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MI PEQUEÑA ESPOSA༆

MI PEQUEÑA ESPOSA༆

Status: Terminada
Genre:Romance / CEO / Matrimonio contratado / Matrimonio arreglado / Diferencia de edad / Casada con el millonario / Completas
Popularitas:5.3M
Nilai: 4.6
nombre de autor: Beatriz. MY

Mi nombre es Isabel del Castillo y, a la edad de dieciocho años, mi vida experimentó un cambio radical. Me vi obligada a contraer matrimonio con Alejandro Williams , un hombre enigmático y de gran poder, lo que me llevó a quedar atrapada en una relación desprovista de amor, llena de secretos y sombras. Alejandro, quien quedó paralítico debido a un accidente automovilístico, es reconocido por su frialdad y su aguda inteligencia. Sin embargo, tras esa fachada aparentemente impenetrable, descubrí a un hombre que lucha con sus propios demonios.

NovelToon tiene autorización de Beatriz. MY para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

¡Hija ingrata!

            ༺Narra : Leopoldo ༻

Cuando Ignacio se marchó, la atmósfera en la sala se volvió tensa. Mi esposa, Carmen, se giró hacia mí, reflejando una profunda preocupación.

—¿Y ahora qué haremos? —preguntó, su voz temblorosa—. ¿Y con los invitados? ¿Qué les diré?

Antes de que pudiera responder, Giselle intentó intervenir.

—Papá, yo...

No permití que concluyera. Me acerqué a ella, con la ira acumulándose en mi interior, y le propiné una fuerte bofetada. El sonido resonó en la habitación, haciendo que su rostro se girara bruscamente debido a la fuerza del golpe.

Carmen, visiblemente preocupada, se acercó rápidamente a mí y me tomó del brazo con firmeza.

—¡Leopoldo, no vas a solucionar nada de esta manera! —exclamó, esforzándose por calmarme—. No puedes seguir agrediéndola así.

—¿¡Cómo se te ocurre cometer semejante estupidez!? —grité, dejando que mi furia se desbordara—. ¿Acaso tienes cerebro? ¿¡Sabes realmente cómo utilizarlo!?

Giselle, con los ojos llenos de lágrimas, mostró su verdadero rostro. La vi transformarse ante mí, y lo que emergió de sus labios me dejó completamente helado.

—¡Solo por intentar mantener la empresa a flote, has decidido vender a tu propia hija a un total lisiado! —exclamó, su voz impregnada de desprecio—. ¡Nunca te dije que quería casarme, ni siquiera siento atracción por él, papá!

Sus palabras fueron como un puñetazo directo. La incredulidad me invadió, y en cuestión de instantes, sentí cómo la rabia se convertía en profunda desesperación.

—¿Es así como percibes la situación, Giselle? Este compromiso no es únicamente una transacción comercial. Se trata de nuestra familia, de nuestra reputación. ¿De verdad no te importa nada de eso?

—¡No! —exclamó, desafiándome—. Nunca afirmé que me importara.

Carmen, aun sujetandome, intentó intervenir.

—Giselle, este no es el momento adecuado. Tu padre está muy alterado.

 —¡No decías nada acerca de eso en aquel entonces, cuando anhelabas que él invirtiera en ti, ya fuera en prendas de vestir, en joyas brillantes o en automóviles lujosos!.

—Dado que no es útil para satisfacer mis necesidades sexuales, al menos debería aprovecharlo en algún otro aspecto, ¿no crees? —comenta ella con una actitud franca y atrevida. — ¿ Qué esperabas, papá? ¿Que lo aceptara simplemente por las buenas?.

—Espero que no te arrepientas de tu decisión, Giselle —exclamé.

Ella me miró con firmeza, su mirada llena de desafío.

—Te aseguro que no lo haré, papá. Pero si tanto deseas que alguien se case con ese inútil, ¿Entonces? Cásate tú con él.

La incredulidad se apoderó de mí en ese momento, y una frenética oleada de rabia invadió mi ser.

—¡Eres una ingrata! —grité con desdén—. Pero, en realidad, todo esto es culpa mía. No debí haberte consentido tanto, ni dejar que hicieras lo que quisieras.

Giselle, en cambio, soltó una risa cargada de sarcasmo.

—¿Consentirme? Ja, ja... Sabes muy bien que no soy tu pequeña mimada, papá... Y creo que lo entiendes perfectamente. He tomado una decisión y no permitiré que me manipules a tu antojo.

—¿Manipularte? —exclamé, sintiendo cómo la frustración empezaba a transformarse en desesperación—. Solo deseo lo mejor para ti. Este matrimonio podría brindarte oportunidades, darte la estabilidad que necesitas.

—¿Estabilidad? —respondió ella, su voz impregnada de sarcasmo—. Preferiría casarme con un gigoló que con un paralítico.

Las palabras que pronunció fueron como baldes de agua fría, de repente, la rabia se apoderó de mí, haciendo que me sintiera un poco aturdido. Al percatarse de mi estado, mi esposa se acercó rápidamente y me tomó del brazo, preocupada por mi reacción.

—¡Cállate de una vez! —gritó enfurecida —. ¿Acaso no te das cuenta de que tu padre está lidiando con problemas de salud? ¡No quiero verte aquí! ¡Lárgate!

Con ternura, rozé mi pecho, sintiendo la carga emocional que se había acumulado en mi interior.

—Tú fuiste quien deseaba casarse con él desde el principio. Te lo advertí y te dije que no era lo mejor, pero tú no hiciste más que insistir. Me esforcé al máximo para apoyarte y para que pudieras estar a su lado... Sin embargo, desde que sufrió ese trágico accidente y ahora está en esa silla de ruedas, ahora dices que ya no lo amas.

Ella inclinó un poco la cabeza, tomando un instante para reflexionar antes de responder.

—Tú lo dijiste, papá. Eso era antes... Ahora no deseo estar junto a alguien que está destinado a permanecer en una silla de ruedas el resto de su vida. Soy joven y aún me queda mucho por vivir.

Con esas palabras, giró sobre sus talones y se marchó.

—Tranquilo, cariño —me dijo con voz suave y calmada—. Tómate un momento y respira profundamente.

Con cuidado, me ayudó a acomodarme en el sillón, tratando de hacerme sentir más cómodo.

—Tu hija va a enfurecerse conmigo, te lo aseguro —le comenté, sintiendo cómo la tensión y el peso de la situación se posaban sobre mis hombros.

Ella no dijo nada de inmediato, pero se sentó a mi lado, transmitiéndome una sensación de compañía que era reconfortante. Justo en ese instante, el teléfono sonó, rompiendo el silencio que nos rodeaba.

Con un suspiro de resignación, tomé el teléfono y atendí la llamada.

—¿Sí?

—Señor... La señorita ha regresado.

Sentí una profunda sorpresa y rápidamente me levanté de donde estaba.

—¿Cómo es eso posible? ¿Dónde se encuentran? —pregunté, con una mezcla de ansiedad e intriga en mi voz.

—Estamos saliendo del aeropuerto. Ya estamos en camino hacia allá —me respondió la persona del otro lado de la línea.

—Está bien, por favor, regresen con cuidado —le pedí, tratando de mantener la calma.

—Sí, señor —contestó con firmeza.

Después de colgar la llamada, noté que mi esposa me observaba con curiosidad, sus ojos llenos de interrogantes.

—¿Qué ha pasado? —inquirió mientras se ponía de pie, evidentemente interesada en la información que había recibido.

—Al parecer, nuestra hija ha regresado —respondí, experimentando una mezcla de alivio y alegría.

—Espera... ¿¡mi pequeña está de vuelta! ? —exclamó, visiblemente emocionada, con una sonrisa que iluminó su rostro.— Ni siquiera nos avisó que volvería; no tengo nada preparado para recibirla —agregó con nerviosismo.

—Tranquila, querida; estoy tan emocionado como tú. Esto es inesperado, pero es una noticia positiva en medio de este caos.

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Beatriz
Cuando Isabel se entere que puede caminar,se va a enojar por haberle mentido
Beatriz
A las autoras se les vienen tantán cosas a la cabeza que escriben y escriben apuradas por no dejar escapar la musa de su inspiración que pierden el hilo de la trama y escriben incoherencias en tiempo modo y lugar,pero las lectoras si estamos pendiente de la trama y sus detalles que no se nos escapan sus inconsistencia. Nadie es médico a los18 años a menos que sean superdotados y empiecen universidad a los 12 años
Beatriz
Don Ignacio no sería mejor dar un paso al costado y no atrás?
Beatriz
Patrona y empleada apenas se conocen, demasiado,pronto para que la señora tuteee a su patrona por más confianza y buen trato que le haya dado
Beatriz
Las cámaras? La pobre chica pobre pagará los platos rotos
Beatriz
Guísele le va a destruir el vestido. Si piensan en divorcio desde un principio para que se casan en una iglesia
Beatriz
Si como no. Va a gastar pólvora en gallinazo. Le va a salir el tiro por la culata. La maldad se regresa y golpea fuerte
Beatriz
Beatriz Morales ,si exactamente estaba pensando en eso. Al principio al parecer eran hermanos por parte del padre y ahora resulta que son de padre y madre. Autora,acaso se le chispotio? O hay un gran secreto familiar. Otra cosa,con semejante accidente solo se ganó una fractura? El accidente de Alejandro fue casi igual y el casi muere y quedó “lisiado “. Aunque al parecer está fingiendo por una buena razon
Anael Suárez
será el ex. ... de Isabel
ay que jugarreta le depara el destino
Anael Suárez
autora hubieras puesto una foto del vestido para que sea mejor ilustrado en nuestro pensamiento 😘
Anael Suárez
jajaja no puede haber mayor ardición que participar y colaborar de los preparativos de tu ex prometido
Anael Suárez
una vez perdido ,perdido queda y con la terquedad que representa Alejandro ya no puedes hacer nada para borrar lo bandida que fue Gisell
Anael Suárez
Hola buen relato y observación se dice que estudia medicina no que ya la terminó
Akleon
No se entiende tu redacción, hago esfuerzo por no perder el hilo pero cuesta. Carmen no es la hermana de Giselle , es la madre.
Carmen Mena
Gracias autora por compartir su trabajo, me encanta la conexión que tienen Isabel y Alejandro.
Geovanny Berrio Marsiglia
Esto es una historia ficticia novela osea se puede graduar a los 5 años.
Puede volar como superman, puede hablar con los animales. Por que a todo le ponen algunas lectora tantas quejaderas qué mala costumbre.
Josefina Azamar Olivera
me gusta excelente comienzo
Marita Geno
suena un poco loco que 4 años sin verse sobrevivan pero si es amor verdadero lo hace jiji
Marita Geno
que acaso el no pudo viajar ni una sola vez para verla o ella a el
Marita Geno
me encanta esta pareja como fueron desarrollando sus sentimientos
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