio, ¿Y eso te afectó? Solo me sentí humillada, Pero lo que sí me dolió, fue que mis padres después de dejar en claro lo que había hecho, le dieron a él la razón, y como ya no iba aceptar casarme, mi padre me echó a la calle.
Oliver levantó las cejas,—¡Eso fue ridículo! Dijo arrugando su entrecejo,—¡Ese día Mirna me planteo venirnos para California! —Como estaba sensible nos fuimos a un bar, lo demás ya lo sabes, le dijo mirándolo de reojo.
—¿Entonces debo agradecerle a Mirna la decisión de venirse?— Le dijo con una sonrisa y cerrándole un ojo, Katia mejor sonrió,—¡Supongo que tiene sentido!—Porque yo no quería llegar hasta aquí.
Katia suspiró, —¡Ahora no me arrepiento, tengo alguien que me hizo sentir que valió la pena salir adelante por el! Y aquí estamos! Dijo mientras veía a su dormir en los brazos de su padre.
—¿Y como fue?— Oliver quería enterarse de lo más importante de su y de ella, pensando como debió ser difícil el embarazo para una mujer sola, —¿A qué te refieres? — Preguntó sin entender, ¡El embarazo! — Fue difícil cuando venían los antojos, no podía gastar en eso pues debía ahorrar para cuando llegara la hora, dijo con un leve sonrisa recordando.
—¡Siento mucho no haber sabido antes!— Te busqué volví al bar cuando me enteré que estaba embarazada, tenía miedo no conseguir un empleo, y iba a estar en serios problemas, pero Mirna jamás me abandonó, trabajó dobles turnos así de vez en cuando me traía un chocolate porque fue lo que más quería, así fue mi embarazo, cuando escuché su llanto créeme que valió la pena.
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